"Diálogos con nuestra bestia", montaje en el MNAV, 2018. |
Toda
mención a la Bestia
dispara una primera asociación vinculada con decibeles altos y mucha
inocencia. Fue hacia el fin de la infancia, en los primeros 80, entre
discos de Barón Rojo y Riff. Los tiempos del rock duro, animalesco.
La Bestia llegó con Iron Maiden, con el the
number of the beast
cabalgado por una doncella de hierro hecha de riffs de guitarras
eléctricas, bajo, batería y la voz de Bruce Dickinson. La imagen de
la Bestia se me hizo añicos cuando los vi en AFE, no importa el año,
no importa absolutamente nada más que contar que la Bestia, ahí,
sobre el escenario, no era más que un muñeco de carnaval, poco
digno para la carga que debe tener un símbolo tan intenso.
En
estos días de 2018, en la sala de un museo, me topé con otras
posibles representaciones de la Bestia, pero esa bestia sin mayúscula
no es tan literal ni enmarcada en el arquetipo bíblico que la
vincula a la idea de anticristo. Se acerca más, en todo caso, al
concepto del "animal que llevamos adentro", a esa bestia
que pugna por salir, por explotar. Tres artistas, cada uno desde
diferentes lenguajes, plantean en sus obras recientes conectarse con
sus respectivas bestias. Pablo Bielli desde una fotografía que se
vuelve cada vez más pictórica. Álvaro Bustelo desde la pintura
pura y dura. Gustavo Fernández Cabrera desde la escultura con
maderas, alambre, telas y todo tipo de elementos que le sirvan en sus
construcciones.
Dice
Pablo Bielli: "Este asunto arrancó hace unos cinco años, cuando
Álvaro me propone hacer algo juntos, ya que entre los dos sentíamos
que nuestras obras tenían mucha empatía. En ese momento, yo había
realizado un trabajo donde manejaba mucho el chorrete de color por
arriba de mis fotos. Ya en ese momento pensamos que nuestro tema en
común era esto de lo animal, o visceral".
Dice
Gustavo Fernández Cabrera: "Pablo y Álvaro me invitan a ser
curador, ya que consideraban que yo había trabajado el arte el tema
de la violencia como respuesta a estímulos exteriores. La invitación
era muy tentadora, pero mucho más me tentó estar del “otro lado”,
o sea, del lado del artista, ponerme a trabajar, a investigar sobre
el tema en mí, en relación a nuestra parte oscura, “bestial”.
Ahí sale el nombre de Carlos Seveso, con el cual nos une la
experiencia como artista investigador de técnicas".
Dice
Álvaro Bustelo: A Gustavo lo conocí en
una muestra colectiva, en el año 2004, en el momento de hacer el
montaje de una exposición a la que fuimos invitados. Ninguno conocía
la obra del otro, pero generamos una situación similar a la que en
este momento estamos compartiendo en el MNAV. A Pablo lo conocí en
el entorno de El Pinar, lugar donde vivo hace años. Ahí, conocí su
obra más de cerca, y me fasciné con su trabajo. Creo
que los tres trabajamos hace muchos años a nuestra bestia en nuestra
obra. Por eso mismo nos elegimos el uno al otro para hacer la
exposición Diálogos
con nuestra bestia".
Miradas
poderosas
Hay
que elegir por dónde empezar. Los colores fuertes de las pinturas de
Bustelo llaman la atención, invitan a entrar y recorrer la sala 5
del MNAV. Rojos, amarillos, naranjas, verdes. Manchas, animales,
rostros, ojos. Es inevitable mirar a los ojos. Mirar la mirada. Una
tras otra. Son algo así como espejos. Hay diálogo. Luego vienen las
fotografías de Bielli, que hace tiempo dejaron de ser fotos para
mutar en pinturas o intervenciones. La paleta que elige es más baja
que la de Bustelo. Parte de retratos de personajes solitarios que
viven fuera de su tiempo y espacio. Pero hay un problema. En la
mirada. Los rostros están difusos. No hay ojos. Esta sensación
incomoda.
Si
la bestia mira de frente en las pinturas de Bustelo, y la mirada es
esquiva en las de Bielli, el final del recorrido es un muestrario de
animales que se vuelven corpóreos, en las construcciones febriles de
Fernández Cabrera. Pero antes de llegar a ese último tramo viene
bien volver a reflexionar sobre las miradas, los rostros, los ojos.
Dice
Bielli: “En estas imágenes me meto con la conversación interna
que todos llevamos con nuestra parte irracional, en esa continua
lucha que llevamos todos los días con nuestras profundas raíces
animales, que muchas veces reprimimos para poder vivir en esta
sociedad cargada de estereotipos y reglas de convivencia”.
Dice
Bustelo: “El planteo colorista de mi
obra equilibra la paleta más lúgubre de Pablo y Gustavo, y a su
vez, la obra volumétrica de Gustavo y la fotografía pictórica de
Pablo, en cuanto a su gran expresividad, generan un balance que hace
que el espectador se vaya conforme en cuanto al concepto general y en
cuanto a la riqueza de diferentes soportes y lenguajes".
Los
sonidos de la bestia
La
mano que sangra en la mujer de espaldas (Bielli). Los ojos rojos de
un animal que grita (Bustelo). El payaso que dispara (más Bielli).
El pájaro-humano que camina (más Bustelo). Podría seguir
enumerando. Todas esas imágenes piden volumen y lo encuentran en los
objetos animalescos creados por Fernández Cabrera, que pueden ser lo
que son, lo que el espectador imagine (o sueñe), o bien pueden ser
terribles máquinas medievales en un borde mutante.
Dice
Fernández Cabrera: “La investigación me fue comprometiendo con mi
infancia, donde empiezo a visualizar el componente de la violencia en
forma de semillas depositadas por nuestro entorno a través de la
educación, nuestro hogar, religión, sociedad. Todo eso, llevado
después a lo formal, imaginado como algún vientre gigante de avispa
que emergiera de la pared desovando en la sala”.
A
esta altura del recorrido se suman los sonidos. Cobra cuerpo y
terminan de definir el montaje. Aparecen otros dos buenos muchachos:
Pedro Dalton y Fede Deutsch. También sacan para afuera sus
respectivas bestias. Aconsejo extender el viaje del montaje en Youtube, mirando
los clips de "Si barre" y "Antenas rubias", de los Buenos Muchachos. Uno
en las canteras de La Paz. El otro en una fábrica. Y luego buscar en
SoundCloud el nuevo disco de Federico. Se llama Terrorista
emocional. Es
un cancionero que dispara a otras conexiones.
Todo bien lejos, por suerte, de los Maiden.
Una
exposición: Diálogos
con nuestra Bestia en
el MNAV, con obras de Pablo Bielli, Alvaro Bustelo y Gustavo
Fernández Cabrera. Dos clips: "Si barre" y "Antenas
rubias", de Buenos Muchachos.
Un
disco: Terrorista
emocional,
de Fede Deutsch.
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