Los 15 artistas que trabajaron en la instalación "Inmersión". |
El proceso de
trabajo comenzó vía email, en el pasado mes de febrero. Se
intercambiaron ideas y se llegó -entre todos los convocados- a un
acuerdo estético en la obra grupal: se eligió hacer
un mural entre los quince artistas, interviniendo cada uno un
fragmento sobre un “manchado” grupal utilizando pintura blanca y
negra. Llegar a la forma y montaje de gran obra colectiva no fue sencillo. El grupo de quince tuvo un ida y vuelta muy intenso a través de emails. “Debatimos bastante, hasta que llegamos a un acuerdo”, cuenta Magariños. “Hubo varias propuestas que fueron tomadas en cuenta, hasta que a la hora de decidir tuvimos que someter a votación, para hacerlo más democrático”, agrega Ignacio Amorim. Lo más interesante, coinciden todos, son las distintas maneras de enfocar el trabajo, la diferencia entre el hacer individual y el colectivo. “Es una instancia diferente”, dice Sandleris. “Yo estoy acostumbrada a trabajar sola, a tomar mis decisiones. En una instancia colectiva, como esta, hay que negociar y defender la posición de uno. Esto obliga a reflexionar, conceptualizar, buscar las palabras precisas para poder trasmitir una idea”.
A la instalación colectiva Inmersión
se suman obras individuales y otras cinco realizadas en diálogos
artísticos de tres artistas cada una. Gustavo Genta define al
proceso como “intenso”. En su caso, le permitió desarrollar una
idea que tenía hace mucho tiempo con ganas de realizar. Analía
Sandleris, que se define expresionista, colaboró con dos
artistas hiperrelistas, lo
que llevó a que la
obra en formato trío tuviera que articular diferentes lenguajes para
trabajar sobre el tema específico “especies en peligro de
extinción”. La artista
Lizzy Magariños dice haberse
vinculado con el tema desde una mirada abstracta y que le sorprendió
la manera en que se llegó a las creaciones colectivas.
Mural colaborativo realizado por TMTTR. |
“El tema que nos une a todos es el agua, y los diferentes equipos que se formaron lo han encarado desde muy diferentes perspectivas estéticas y conceptuales”, dice el artista Ignacio Amorim, cuyo grupo optó por teñir agua con tintas de colores y almacenarla en recipientes de vidrio. Rogelio
Osorio y Felipe
Secco también trabajaron duro en el montaje de Inmersión.
Osorio
eligió colaborar con dos videoartistas, complementando lenguajes
visuales desde su identidad pictórica. Secco, mientras tanto, en su obra individual trabajó
sobre la imagen de Iemanja, totalmente cubierta de pintura negra,
emergiendo de las aguas de playa Ramírez. “La alusión al río, al
mar, no la puedo desligar de pensar en las consecuencias que tiene
sobre ellos la manera de vivir del hombre, deteriorando el ecosistema
de forma irreversible”, dice el artista.
Experiencia de TMTTR con pinturas aromáticas |
“Fue
un aprendizaje de ida y vuelta”, concluye Magariños. “Una
inmersión en nuevas técnicas y formas de trabajar. Por suerte
descubrí que los artistas uruguayos tenemos mucho para dar. Vale la
pena “zambullirse” en el Río de la Plata”.
Artistas que colaboraron en el proyecto "Inmersión": Mary Annbeal
(Francia), Joan Belmar (Chile), Ivana Panizzi (Brasil), Eglon Daley
(Jamaica), David Carlson, Judy Jashinsky, Betsy Stewart y Richard
L. Dana (Estados Unidos), Analía Sandleris, Ignacio Amorim, Rogelio Osorio,
Lizzy Magariños, Gustavo Genta y Felipe Secco (Uruguay).
((artículo publicado en revista CarasyCaretas, mayo de 2014))
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