En
el centro mismo del indie local hay un muchacho irreductible -lo
llamo muchacho, porque así lo seguiría llamando su padrino Eduardo
Darnauchans, o tal vez le diría "bad boy"- que va por su
tercer muy buen disco, eléctrico, noctámbulo, pleno de canciones
urgentes y esta vez calibradas en el filo del desamor. Fue mozo en La
Ronda alguna lejana temporada, lo que lo canoniza indie, como a
varios de sus colegas de Astroboy, Carmen Sandiego, Lucas Meyer y
tantos otros. En esas y tantas noches de tantos años hizo muy buenos
amigos, gente del rock, también del mainstream del rock como Seba
Teysera, Garo, el Tüssi, del cine, de la publicidad, o simplemente
gente que busca territorios donde exiliarse, al menos por unas horas.
El
éxodo, así se llama el tercer
cancionero del muchacho Ernesto Tabárez -firmado como siempre Eté &
Los Problems-, es ante todo un álbum de canciones, algunas más
exasperadas que otras. A veces pegando bien arriba y palo y palo, en
unos riffs que llevan directo a la alquimia porteña del Pappo de
Ruedas de metal; son
los momentos de "Aparte" y "Ruta 8", canciones
que pegan, que llaman al borde del escenario para encontrarse con el
Ernesto performer, ese que cuando da un show muestra que hay pocos de
su linaje, en el que se encuentran -por qué no- el Darno y Nico
Barcia, Lou Reed y Morrison. Hay también joyitas como "Río
arriba", bien épica, partiendo desde cero para estallar en la
exacta pulsión velvetiana de un final a pura emoción. Pero además
de rocker, Ernesto es un delicado compositor pop de no/tan/dulces
canciones pop, esa cuerda reservada solo para grandes como el catalán
Sabino Mendez, o los argentinos Andrés Calamaro y Manuel Moretti. Le
salen entonces cosas como "Objetos perdidos" o esa
magnífica "Jordan". Pequeñas maravillas.
Ernesto
escribe con densidad y no deja que ninguna palabra se le vuele por un
riff pegajoso. Es ante todo un escritor, dotado con una voz ronca y
poderosa; es también un guitarrista que se lleva muy bien entre
melodías y palabras. Y que sabe armar una buena banda: la última
formación de Los Problems es casi perfecta para sus canciones.
Hace
tiempo, desde los Malditos banquetes,
que este buen muchacho está mostrando que lo suyo va más que en
serio. Es indie. No es indie. Es rock. No es rock. Es de acá. Y está
en un punto raro, manteniendo ese equilibrio de los que van de mesa
en mesa contando y escuchando historias. Siempre nocturno, a veces al
borde, a veces escapando, como en "El incendio", pieza
clave que abre el disco: "Yo creo que es mejor/ seguir
moviéndome/ a dónde voy, no sé/ ¿adónde voy?". Si todavía
no saben de él -en eso es indie, todavía no ha conquistado grandes
públicos- pueden empezar por el emocionante clip "Los muertos"
(filmado en La Ronda por Pablo Stoll), o bien el flamante de
"Jordan", excelente plano secuencia dirigido por Matías
Ganz y protagonizado por Federico de Julen y La Gente Sola.
((artículo publicado en revista CarasyCaretas, 1/2015))
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