No se
trata de una simple canción, puesta ahí, al principio, porque se
necesite empezar un disco por lo alto y haya que manotear del
repertorio la que se estime más contagiosa. No se trata de eso. Es
un poco más complicado. ‘Mi corazón bombón’ es una de esas
canciones que concentran, como los buenos cuentos, una energía más
potente que la suma de sus palabras, que el equilibrio entre ritmo,
melodía y armonía. Entonces, si después del cóctel melodramático
que supone un corazón desbordado manchando las sábanas (Mariana
Lucía cita a Almodóvar en sus influencias, y no se equivoca), viene
una brisa ligera, para voz frágil (‘Alex did it’), y después
explota un poco de rock (‘Usando diferentes pies’) y en la
siguiente el ritmo no para (‘La mollera’), los equilibrios del
disco habrá que buscarlos en la manera de zurcir versos de Mariana
Lucía, en su decir, que siempre elige bordear la palabra, saborear
sonidos (algo que parece provenir de un posible blues rioplatense,
cruzado con Brasil, mucho Brasil, como el de ‘Dorándose’).
Hay en el
nuevo disco de Mariana Lucía otras muy buenas canciones. La que
sigue en el orden, después de ‘Dorándose’, es ‘Pon tú’, en
la que se sintetiza todo lo que se ha dicho, y tiene además ese
vuelo original que la cantautora trata de que no se le filtre
demasiado al elegir pasar todas las canciones del disco por un tamiz
pop-rock, aunque sin perder estridencias, aires rotos y alguna que
otra explosión rítmica. Esa canción es otra de las no pasan
desapercibidas y tiene, además de buena luz, la brevedad necesaria
para oficiar de intro de un par de grandes momentos, para que suenen
y exploten ‘Travelin’ (canción de enumeraciones y certezas: ‘El
camino me encontró’) y ‘Mamífero animal’ (canción de baile,
todo swing, en dueto con Fede Lima).
Así
transcurre un cancionero que supone un punto de inflexión en la obra
de Mariana Lucía. Es, en pocas palabras, el disco en el que parece
encontrar (o bien condensar) una voz personal, una luz propia, como
letrista y cantante. Fue grabado con amigos, en el estudio de Diego
Drexler, que además tocó el bajo y armó equipo rítmico con Nico
Constantini en batería y Leo Rodríguez en percusiones. Mariana
Lucía tocó las guitarras y se sumó Martín Buscaglia en todo el
repertorio de acoples y distorsiones en la eléctrica.
El de Mi
corazón bombón es un equipo pequeño y de primera línea, que
no pierde en ningún momento la línea pop-rock definida por el
productor Drexler y que marca en el sonido una diferencia clara con
los discos anteriores de la cantautora. Se gana en definición, en
cuidar una línea sonora, aunque tal vez se pierda en experimentación
pura y dura. En desvíos. Pero hay momentos en que las canciones
obligan a asumir riesgos, de esos que suelen ser más que
bienvenidos, como sucede en los casos de ‘Mi corazón bombón’ y
su identidad melodramática, y en las dos últimas del disco, que no
se nombraron en la enumeración inicial y que son –también– dos
bombazos: ‘L14’ impone salirse, al borde del rap, romper las
formas, para darle potencia a la verborragia de Lucía, a versos
enojados que salen de una situación cotidiana y una poética bien
directa, y ‘Silencio’, que se juega al borde de la lisergia, para
que brillen Buscaglia con su arsenal sónico y Lima con un decir tan
extraño como preciso para ponerle final a una de las mejores
interpretaciones de Mariana Lucía, en el momento explícitamente
brasileño del disco.
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Puntos de inflexión:
1. “En
comparación con los discos anteriores, hay un cambio que se debe
–supongo– a la vida misma, a la etapa que me tocó vivir. No me
doy cuenta qué tan fuerte fue el cambio. Es difícil ser objetiva,
pero sin duda es un disco más pop, con letras que refieren a
situaciones concretas sin los velos abstractos, que por cierto me
encantan, de la forma de escribir de mis otros discos”. (Mariana
Lucía)
2. “Mis
canciones salen de forma intuitiva. Una vez compuestas, o durante el
proceso creativo, me va cayendo la ficha y me voy dando cuenta de qué
creo estar hablando. Digo creo, porque para mí cada persona
interpreta cosas diferentes y esa es la magia del arte. Por ejemplo,
‘Mi corazón bombón’ es una canción tragicómica que habla de
un femicidio, y realmente no me había propuesto escribir sobre eso.
Después de hecha, pensé que la temática es muy actual y como mujer
me siento muy sensible al respecto. Se podría decir que todo el
disco tiene cierta atmósfera contestataria respecto de la
controvertida temática de género. A nivel personal, fue una etapa
de empoderamiento y puesta de límites, así que sin duda eso se vio
reflejado en el disco”. (Mariana Lucía)
1 comment:
Excelente disco de Mariana Lucia! Es una compositora con una identidad, sabe lo que quiere decir y lo dice de una forma muy personal, es un disco completito de principio a fin que deja ver a una mujer contemporanea que entiende el rol femenino en una época donde parece que muy pocos lo hacen, me gustaria escuchar muchos de estos temas en cada radio, personalmente creo que la difusion de la musica esta demaciado monopolizada por productoras que priorizan en un 70 % basura residual y crean modelos musicales estandarizados que duran unos meses y no dicen nada, debemos como sociedad defender la identidad de compositores que tienen un mensaje comprometido y sensible, sea el estilo musical que sea, debemos ser capaces de elegir y no dejar que otros lo hagan por nosotros.
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