Todo empezó hace diez
años, en el 2006, cuando Flavio y Leticia grabaron sus primeras
canciones, en plan lo-fi, y las subieron a un blog. El ep llevaba el
título Vida espiritual y
circuló de manera subterránea, siendo uno de los primeros desatinos
sónicos de una nueva generación que surgía a contrapelo de un rock
popular que arrasaba con todo. Lo de Carmen Sandiego era la
austeridad, las canciones pequeñas y disonantes, las deformidades,
la experimentación. Se sumaban al debut de Amelia y en esos mismos
días fermentaban las primeras grabaciones de 3Pecados.
Carmen Sandiego, una
década después, es formalmente un quinteto y ha generado un
cancionero que los posiciona como una de las principales referencias
de la escena independiente montevideana. El punto de inflexión fue
el disco Joven edad (2010),
conectando una forma muy particular de abordar la canción pop, y muy
especialmente el luminoso Ciudad dormitorio (2014).
"En un principio se trataba más de ideas o cosas que
Leticia y yo teníamos y las íbamos trabajando", cuenta Flavio
Lira. "Con la incorporación de Matías y de Ezequiel, y por
último de Lucía, el proceso fue un poco el mismo, pero las cosas
fueron tomando mucho más forma a través de la improvisación y el
intercambio de ideas, e incluso de instrumentos. Siempre estuvo la
constante del caos; eso es seguro".
El año 2016 encuentra a la banda terminando un ciclo, el de la creación y grabación del disco sucesor de Ciudad dormitorio. Lira anticipa que si el disco anterior era, a su entender, más soleado, breve y ruidoso, el nuevo puede definirse como nocturno. "Un amigo que lo escuchó me dijo que era melancólico y desapegado, lo cual me encantó... De cualquier manera, es un disco que hicimos nosotros y no pudo haber sido hecho por otra banda. Siento que hay un equilibrio en Carmen Sandiego entro lo cómico, lo triste y lo extraño, que existe desde el día cero, y seguirá ahí hasta que el grupo deje de existir".
El año 2016 encuentra a la banda terminando un ciclo, el de la creación y grabación del disco sucesor de Ciudad dormitorio. Lira anticipa que si el disco anterior era, a su entender, más soleado, breve y ruidoso, el nuevo puede definirse como nocturno. "Un amigo que lo escuchó me dijo que era melancólico y desapegado, lo cual me encantó... De cualquier manera, es un disco que hicimos nosotros y no pudo haber sido hecho por otra banda. Siento que hay un equilibrio en Carmen Sandiego entro lo cómico, lo triste y lo extraño, que existe desde el día cero, y seguirá ahí hasta que el grupo deje de existir".
Carmen Sandiego sigue siendo una
experiencia musical diferente, ambiciosa en su pretensión de romper
los lugares comunes del pop y del rock. "Siempre nos
entusiasmaron las canciones pop y los estribillos, aunque no lo
pareciese. Siempre fuimos y seremos una banda que hace canciones. Y
creemos, además, que siempre tuvimos la necesidad de reinventarnos,
de cambiar, de no repetirnos y probar cosas nuevas, más que nada
para no morir del aburrimiento o pecar de la autoindulgencia de aquel
que cree mucho en la teoría de autor".
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