Hay
zonas de la creación artística que por necesidad vital suelen ser
extremadamente personales. En el caso de la actriz Diana Bresque, ese
momento llega con la creación y dirección de Los 85 y pico.
La idea empezó a fraguarse en su cabeza por el año 2009, con
el deseo de homenajear a las bandas rockeras de los años 80, de la inmediata posdictadura. Pero muy
pronto Bresque advirtió que las canciones de Estómagos, Traidores,
Zero, Los Tontos y Neoh 23 eran bastante más que una banda de sonido
que marcó a una generación. Eran sus canciones. Hablaban de su
vida, de sus amigos, de sus emociones. La escribió, la ensayó con
un grupo de actores dispuestos a un exigente trabajo de teatro físico
y la estrenó en 2011. Estuvo en cartel durante dos años. Y ahora
vuelve, con el nombre Los 85 y pico - Bonus Track, porque como
dice la directora, "desde que finalizamos en 2012 vengo recibido
mensajes pidiendo que la vuelva a hacer. Me negué a hacerla, por
mucho tiempo, porque me costaba entrar en el tema de nuevo por
motivos personales. Pero decidí hacerla de nuevo". La vuelta,
sin embargo, vino acompañada de un trago muy amargo: la vivencia de
acompañar de muy cerca los últimos días de uno de sus grandes
amigos y protagonistas centrales de la movida: Renzo Teflón.
***
Estaban
en pleno proceso de ensayos de Los 85 y pico - Bonus Track
cuando se conoció de la
internación de Renzo. ¿Cómo vivieron esos momentos en el elenco de
la obra?
Diana
Bresque: Los actores y actrices de la obra estaban al tanto de
todo lo que iba sucediendo con Renzo. No fue fácil para nada. Pero
en homenaje a él seguimos adelante, como lo merece. Renzo Teflón
fue el personaje más popular de los años 80. Lamentablemente
despues lo condenaron y fue el principio de su fin. Él nunca dejó
de hacer su música. Era una persona sumamente sensible... Además,
Renzo está dentro de Los 85 y
pico desde el comienzo de la obra. Y él quería volver a
verla. Un día me llama desde el hospital pidiéndome que lo llevara
para mi casa. No aguantaba más estar internado. Ese día no supe qué
hacer, quería traerlo, pero era una fantasía imposible de concretar
por su estado de salud.
¿Qué
significó para vos la creación y todo lo que se generó con la
obra, tanto en lo personal como lo que mueve en los
otros?
D.B.:
Uno de los objetivos de la obra es meter en el recuerdo a los que
fueron parte, para que se transporten y lo sientan desde lo
vivencial. Y otro de los objetivos es mostrarle a los jóvenes de hoy
cómo vivían estos jóvenes en una época que era muy estructurada y
muy callada. La generación de los 80 buscó romper estructuras,
querían hacerse notar y también transmitir sus necesidades, sus
inquietudes. Eran jóvenes que no estaban contentos con lo que
estaban viviendo y querían romper a través de la música, romper a
través de la vestimenta, romper a través de las actitudes. Tenían
esperanzas de generar un cambio.
¿Cómo
definirías a esos jóvenes de la posdictadura, y a las bandas
musicales que son protagonistas de la obra?
D.B.:
La rebeldía caracterizó a este grupo de jóvenes, que tenían la
necesidad de transmitir otras cosas y de romper sin callar. Se
sentían condenados tanto en un liceo, como en la calle, o por los
propios padres. Hasta por momentos parecía que ser joven en esa
época estaba mal visto. En lo estrictamente musical no se dio un
fenómeno masivo, pero quienes estaban intentaron salir, expresarse.
De alguna forma era una tribu de bandas, ni siquiera consciente de lo
que estaban provocando. No imaginaron que iba a perdurar en el
tiempo. Algunos eran más sarcásticos, otros eran más directos,
otros eran más volados, pero siempre queriendo decir cosas de la
política, de lo persona, de un amor no correspondido, o de la
incomprensión. También fue muy importante el tema de la vestimenta.
La ropa oscura, la mezcla de telas, las prendas de talles grandes,
las remeras cortadas, los guantes sin dedos. Asimismo, usábamos los
pelos parados y duros. Llevaba un buen tiempo el armado del vestuario
y peinado ochentoso. Yo me iba y me producía abajo en la escalera de
mi apartamento.
¿Cómo
fue el trabajo de llevar esas historias musicales y de vivencias
personales al teatro?
D.B.:
Cuando lo pensé por primera vez, me agarré los pelos de punta
porque no sabía para dónde agarrar. Si bien tenía algunas ideas,
algunas imágenes en mi cabeza que quería plasmar en el escenario
con respecto a esa época, fue muy difícil. Me llevó mucho tiempo
hacer la gran selección de música. Luego vino el armado del hilo
conductor, que terminó en una joven que recuerda la época, que va
llevando la historia a través de textos escritos por mí. El resto
de los parlamentos son letras de canciones de la época. Va pasando
por distintas etapas de su vida y se va encontrando con sus amigos de
la juventud, con personas importantes en su vida. Algunas de las
situaciones son una recreación de la realidad.
¿Cuáles
bandas son protagonistas de la banda sonora de Los 85 y
pico - Bonus Track?
D.B.:
Armé como pequeñas performance con los distintos grupos musicales,
respetando la energía de cada bandas. Los Tontos mucho más
sarcásticos, Los Traidores que son más a tierra y más directos,
Los Estómagos que van desde lo directo a lo metafórico, La Tabaré
que era como la más fresca de todas y el Cuarteto de Nos apuntaba
más al humor negro. También hay otros grupos referidos en la obra
como ADN, Neoh 23 , Zona Prohibida, Séptimo Velo, Alvacast... Más
allá de mis gustos personales, traté ser objetiva, porque en un
espectáculo uno tiene que ponerse del otro lado y visualizar. Al
querer tributar a toda una generación y a estas bandas de rock, fue
necesario abrir el abanico para homenajear a todos los músicos y
protagonistas de la época.
Es
inevitable pensar la reposición como un tributo a Renzo. De alguna
manera su muerte resignifica tu obra...
D.B.:
Fuimos amigos, muy amigos, y fue por su amistad que me metí en este
lugar maravilloso del rock nacional de los 80. Él me ayudó mucho,
en mí adolescencia, porque yo había tenido un problema personal
grave. Fue el único que estuvo siempre a mi lado. Jamás lo voy a
olvidar. Y aunque en estos 33 años nos veíamos cada tanto, cuando
me enteré que estaba internado fui enseguida y fue como si el tiempo
no hubiera pasado, como si nos viéramos siempre. Siempre tuvimos esa
conexión. Además, por él conocí al padre de mis hijos, que
también es otro artista de esa época. Lo más triste fue la tarde
del lunes 23 de abril, cuando Daniel, el hermano, me escribió a las
seis para contarme que Renzo había salido del CTI, que estaba bien,
y yo estaba justo con mi perrito Neo, en el veterinario, que también
estaba muy mal. Y una hora después, a las siete, me cae un mensaje
de Daniel diciéndome que Renzo había fallecido. Quedé desplomada.
Y al rato, también murió Neo, con quién conviví por 16 años. Fue
un día muy muy triste.
((artículo publicado en revista CarasyCaretas, 04/2018))
No comments:
Post a Comment