El equipo de la serie Feriados. |
Tres amigos se juntan para tomar
algo en la noche del 30 de abril. Uno de ellos, un joven abogado que
vive solo y viene de romper con su novia, se engancha con la chica
que atiende el bar, que todo indica que es conocida de su ex y
terminan ambos más o menos mal, en una accidentada madrugada que
incluye un servicio inesperado de un cerrajero. Algunos meses
después, la ex novia del abogado llega muy temprano a la casa de su
madre, en Pan de Azúcar, aprovechando el feriado largo del 25 de
agosto. El día pasa entre un poco de aburrimiento y la vorágine
juvenil de la hermana menor y sus amigas, que la convencen de ir a
una fiesta donde pasan, como sucede en algunas fiestas, cosas
inesperadas que delatan que algo no está del todo bien.
Esas dos historias, apenas
conectadas, son dos de las que se verán en la serie Feriados.
A ellas se suman otras siete, que tienen como escenario otros días
especiales, esos en lo que se asume que no pasa nada pero en los que
suele pasar de todo: el año nuevo, el día de los enamorados, el
viernes santo, el día del padre, el día de la primavera, el día de
los muertos y la infaltable navidad.
En
la ficción de Feriados
transcurre un año, en el que se va contando la historia de nueve
personajes, en un mosaico que se va conectando de un episodio al
otro, poniendo foco en personajes secundarios que pasan a ser
protagónicos. Se cuenta de amistades que van y vienen, de relaciones
más o menos satisfactorias, de la vida cotidiana y laboral de
uruguayos que rondan los treinta años, de alguna manera no tan
lejanos a los adolescentes de 25 watts,
aunque después de completar o no los estudios, con trabajos más o
menos estables, habitantes de un país y una ciudad que ha cambiado
radicalmente su geografía y su estado de ánimo.
Algunos detalles, sin embargo,
parecen ser similares: el agridulce empleo del tiempo libre, cierta
apatía que no debe confundirse con cinismo y un inocultable toque
uruguayo que se complementa con la entrañable morosidad con la que
se desarrolla el relato audiovisual, que pone el foco en gestos
mínimos y en las sutilezas de cada escena y personaje, sin caer en
resoluciones de guion explícitas ni de las que suelen sugerir
productores en busca de audiencia.
El
tono narrativo de Feriados es
leve y sin sobresaltos, confiando los realizadores en la solvencia de
un grupo de actores de primera línea (Sebastián Calderón, Cecilia
Cósero, Dahiana Méndez, Mateo Chiarino, entre otros), y en el
cuidado de planos que se acercan a las situaciones con un enfoque más
documental que de montaje dramático, ideal para retratar la
atmósfera de esos días (y noches) en los que se dice que no pasa
nada y sucede exactamente lo contrario.
¿Quiénes están detrás de
cámaras? ¿Cómo empezó la aventura de Feriados?
Seguramente empezó de manera similar al episodio del día de los
trabajadores, con tres amigos tomando algo en un bar y la quijotada
de intentar hacer algo diferente, experimentar. Lucas Cilintano, el
menor de los tres, nacido en 1984, egresado de la Escuela de Cine y
con un curso de dirección de fotografía en Maine Media College
(Estados Unidos), es el único con preparación técnica en
audiovisual. Los otros dos, Leonardo Pintos y Claudio Quijano, vienen
del teatro, son egresados de la EMAD y coincidieron, entre otras
vueltas de la vida, en el elenco de Las Julietas,
de Marianella Morena.
Los
tres se pusieron a trabajar en el proyecto en el año 2012. Se
presentaron al Fondo de Fomento de ICAU y ganaron en la línea
desarrollo de guión. A partir de ese primer impulso, definieron el
formato de serie de televisión, avanzaron en los guiones y aplicaron
a los fondos de ICAU en la línea de producción, lo que les permitió
rodar los primeros tres capítulos en el año 2014. Con dinero de los
fondos Montevideo Filma y Montevideo Socio Audiovisual, lograron
completar los seis capítulos restantes y tener la serie Feriados
completa.
Mesa de trabajo de los realizadores de Feriados. |
¿Cómo fue el proceso de
creación de Feriados, desde la primera idea a la realización
en formato teleserie?
Nos
juntamos porque teníamos ganas de hacer y experimentar. Al principio
no sabíamos qué plataforma íbamos a usar. Nos atraía pensar en la
web, por el acceso, que es más fácil. Pero lo primero fue ponernos
de acuerdo en qué queríamos contar. Primero elegimos a los actores,
propusimos un juego donde a cada uno le tocó un feriado para
improvisar y pensar algo. De esa experiencia empezó un ida y vuelta
con ellos, y recién ahí apareció el formato, con nueve personajes
y una historia común que se fuera construyendo. Sabíamos que
queríamos una serie, pero no cómo sería.
Un proyecto como el de ustedes
se define por el concepto central, en este caso los feriados... ¿Qué
les parecía interesante de investigar en esos días especiales, como
tema, o bien como escenario de conflictos y situaciones entre
personajes?
Los feriados atraviesan de
distintas formas los conflictos de los personajes. A veces tienen una
relación directa, o simplemente funcionan como escenario. Elegimos
diferentes feriados, a lo largo de un año, por su potencial
narrativo y también por el alcance que tienen, que bien pueden
funcionar a nivel local, nacional e internacional.
Esto nos da una posibilidad
narrativa y temporal de formato. En un feriado no vas a trabajar,
cortás de alguna manera con la rutina, y hay un momento para uno.
Por momentos, parece que nada pasara.
Y
terminan pasando muchas cosas...
Exacto.
De
alguna manera, se muestra un retrato de jóvenes uruguayos, en sus
crisis emocionales, laborales, afectivas. ¿Cómo investigaron el
tema y con qué referencias -inmediatas o no tanto- dialogaron a la
hora de desarrollar el proyecto?
Primero
que nada, queríamos hablar de una generación de la que somos parte
y con la que hay -por obvias razones- un contacto directo. Nos
interesaba fusionar lo escénico con lo cinematográfico. Probar ese
híbrido y ver qué potencia formal podía llegar a tener. Estuvimos
hablando mucho de qué nos pasaba cómo generación. No fue una
investigación con libros y mirando series, sino en una charla como
amigos, contando qué nos pasa. Todos los temas que toca la serie
fueron temas que estuvimos discutiendo entre nosotros: el precio de
los alquileres, el amor, la soledad, el consumo, el trabajo.
Aprovechando la experiencia del equipo de dirección, entre lo
escénico y cinematográfico, se trabajó desde lo colectivo para
encontrar una forma particular.
¿Cómo se manejaron en los
guiones? Como fue la experiencia, en ese sentido, teniendo en cuenta
que otras producciones de ficción pasan a veces por decisiones de
tratar ciertos temas, o de ciertos tratamientos, a través de
exigencias de coproductores y/o canales?
El
trabajo en los guiones fue de capa sobre capa. Fue el trabajo más
extenso, ya que nunca estaban acabados. Hasta en el rodaje mismo se
improvisaba y se generaban diálogos y escenas. A medida que creció
el proyecto y el equipo -Mateo Chiarino se sumó al equipo de
guionistas-, comprobamos que el desarrollo del guion era más
necesario de lo que creíamos en un principio. Quisimos, de todos
modos, que no se perdiera la frescura. Escribimos los guiones según
el esquema de producción de bajo presupuesto, sin perder la esencia
de la historia.
¿Cuánta
es la importancia de este tipo de emprendimientos, tanto para ustedes
como generación de actores y de técnicos, como para la actualidad
de la televisión uruguaya?
Muy
importante. Sentimos que en el correr de estos últimos años hubo
muchos cambios. Muchas disciplinas culturales se han destacado o
han despegado. El auge económico ha ayudado mucho. Se ha invertido.
Sin embargo, en la ficción televisiva no vemos más que algunos
casos aislados y sin constancia. Nos llama la atención, sabiendo que
los canales manejan un gran presupuesto y tienen una gran llegada al
público. Pensamos que los fondos del ICAU y de la Intendencia son
fundamentales, aunque sería posible buscar nuevos caminos de
producción privada.
¿Cómo
se sienten ahora, al final del recorrido, con la serie a punto de
estrenarse en TNU?
Primero que nada, con la
satisfacción de haber terminado. Fue la primera experiencia como
colectivo, y en muchos casos del equipo, la primera experiencia en
audiovisual. Un
proyecto de ficción, con tantas actores y locaciones, solo se logra
con mucho esfuerzo. Estamos muy agradecidos con quienes nos apoyaron
y muy satisfechos de haber terminado con el presupuesto que teníamos
previsto. Termina esta etapa de laboratorio y comienza la exposición,
así que estamos expectantes para ver cómo lo recibe el público. Nos
encanta la idea de que lleguemos con la serie a todo el país.
((artículo publicado en revistas CarasyCaretas, 05/2016))
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