Federico
empezó a publicar canciones en el sello virtual
Estampita Records. Guitarra y voz. Precarias pero derrochando
talento. Publicó al menos dos discos -los volúmenes 1 y 2 de Los
amigos imaginarios- y una de
esas canciones figuró en el compilado Cosas de la
civilización. Su
nombre empezó a sonar, y fuerte, cuando se conoció la
noticia de que estaba al frente de Julen y La Gente Sola, grupo que
preparaba su debut en disco con la colaboración en producción de
Ezequiel Rivero. La historia oficial cuenta que Julen y
la Gente Sola se forma como banda con Marce en batería, Juampi en
guitarra y Federico en guitarra y voz. Se presentan en público, por
primera vez, en mayo de 2012. A partir de ese momento empiezan a
tocar de forma asidua en diferentes lugares de Montevideo: bares,
librerías, liceos, facultades y casas, pero sobre todo en casas. A
fines de 2014, a través de Bandcamp, publican un primer disco que no
pocos críticos y músicos han catalogado como el mejor disco del
año. Uno de esos discos que, a fuerza de buenas canciones, patean el
tablero.
EN
EL CUARTO
Julen
y la Gente Sola existe desde que Federico empezó a hacer canciones y
le puso nombre a la banda imaginaria que las tocaba en su cabeza:
Julen and his all the Lonely People Club Band. Por ese entonces, año
2009, le costaba cantar durante tres minutos seguidos, sin hacer una
pausa en el medio. Llegó a pensar que tenía algún tipo de
deficiencia respiratoria y que eso no le iba a permitir afuera de su
cuarto de adolescente. "Obviamente no sabía respirar",
cuenta Federico. "Yo, como siempre, lo exageraba todo".
Siguió haciendo canciones igual. Había aprendido nueve
o diez acordes. Algunos se los pasó su hermano mayor y el resto los
sacó de un libro para tocar canciones de Zitarrosa. Ese año, 2009,
estuvo signado por cambios duros: una mudanza que lo obligó a
cambiar de liceo, y muy especialmente la muerte de su abuelo,
a quien recuerda como un segundo padre. "Fueron todos motivos
suficientes para que un adolescente frágil decidiera guardarse del
mundo. Me refugié en eso, en hacer canciones. Era lo único que
hacía".
PRIMERAS
SALIDAS
Federico retomó el liceo en el 2010 y conoció a Juampi,
que tocaba en una banda que hacía covers de los Beatles, entre otras
bandas de rock clásico. Una noche los fue a ver a una parrillada.
Los pibes andaban bien. "Cuando terminó el toque me acerqué a
este muchacho, que era el más deforme de todos, medio ente y
callado. Me animé a decirle que yo hacía canciones y que me
gustaría tocarlas con alguien más, que podía ir a mi casa cuando
quisiera e intentar tocar algo juntos". Pasaron unos cinco meses
de la noche en la parrillada que Juampi pasó por casa de Federico.
Intentaron tocar algunas cosas juntos. Aunque no salieron muy bien,
quedaron entusiasmados igual. Antes que nada, se hicieron amigos. En
ese mismo año fue que Fede tocó solo por primera vez. Guitarra y
voz. Era invierno y uno de sus hermanos estaba organizando un
festival de Murga Joven en el barrio. "Canté una canción entre
medio de dos murgas; fue intenso y hermoso. Volví a tocar solo, como
quince canciones, en el bar de la esquina de casa, y en noviembre fue
la primera vez que tocamos con Juampi, en el Miranda. Fue bastante
aterrador. Sentí que nadie entendió nada y que estaba muy solo en
el mundo. No salí de mi cama en todo el fin de semana y sentía que
nunca iba a volver a tocar en frente a nadie. Estaba exagerando, como
siempre".
GENTE
SOLA
Al
año siguiente, ya el 2011, en la clase de Federico se sumó un pibe de
lentes que nunca salía a los recreos ni hablaba con nadie. Buscó la forma de
acercarse: le hacía acordar a lo que había sufrido él mismo el año
anterior con sus problemas de integración. Un día, a la salida, el chico le contó que venía de
España, donde había estado viviendo desde hace unos años y que
allá tocaba la batería en una banda. A la semana siguiente dejó de
ir al liceo. Faltó como cuatro días seguidos, lo que llevó a
Fede a pedirle a la adscripta que lo llamara a la casa. "Al
rato estaba el Marce, ahí, sentado en la escalera del liceo: me
contó que había fallecido un amigo que tenía en España y entendí
que era el que lo había entusiasmado con el asunto de tocar la
batería. Hagamos una banda, le dije". Como Marce no tenía
batería, empezaron a juntarse en casa de Federico a jugar al Play
Station y a tomar Coca Cola. "Cuando nos aburríamos, Juampi y
yo agarrábamos nuestras guitarras, yo le alcanzaba a Marce tambores
rotos, baldes y diferentes superficies donde pudiera percutir con sus
manos. La idea era tocar juntos. Igual no sé cómo no se nos ocurrió
ir a una sala de ensayo". De esas juntadas quedaron algunas
maquetas en las que aparece otro amigo, Agustín, emulando la batería
con su teclado. Cerca de fin de año se presenta la oportunidad de
volver a tocar en el liceo. Esa vez Federico tocó tres temas solo y
otros tres acompañado por Juampi, Marce y Agustín. "Todavía
no eramos una banda, era un accidente", recuerda Federico.
EN
MOVIMIENTO
Para el verano de 2012, Marce se compra una batería
y empezaron a ensayar una o dos veces por semana. Para mayo ya tenían
unas ocho canciones que tocaron en el segundo y último festival de
Nikikinki Records. A fines de ese año tuvieron un toque en el Peach
and Convention, que cuenta como la primera fecha "importante"
de Julen y La Gente Sola y es el punto de partida de la relación del
grupo con el colectivo Esquizodelia y con Ezequiel Rivero. Empezó a
dar vueltas la idea de un disco. Otro buen verano fue el 2013, con
mucho toques. En abril abrieron el escenario chico del Contrapedal.
"No tuvo mucho sentido, pero nosotros estábamos bastante
emocionados por habernos metido en un festival", puntualiza
Federico. Esa misma noche, después de ver el show de los platenses
El Mató a un Policía Motorizado, conoció a unos pibes de Solymar
que le presentó Dieguito, de 3 Pecados. Ellos tenían una banda
-F.A.M.- y quedaron en hacer una fecha juntos que se concretó en
mayo, en El Cañaveral. "Hacía un frío horrible y tres días
antes había fallecido Diego", cuenta Federico. "Yo estaba
muy triste y capaz fue una de nuestras peores fechas como trío, pero
ese día fue especial, porque me colgué con Agus, la bajista de
F.AM. ¡Mierda, tocaba muy bien y tenía lo que hay que tener! Volví
a casa bastante obsesionado con la idea de incorporarla". Hasta
ese entonces, Fede y sus amigos no habían pensado en tener un bajo
en la banda. No veían que hiciera falta. Con las guitarras y la
batería les parecía que en el vivo estaba bastante bien, y para las
grabaciones en estudio Ezequiel se había ofrecido para grabar
algunos bajos. "En realidad no tenía mucha idea de la función
de un bajo hasta que la vi tocar a ella", cuenta Federico. "Unos
meses después, la encontré en la puerta de Humanidades y sin pensar
mucho le dije que quería que tocara con nosotros. Me dijo que no,
que estaba muy ocupada. Y lo estaba. No me puse mal, medio que me
resigné a que siguiéramos nosotros tres". Julen y La Gente
Sola siguió como trío, hasta que después de un toque muy bueno con
Eté y Los Problems, mientras planeaban una segunda fecha con F.A.M.,
Agus le escribe a Fede preguntando si podía tocar el bajo con ellos
en algunas canciones. Esa fecha se cayó, pero se sumó al grupo en
el Peach and Convention. "Sacó diez temas en un mes de ensayo.
Fue justo cuando empezábamos a grabar el disco, así que también le
ofrecí si quería grabar con nosotros. Fue todo bastante natural;
ahora ya es parte del grupo. Es nuestra chica de oro".
EL
AÑO FELIZ
El
año 2014 fue de concreciones para Julen y La Gente Sola. No pararon
de tocar: una fecha compartida con F.A.M. antes del cierre de
Guambia; un Paullier y Guaná incendiario con Diego Rebella; un
acústico en la puerta de La Lupa con sus padrinos de Carmen
Sandiego; el primer toque largo y solitario en Paullier y Guaná; una
primera cruzada a Argentina; el show en la Vaz Ferreira en el ciclo
Esquizodelia de Colección. Solo faltaba el disco, que en el
último mes del año lo subieron a la plataforma Bandcamp. A partir
de ahí, comienza otra historia, la que se está escribiendo: las
primeras reseñas críticas, los excelentes comentarios de colegas y
la certeza de que Julen y la Gente Sola, con las canciones de
Federico, es una de las revelaciones de la escena musical
montevideana.
Las
canciones de Federico saben agridulces. Se pegan directo. Están
hechas desde la fragilidad adolescente, desde la impostura del chico
de barrio que quiere comunicarse con su guitarra y versos cotidianos
de soledad y desencuentros, que encuentra el punto de apoyo en un
grupo de amigos que lo conoce a la perfección. La Gente Sola está,
por suerte, más allá de los lugares comunes de un rock y que ya no
dice nada más que asuntos de técnica: toman entonces un poco del
desatino del indie, algo de la ligereza del twee pop, pero sobre todo
están curtidos de las ganas de hacer canciones propias, de este
tiempo, de esta generación. Son parte, y lo saben, de un linaje
montevideano que de a poco se vuelve visible y se hace un lugar.
Federico y sus amigos son fans y dialogan musicalmente con los 3
Pecados, Carmen Sandiego y La Hermana Menor, pero también con Mateo
y el Darno, con Belle and Sebastian y los vascos de Le Mans y La
Buena Vida. Y han hecho, eso es lo más importante, uno de esos
discos importantes, luminosos, que hay que escucharlos.
UNA PEQUEÑA ENTREVISTA
¿Cuándo
te diste cuenta que tus canciones funcionaban, que empezaban a salir
de tu cuarto y se volvían puentes con otra gente, con un público ávido de escucharlas?
No sé si llego a percibir eso aún, al ser éste el primer disco. Con Julen y La Gente Sola estamos viviendo todas esas cosas por primera
vez. En nuestro último toque en Paullier y Guaná nos pasó que
quedamos shockeados al ver que la gente sabía las letras y las
cantaba con nosotros. Fue bastante lindo y emocionante. Después, otra cosa, es cuando te das cuenta que una canción está buena y eso
pasa apenas la componés. Me acuerdo que cuando hice "Trotsky Vengarán" sabía que tenia algo especial y no podía esperar a mostrársela al
resto de la banda y tocarla con ellos para compartir ese sentimiento... Así que últimamente trato de llevar a los ensayos solamente las canciones que me causan
eso.
A eso iba... ¿qué tipo de canciones separás para el proyecto con Julen y cuáles dejás para tus discos como Federico?
¡Dejo las mejores para Julen! Casi siempre grabo maquetas de todas las
canciones que hago y las que no llevo para hacer con la banda las
termino juntando y publicando como discos caseros. También me pasa que en algún momento tengo un viaje muy personal y
efímero, entonces termino haciendo una maqueta mía y esas canciones
casi nunca entran en el plan de la banda.
Al mismo tiempo que publicaste el disco de Julen, colgaste para descarga
Migas, con más canciones tuyas. Y luego las que grabaste con Flavio Lira en el proyecto Las Valerias. ¿Sentís necesidad imperiosas de sacarlas, de compartirlas, de ponerlas en
libertad?
Sí, existe eso de liberar, de sacar y poner en libertad. Lo de la
maqueta Migas es una muestra de algo que me pasa: yo compongo mucho
y experimento en casa con diferentes cosas y me doy cuenta que si
bien esas canciones no funcionarían en Julen no dejan de parecerme
lindas y me parece bueno que existan más allá de mi computadora. Con Las Valerias nos pasó de juntarnos con Flavio estando ambos en medio
de la grabación de los discos "serios" de Julen y Carmen Sandiego... Tener ese espacio para grabar de forma más lúdica y
caótica con un amigo es bastante divertido. También
hay un poco de lo que sentía al sacar las primeras maquetas, eso de
hacerlo en medio de un impulso, con mínimos recursos y sin esperar
por nadie. Hacés y sacás un disco que tampoco nadie está
esperando... lo hacés porque es lo que te gusta hacer. Y además, te cuento que tengo muchas cosas que me guardo para mí y no publico.
¿A quiénes sentís como referencia-influencia en la música uruguaya?
Hay referencias y cosas que escuché, me impactaron y me marcaron
cuando estaba empezando a pensar en hacer canciones. Toparme con el
videoclip de "Desencuentro" de Amelia, a las tres de la madrugada en Tevé Ciudad, por
ejemplo. Unos años después descubrí por Internet a Carmen Sandiego y 3 Pecados, después di por accidente con el disco Todos estos cables rojos de La Hermana Menor. Y bueno, después me pasó de ver en vivo a Diego Rebella, Franny Glass y a Eté tocando sus canciones tristes en una
librería de la Ciudad Vieja, o pasar meses investigando las
discografías de Darnauchans y Fernando cabrera. Siento que surgí
también en una generación buenísima, con bandas que admiro y que
nos influenciamos mutuamente por estar tocando juntos... O'Neill, Los Zalvajes y la mejor banda del mundo
entero: Comunismo Internacional.
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