mujeres frente al río


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Autora: Wara Vargas.

El agua aparece en Tejiendo redes con una estridencia que hace pensar que es bastante más que un elemento de paisaje o un mero símbolo que relaciona sus cualidades físicas a lo femenino. Es protagonista clave en por lo menos tres de los relatos fotográficos: en los luminosos retratos sumergidos de la boliviana Wara Vargas, en la referencia barrosa-amazónica de la serie minera registrada por la ecuatoriana Isadora Romero y en la presencia simbiótica cuerpo-paisaje tomada por la colombiana Juanita Escobar en un grupo de habitantes de la ribera del Orinoco. Hay también frondosas cabelleras, montañas sinuosas, colores tropicales, pero también aparecen vestuarios que refieren a historias más íntimas como la que presenta la uruguaya Mayra da Silva, o extremos ficcionales como los de la mexicana Koral Carballo. O bien todos estos elementos sintetizados -agua, paisaje, mujer, hilos, ropa, relato- en el reportaje de las "hilanderas del fin del mundo" propuesto por la argentina Luján Agusti.
Las seis fotógrafas convocadas por la curadora Gisela Volá comparten el espacio-tiempo de Tejiendo redes, en la fotogalería del Parque Rodó, a pocos metros de las aguas de playa Ramírez. No es un detalle menor. El agua acompaña el tono de este diálogo colectivo que se juega a través de la imagen y de relatos con decididas miradas de género. Son historias narradas por fotógrafas mujeres que además comparten, al decir de la curadora, "una misma generación de voces de nuestro continente, habitan los lugares que fotografían, se mezclan con sus personajes, tejen relaciones y vínculos cercanos y crean así una fotografía intimista que problematiza temas globales como personales que van desde la amenaza de la minería y las petroleras sobre una comunidad originaria de la Amazonía Ecuatoriana o la conexión con la identidad de tu propia familia interracial en Montevideo".

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¿Qué tipo de búsquedas entre lo documental y lo ficcional, entre la memoria individual y la de cada comarca, aparecen en la muestra colectiva Tejiendo redes? ¿Qué buscabas y qué encontraste -como curadora- en las autorías elegidas?
Gisela Volá: Todas las historias de Tejiendo redes conforman una cartografía con problemáticas muy concretas y a la vez muy onírica, porque en la convivencia y en lo cercano de la poesía están presentes la pregunta, lo incierto y también algunas certezas. Se trata de fotografiar como una manera de encontrar sentido a lo que se está viendo, experimentando. Algo que tiene relación directa con la idea del género documental que remite al documento que se está investigando y registrando in situ, pero que a la vez deja latir muy vivamente la subjetividad propia de la mirada, el sentir de cada autora, su impronta personal, sus sentimientos, su evocación, su interpretación y anclaje como mujer fotografiando en ese contexto. Básicamente esa es la pulsión que me surge al convocarlas, atraída por sus miradas personales, aproximación sobre los temas y universos particulares para crear imágenes, sentidos y metáforas, contando temas en muchos casos muy complejos. Creo que uno de los hallazgos que me resultó más atractivo en el trabajo curatorial fue la unión en la mirada coral, y la cantidad de capaz de lecturas ahí plantadas; y sobre todo la diversidad como una fuerza, ahí, en un montaje frente al mar en la vía pública.

Autora: Isadora Romero.
¿Cómo se va armando tu propia red, tanto desde tu experiencia personal como fotógrafa como en tu participación en el colectivo Sub o en esta curaduría de una colectiva de autoras latinoamericanas?
G.V.: La reciprocidad siempre me ha parecido una dinámica muy inspiradora. Es movimiento. Ya sea trabajar desde el colectivo Sub, en el que participo desde hace 15 años y donde continuamente nos reinventamos y las ideas se vuelven más fuertes, o en las muestras en las que me embarco que en todos los casos han sido colectivas, siempre todo va surgiendo a partir de necesidades personales que se vuelcan a un diálogo con el otro u otra. Me gusta ese caos que te permite la maraña de miradas; lo disfruto con mucho gusto. Es por eso que las propuestas del Cdf, como esta, llegan con esa impronta que me atrae, porque en Tejiendo redes somos muchas personas implicadas trabajando en sintonía y pensando unánimemente. En este caso puntual me pareció muy oportuna que la mirada fuera sobre fotógrafas latinoamericanas, porque además de una mirada de género y de llevarla a cabo en marzo, el mes de reclamos por los derechos de las mujeres, hay una mirada desde un territorio que se vuelve un grito, un canto.

¿Qué cosas son esenciales a este tipo de trabajos? Pienso en lo artístico pero también en lo puramente personal y emocional...
G.V.: Lo esencial es la profundidad y el compromiso con los temas y la ética de trabajo. Por eso me gustan los trabajos de largo plazo, que se dan con tiempo, sin apuro. No hay lugar para lo superficial; la idea de buscar trabajos o temas tienen que ver con adentrarse en algo auténtico, sin recetas ni fórmulas. La manera de llegar a esos lugares es trabajando mucho y hacerse muchas preguntas. Buscar algo genuino, un tema, una idea , una pista que de verdad me interpele y de ahí que surga la manera de contarlo.

Autora: Juanita Escobar.
¿Cuánta es la importancia de estos intercambios generados por el Centro de Fotografía de Montevideo?
G.V.: El CdeF es espacio referente en Latinoamérica para los que hacen y reflexionan sobre imágenes. La comunidad fotográfica ha mutado en las dos últimas décadas y creo que es el espacio que más se ha adecuado a esos cambios. Poder llevar adelante cualquier iniciativa es un tesoro. Encuentro que se pueden transgredir con temáticas y abordajes más abiertamente que en muchos otros países del continente. Además, lo que más me atrae es su manera de trabajo, que tiene que ver con la posibilidad de acceso, lo horizontal, lo colectivo y lo plural. Ejes que son las transformadores para quienes consumen en el arte y para quienes trabajar a con él. Porque como menciona Suely Rolnik, “el arte es una herramienta para descolonizar el mundo”.

¿Y cuánta es la importancia de la fotografía documental en este momento?
G.V.: Comprendo a la fotografía documental como aquella que busca e interpela la formas de habitar el mundo, modos de narrarlo y construir nuevos sentidos de análisis. Una manera que requiere de una cierta investigación, observación e involucramiento. Y creo que esta necesidad está más viva que nunca, porque cuando las libertades son coartadas nacen necesidades de voces e historias libres que nos abran a nuevas reflexiones, a otras verdades. Y hay una camada muy fuerte de nuevas generaciones en todo el continente que optan desde lo individual y lo colectivo por ir hacia esos lugares en busca de contar historias desde las entrañas.
El día de la inauguración de "Tejiendo redes" en Montevideo, 2019.


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