viaje a la perfección



Algunos la definen como “generación pimba” y otros le colocan otros adjetivos. Es difícil ponerse de acuerdo. Pero es más probable coincidir en que a un costado del rock montevideano se ha desarrollado –en paralelo a la visibilidad de revistas de tendencias (Pimba!, Freeway y Neo) y a boliches como Pachamama y La Ronda- un circuito de bandas y artistas alternativos que han despegado en estos últimos tres años.
¿Qué tienen en común Astroboy, Max Capote, Motosierra y Dani Umpi, los nombres que más suenan de este entorno? Poco y nada. Sin embargo aparecen como una gran familia alternativa, y no son excepción los gestos de camaradería que van desde compartir escenarios hasta colaboraciones en grabaciones. Un ejemplo paradigmático es el cover de Motosierra que grabó Martín Rivero para el disco Alma Mater o el dueto entre Umpi y Capote en el bolero ‘Quizás, quizás, quizás’.
El caso de Dani Umpi es singular. No es exactamente un cantante, pero desde hace años se sube a distintos escenarios. No es exactamente un escritor, pero ha publicado dos novelas celebradas por la crítica argentina. Podría definirse más acertadamente como un artista, que en su acción cotidiana se ha destacado como uno de los motores y provocadores más expansivos de la “nueva generación”.
Antes de llegar a la edición de Perfecto (publicado por el sello Contrapedal), en definitiva su obra más pretenciosa y visible, Umpi lleva adelante una prolífica carrera que incluye sendas performances como integrante del colectivo de arte Movimiento Sexy y grabaciones –al borde del arte conceptual- entre las que destaca el disco North, versión literalmente en inglés del disco Sur de Jaime Roos.
Si en las primeras actuaciones en Pachamama y Living como cantante, el arma escénica de Umpi fue la parodia y en su repertorio no faltaban covers de Camilo Sesto, The Human League y Marta Sánchez, el artista intenta en Perfecto mostrarse como una pop-star altamente producida que apuesta a convertirse en éxito masivo con sus propias armas. Para construir la gran ficción convocó a Daniel Anselmi –uno de los más destacados músicos electrónicos del Plata- y se encerró durante varios meses en un estudio para crear un disco cien por ciento pop.
Umpi, confeso admirador en el plano musical de la madrileña Alaska y de argentinos como Miranda y Adicta, maneja a la perfección –desde la escritura- los tópicos clásicos de la cultura gay metropolitana. Y lo hace sin amaneramientos ni lugares comunes, como en los personajes de sus novelas Aún soltera y Miss Tacuarembó.
Es por ello que las letras de casi todas las canciones de Perfecto destacan por el oficio de un artista capaz de construir personajes y pequeñas historias con humor, ingenio y elegancia. En lo estrictamente musical, la dupla que hacen con Anselmi potencia un pop bailable y fresco que se acomoda perfectamente a la interpretación naif de Umpi, lo que provoca que la mayoría de los tracks de Perfecto sean posibles hits veraniegos.
‘Yo me haré a un lado’, ‘Atracción’, ‘Dark room’, ‘Hoy no voy a salir’, ‘No me vas a sacar a bailar’ y ‘Manejate valor’ son, más que canciones, chicles pop que se pegan al instante y resultan contagiantes. Es probable que el disco decaiga un poco en algunos momentos de excesivo regodeo de la dupla Umpi-Anselmi, pero está a la altura de cualquiera de los discos de sus ídolos, y habría que agregar el inigualable Maldito Raphael en la lista.
Los invitados especiales –desde Renzo Teflón hasta Carlos Perciavalle, pasando por Supervielle, Capote y el dúo Noelia Campo-Paola Bianco- le imprimen alguna que otra sorpresa extra al debut de Umpi, pero además certifican el pretendido bautismo de pop-star. Todos, al participar, validan a un anfitrión que a su vez les permite unos segundos de exposición en su obra. Umpi, a su vez, es objeto del fotógrafo Rafa Lejtreger y el diseñador SSC, en un librito que destaca como uno de los envases más seductores e impactantes de la temporada.
En definitiva, un disco diferente para lo habitual de la música uruguaya y que abre la carrera “seria” de uno de los artistas más inteligentes y lúcidos de la nueva generación. Hay Umpi para rato, y esto es solo un gran comienzo.

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