Ferradás por Persichetti. Foto del arte del disco "Canciones aferradas". |
Alejandro Ferradás hace un oportuno desvío. En su nuevo disco decide abordar un grupo de canciones que tienen mucho que ver con su identidad artística y esencialmemente con sus maestros (entre otros, el Darno, Dino, Gale, Jaime). Canciones aferradas es, más que reinvención, un ajuste de cuentas y un tributo de alta intensidad y refinamiento.
Hay
múltiples caminos que pueden llevar a un músico-autor, de los que
suelen defender a capa y espada la marca del sello personal, a grabar
y publicar un disco enteramente de versiones, de canciones escritas
por otros. Todos esos caminos, de hecho, tienen algo en común, y ese
algo suele incluir la necesidad, tantas veces imperiosa, de buscar en
los otros la voz propia. Alejandro Ferradás tiene más que claro, en
todo caso, que se han sumado varios proyectos similares en los
últimos años, entre ellos, y con particular destaque,
los discos Canciones propias, de
Fernando Cabrera, y Semillas,
de Rossana Taddei, ambos con formulaciones y búsquedas que aportan,
y mucho, en un tan necesario nivel de reescritura.
Cabrera
se apropia y reinventa páginas clásicas del folklore urbano y rural
de nuestro país. Taddei le pone su sello a un repertorio de
recuerdos musicales ligado a su propia identidad artística.
Ferradás, mientras tanto, elige un camino que se asocia, en un
plano, a la reescritura, y también a jugar con recuerdos musicales,
pero lo más interesante está en que evade el camino minimalista, el
de alcanzar la esencia de melodías y timbres, tan caro a
formulaciones acústicas como las de Cabrera, las del MinimalMambo de
Taddei, o de las exitosas propuestas tanto del dúo Spuntone Mendaro
como del trío El Astillero, estos últimos con la singular rareza de
bajar a guitarras y voces temas propios. Ferradás va en otra
dirección, que tiene que ver con el sonido de banda, con trabajar la
canción en el presente, hacerla materia viva, performática,
pelearla. Y, por supuesto que lo logra, con mucha altura y
convicción.
Canciones
aferradas, un recorrido de canciones que se le han adherido al
cantautor Alejandro Ferradás durante el transcurso de los años, es
un disco que suena a más, que propone un sonido de banda, pero de
esas bandas que lo hacen muy bien y que llevan a que el juego de
versionar se transforme en un ajuste de cuentas, en la posibilidad de
proponer arreglos (y des/arreglos) que mejoran la versión original
(aunque 'mejorar' no sea estrictamente el verbo correcto). Y todo
esto, nada menos, lo hace con canciones de sus maestros, en un
concepto de tributo que termina dibujando una cartografía personal
de alta intensidad.
Se
puede decir, sin temor a equívocos, que Ferradás vuelve aún más
poderosa a "Este momento ahora", de Ubal, canción que
rompe el silencio y que sencillamente explota tan rockera como nunca.
Lo mismo pasa con materias casi, a priori, imposibles: "Entonces",
de Jaime Roos; "Atlántida y el Dorado", de Cabrera;
"Nombre de bienes", de Mateo; y también con una de las
selladas del disco, cuando se anima con "Cápsulas", de su
maestro Darnauchans. Y se hace necesario nombrar a todas las
canciones: "Noche de lluvia", de Dino; "Doce round",
de Nasser; "Andenes", de Estela Magnone; y el cierre del
disco con una de las figuritas más difíciles, meterse nada menos
que con "Tus abrazos", de Galemire.
Canciones
aferradas son apenas diez
canciones. Pero alcanza para conformar un repertorio breve y
poderoso. La banda, como se dijo, es la principal responsable de que
todo funcione. Dirige, por supuesto, Ferradás, con guitarras, pianos
y la voz principal, demostrando el excelente nivel que viene
demostrando como productor y para manejar el sonido de banda en
estudio. Lo secundan Santiago Peralta en guitarras, Nico Román en
bajo y Ariel Iglesias en batería. La banda es implacable, pero
también lo es el trabajo de la voz, detalle no menor, porque es
donde se suele jugar todo a la hora de que cualquier canción
funcione. Y si Ferradás había demostrado maestría en grabar, como
productor, la voz de Diego Presa, ahora lo hace con la voz propia,
que brilla como nunca, encontrando una neutralidad que le permite
maniobrar -tarea nada fácil- entre tantas voces célebres y
difíciles de despegar de las versiones originales. Consigue una
neutralidad que homenajea, que sabe acomodarse en una cercanía, pero
sabe también alejarse para encontrar la fuerza, la interpretación,
por caminos sencillos e inteligentes. Un gran momento es el de la
excelente versión de "Nombre de bienes". Es la misma
canción. No hay duda. Pero Ferradás toma la decisión de prender
fuego las mágicas imperfecciones de Mateo para descubrir una canción
que en su versión realza una fuerza que permanecía acaso invisible.
Hay
otros dos grandes discos uruguayos, de versiones, que posiblemente
dialoguen con Canciones aferradas. Uno
es el mítico De memoria,
que la banda Níquel, en su mejor momento, grabara en homenaje a los
pioneros del rock y el blues uruguayo. Una por una, casi todas las
versiones, sonaban como nunca, al ser tocadas por esa máquina de
rock que supieron dirigir Nasser y Faragó. Otro gran disco es
Autobiografía, de
Dino, producido por Jaime, en el que se cruzaron dos genios y el
resultado es que las mejores canciones de don Gastón Ciarlo suenan
en ese disco como nunca.
Ferradás hizo un gran disco. Homenajeó a sus maestros y a varios de
sus mejores amigos. Hizo lo que se debe hacer en estos casos: una
ofrenda, sí, pero con la sabia estrategia de no ser exactamente
respetuoso. Y encuentra, paradójicamente, una voz propia que gana en
madurez y profundidad, disparador de algo que no estaba en los planes
del músico ni del editor: que los escuchas de este disco
encontrarán, necesario e imprescindible, revisar los muy buenos
discos a los que nos tiene acostumbrado desde hace tantos años y que
no han tenido la visibilidad que merecen.
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ESTE
MOMENTO AHORA
"Es
un tema de Mauricio Ubal grabado para el segundo disco de Rumbo.
Siempre admiré ese arreglo, quise rescatarlo de la forma más fiel
posible. Cantarlo como correspondía fue lo más complicado".
ENTONCES
"Una
vieja y hermosa canción de Jaime Roos. Si bien a la hora de avisarle
que tenía pensado grabar este tema éste supo darme su autorización,
a priori, expresando incluso que era una alegría y un honor que lo
versionara, al ser uno de los temas que más intervine, modificando
ritmo, estructura y mínimamente la armonía, realmente me preocupaba
muchísimo que fuera del agrado del autor. Afortunadamente, lo fue".
DOCE
ROUND
"Esta
canción de Nasser la conocí originalmente por televisión, a través
de un video clip en vivo de Níquel, y me gustó de inmediato. Hace
un par de años me saqué las ganas de tocarla acompañando a Jorge
en los festejos por sus treinta años de música. En aquel momento ya
le expresé mis intenciones de versionarla".
ATLÁNTIDA
Y EL DORADO
"Si
hay un disco de Cabrera que me marcó por siempre, ése es Fines.
Esta canción, junto a otras como "Tobogán" o "La
casa de al lado" son de las mejores cosas que han entrado por
mis oídos hasta llegar a mis folículos pilosos. Tenerlo cantando
conmigo en esta versión, es algo que sin duda nunca hubiese
imaginado hace un cuarto de siglo atrás".
NOCHE
DE LLUVIA
"Este
temazo del querido Dino quise llevarlo hacia un lado "Julia",
de Lennon, grabándolo sólo con la guitarra. Luego terminé
vistiéndolo un poco más".
CÁPSULAS
"Este
tema del Darno, compuesto sobre un texto del poeta colombiano José
Asunción Silva, viene directo de mi primera adolescencia y atraviesa
las muchísimas oportunidades en las que pude acompañarlo con mi
guitarra. Te la cambié toda Darno, aunque no tanto como vos supiste
hacerlo alguna vez; espero que te guste".
ANDENES
"Cuando
nos juntamos con la banda, en el estudio, grabamos diez temas en tres
días. Luego descarté uno de ellos, por lo que quedé pensando qué
otro tema podía completar el disco, uno que pudiera ir y grabar yo
sólo en una tarde. Ahí recordé esta canción de Estela Magnone, y
vale por todas las veces en las que también supe llorar por
desamor".
NOCHE
DE ÁNIMAS
"En
mis pasajes por La Tabaré, ésta era la canción que yo cantaba en
los conciertos: dos tonos y medio más arriba, como en la versión
original. Un texto bien oscuro, de uno de mis mejores amigos del día
y de la noche".
NOMBRE
DE BIENES
"Esta
versión data de hace unos veinte años. En esa época la tocaba como
penúltimo tema en vivo, el mismo lugar que ocupa en este disco.
Casualmente Daniel Báez, gran técnico de sonido con el que he
trabajado durante todos estos treinta años de grabaciones, fue quien
grabó el tema originalmente, en esa maravilla de disco que es Cuerpo
y alma, de Mateo. En algún momento me dijo: "Ale, creo que
es mirar inerte, no mirada inerte"... Lo había cantado mal toda
mi vida".
TUS
ABRAZOS
"El
Gale estuvo ahí desde los primeros días en que empecé con la
música, prestándome instrumentos y escuchando mis primeras
grabaciones. Un día, hace muchos años, realicé una maqueta de este
tema en casa y se la mandé. Cuando nos encontramos y le pregunté si
la había escuchado, se sonrió y me dijo algo como: "sí claro,
yo ya sé que me querés un poquito". Ojalá algo de lo que
aprendí con él haya quedado grabado en esta versión y en el resto
del disco".
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