venganzas y pasiones químicas




las historias perturbadoras son la principal arma literaria del autor escocés irvine welsh, además de una actitud cínica que algunos críticos continúan confundiendo con signos de neo-fascismo. el lugar de los relatos y sus personajes no han cambiado demasiado desde trainspotting; sí la atmósfera, y eso lo ha dejado en claro el propio escritor en una entrevista que le realizaran cuando publicara su segundo libro: “trainspotting era rock-heroína y acid house es trance-éxtasis”, decía welsh. pero este cambio de experiencia vital no trajo consigo ni novedad ni un paso diferente en su escritura, como también sucede en los tres relatos que componen este recién publicado éxtasis. es, simplemente, más de lo mismo. escritura rápida, un muy eficaz uso de la primera persona y estructuras fragmentarias a veces fallidas.
welsh se sigue sumergiendo en historias que tienen al amor o su ausencia como centro. sus personajes siguen siendo yonquis y hooligans, todos chicos y chicas que trabajan poco o de forma rutinaria que gustan de ir a pubs y también a discotecas donde se baila música electrónica. ya desapareció el rock en las historias de welsh, así como comienzan a aparecer personajes de treintaypico que viven con su pareja, tienen hijos y se han adaptado a un sistema en que el ideal laborista ha sido absorbido por una práctica conservadora del neo-tatcherismo imperante. cuando welsh hace andar a estos personajes todo funciona de mil maravillas, y sucede el mismo entusiasmo que produjo la lectura de trainspotting o de un listillo, novela corta incluida en acid house. las lagunas aparecen cuando intenta adquirir, a la fuerza, un tono marcadamente literario. allí fracasa, tanto tomando personajes que no le van (una escritora de novela rosa o un gerente de una corporación, por ejemplo), como acercándose –nuevamente y sin éxito- a la técnica de los relatos. definitivamente no le van a welsh las historias cortas, cosa que se notaba en acid house, y esa incomodidad provoca la sensación de que uno esté leyendo un desprolijo borrador-para-algo-de-mayor-aliento más que un relato breve y efectivo.
‘lorraine va a livingstone’, el primer relato, en el que se desarrolla una ambigua relación entre una escritora de segunda y una joven enfermera, sólo se salva por esa abúlica chica que parece que está por estar, que vive una dura problemática afectiva mientras consume un éxtasis tras otro, que se enamora de su mejor amiga (otra joven enfermera) y encuentra su redención en una oscura venganza. una sórdida trama paralela de viejos verdes perversos y necrofílicos, entre ellos el esposo de la escritora, da un color morboso al relato pero asimismo peca de ser demasiado poco creíble.
en el segundo relato, ‘la fortuna está siempre oculta’, el asunto mejora, aunque welsh pierde demasiado tiempo en deshilachar una historia que ya es bastante confusa por sí misma. una chica que nació sin brazos, víctima de la tenazadrina, continúa su venganza personal contra el laboratorio que impuso al mercado la referida droga veinticinco años antes. el relato se pierde al detenerse en historias que son más provocativas que eficaces, pero gana cuando welsh hace hablar en primera persona a un hooligan que se enamora de la chica y que lleva a cabo finalmente la venganza final.

2 comments:

Anonymous said...

Entre aqui por buskar en el google Tenazadrina (no me acordaba ke era la Talidomida en realidad).Me acabo de leer este libro y a mi me enkanta =)
1 saludo!

AiLiNkA

Anonymous said...

P.D.:Te falto hablar sobre la 3ª historia xD

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