memoria presente


Entre las obras seleccionadas al último Salón Nacional, existe una, la instalación net-art de Jorge Soto, que debería ser exhibida en forma permanente en algún sitio del museo, o tanto mejor proyectada en un muro o en una pantalla que esté ubicada en la vía pública. Es una obra simple, potente y que se conjuga en tiempo presente. Es una obra cuyo propósito último sería paradójicamente el de no existir y que cobra sustancia y densidad en la interpretación de cada espectador. Y, en el plano formal, logra una sensación que pocas veces se consigue: alinear la frialdad de la técnica del net-art con la provocación temporal de la performance.
¿Qué representan esas series de contadores, exactamente ciento noventa y tres, la mayoría de ellos en sucesión creciente, contando un segundo tras otro? Cada contador detalla la cantidad de segundos entre la desaparición de personas durante la dictadura uruguaya de los setenta y el instante de visualización de la obra. Hay algunos números fijos, estáticos. Ellos representan a los niños restituidos a sus familiares y aquellos detenidos políticos cuyos restos fueron encontrados.  
La instalación de Jorge Soto es una de esas obras capaces de conmover y que demuestran la validez y oportunidad de un arte político que formule planteos originales y efectivos. La sobriedad de los contadores, sumada a lo implacable del transcurso del tiempo, ejercen en el espectador la sensación de que la historia no se ha cerrado, que las heridas siguen abiertas, que hace falta verdad, mucha verdad, para que todos los contadores puedan llegar a detenerse en un futuro.
"La obra no está inacabada", precisa Soto. "La situación que la genera sí, por lo tanto es una performance que tiene, o debería tener, una obsolecencia programada que no depende de mí. Como lenguaje programado la obra puede tener diferentes configuraciones, ya sea en la red o en una sala de exposiciones, o en cualquier lugar que tenga acceso a la web, pantallas, monitores o celulares". Esta versatilidad es la que permite que, aún terminado el tiempo de exhibición en el Museo Nacional, pueda verse en el blog del artista (jfsotoobras.blogspot.com).

((artículo publicado originalmente en CarasyCaretas, 11/2014))

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