El año 2016 vino muy
movido para Martín Barea Mattos. Apenas terminó la segunda edición
del Mundial Poético, del cual es curador, fundador y principal
entusiasta, sacó un libro (el poemario Made in China, por
Estuario) y un disco (Vino Ovni,
de descarga libre en Feel de Agua). Queda más que claro que la
palabra es centro de acción en un artista que se ha convertido, con
sus publicaciones y perfomances, pero también con la gestión del
Mundial y la organización de los ciclos "Ronda de Poetas",
en figura nodal de la poesía montevideana contemporánea.
"Nunca respondo
con tanta disciplina", se sincera, cuando se le pregunta por sus
éxitos como gestor cultural. "Los poetas y amigos me llevaron
en andas de la poesía. Y una vez ahí, todo fue determinación y
curiosidad. Y trabajo donde no se trabaja". De movida en movida,
de muchos bares y ruido de festivales e intercambios, Barea Mattos
tiene más que claro que "la poesía pasa factura pero los
poetas no facturan". Y se autodefine como un artista que tiene
su eje en la poesía, y que si bien no se pone límites en las zonas
fronterizas de lo visual, lo performático y lo sonoro, prefiere no
dejar lugar a dudas o ambigüedades: "Mi eje es la poesía.
Desde ahí sale todo... La palabra es proteica. Hay gente que come
carne y otros que no. Como hombre flaco que soy, me siento a una mesa
donde termino hablando... Y para ahí va el ovni de la conversación.
Soy para la palabra un plato, un ser social".
Son también las
palabras las que lo llevan, de una u otra manera, a los nudos y
pliegues de su nueva obra, el cancionero Vino Ovni,
junto con sus camaradas de Por Hora Por Día Por Mes. El poeta
escribe y canta, con la colaboración de Facundo Fernández Luna,
Pelao Meneses, Luján Fernández Luna y Nicolás Pequera. El proyecto
musical va por su segundo disco, y para Barea Mattos ocupa un lugar
mágico: "La canción es infantil. Viene caprichosa. No
toco instrumentos, pero grabo discos", aclara. "A mí me
surgen las melodías principales, letras y estructuras. Pero Facundo,
que tiene formación de guitarra clásica, es quien ordena y arregla
mis cosas. Las pone de pie y hasta las explica. Es un astrónomo.
Después de nosotros pasa a la banda".
El rock y el folclore
se sacan chispas en el disco Vino Ovni.
De todos modos, no hay un plan deliberado más que el de experimental
y viajar. "Lo raro es que, en cuanto a estéticas, compartimos
pocas cosas con Facundo... Apenas si el gusto por el siglo de
oro español y Silvio Rodríguez, pero lo interesante es que logro
llevarlo a lugares que él solo no iría". Uno de esos lugares,
en palabras del propio Barea Mattos, es la propia definición que él mismo apuesta del segundo disco: "Es folclórico y galáctico". Y como bien remata el poeta: "Que
quede claro que la fama es puro poema".
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