Alucinaciones en familia, grupo comandado por Pau O'Bianchi, presenta las canciones de su disco debut hómonimo. Una obra de factura pop y arreglos sofisticados, atravesada por aires de sicodelia, que confirma el talento del
prolífico artista, motor creativo de proyectos como 3Pecados y ahora
al frente de una pequeña orquesta electroacústica.
Alucinaciones en
familia, el disco, las ocho
canciones que se pueden escuchar desde hace finales de 2015 en
Bandcamp, o bien descargar de la página paulinorecords.com, es una
de la obras musicales más bellas, producidas en los últimos años,
en Montevideo. Para los que siguen, con un poco de atención, las
movidas más o menos invisibles alrededor de los pequeños sellos
independientes, no es ninguna novedad. Hay una historia atrás. Hay,
en verdad, muchas historias que hacen que este disco configure algo
así como la joya de la familia indie, subterránea, o como se la
prefiera llamar.
Alucinaciones en
familia no es, estrictamente, la continuación de 3Pecados. Es otra
historia. El trío que integraran Pau O'Bianchi, Pablo Torres y Diego
Martínez se desarrolló en otro tiempo emocional, más librado a la
catarsis, incluso a la performático. Tiempos de búsquedas
juveniles, de experimentación, aunque la evidencia de Diciembra
(2011), último y gran disco que
grabaron, comprueba el gusto del trío por una zona melancólica y
sofisticada, más cercana a esta nueva época musical que a la
bipolaridad del debut Pesadillas para niños y travestis
dadaístas (2007).
Hay
un punto de corte, trágico, marcado por la temprana muerte de Diego Martínez.
Si bien ya habían dejado de funcionar como grupo, se canceló
definitivamente esa etapa y toda posibilidad de desarrollo del proyecto 3Pecados. Pablo Torres se radicó por un tiempo en
Nueva Zelanda, y de los tres integrantes fundadores, solo quedó Pau,
en Montevideo, replegado durante un tiempo, aunque pronto se
conocieron sus intenciones de armar un nuevo grupo. Mientras probaba
en un garage con varios amigos músicos, de bandas amigas, de
historias cercanas al colectivo Esquizodelia, llevó a buen puerto otros dos
proyectos, acaso más intimistas: el disco en conjunto con Fernando Henry y
Lucas Meyer, y el dúo María Rosa Mística con Renata Castellano.
Dos discos, de altísimo nivel, que se conocieron en el transcurso
del año 2015. Faltaba el de Alucinaciones: la joya de la familia.
Alucinaciones
en familia son ocho músicos. Uno de ellos, Fabrizio Rossi (también integrante de Mux), se
encarga de la producción artística y de la mezcla, junto con Pau,
un trabajo que les demandó meses de trabajo. Pau está cada vez más
lejos de caminos lo-fi. Ya lo había demostrado en el disco con Henry
y Meyer, un asunto de capas sobre capas, de interminables entresijos
sonoros que se van superponiendo para fortalecer los caminos de la
sicodelia. Esa misma ambición, pero desde el trabajo colectivo, en
los arreglos y en la instrumentación, está presente en la base conceptual de
Alucinaciones en familia.
Es un disco pop y
luminoso, un pop paradójicamente de raíz, que imbrica texturas
musicales que dialogan con Montevideo, con Mateo y Roos, con La
Hermana Menor y Los Terapeutas, con los Buenos Muchachos y Buceo
Invisible. Recuerda, pese a las diferencias estilísticas, al camino
que hizo Exilio Psíquico en su recorrido sonoro, en los años
noventa, desde los primeros tiempos de pop deforme en formato dúo de
Angelieri y Fernández, a la formación de una pequeña orquesta
electroacústica.
Alucinaciones en
familia, y volvemos al
principio, tiene ocho canciones, pero antes de dejarse llevar por la
tentación de afirmar que no hay una mejor que la otra, se recomienda
enfáticamente empezar por "Parodista!", la número tres, aunque no se respete el orden del disco. Es una maravilla. Una
canción perfecta. Después, sí, hay y habrá tiempo para disfrutar
de "Drones por Capurro", "La orquídea fantasma",
"Cáncer pop".
((artículo publicado en revista CarasyCaretas, 04/2016))
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