El
ilustrador Francisco Cunha se dedicó a investigar una serie de sus
personajes para darles movimiento, hacerlos salir del papel. El
resultado es Fanzine animado,
obra visual que puede verse en el Subte.
Hace
algunos años, en tiempos que reinaron en Montevideo el stencil y el
sticker, varios artistas urbanos estamparon obras que trascendieron
la calle, revelando autorías con identidades estéticas poderosas.
El colectivo Big Lala, Alfalfa, Eric Schou, Agustín Sabella, Purple
Dog Crew, fueron algunos de los ejemplos más destacados. Entre ellos
se coló Fran, con ilustraciones -generalmente rostros- de pocas
líneas, muy hábil en el uso de marcadores, a veces en plan
solitario y otras en equipo con María Calvario y otros graffiteros.
Francisco
Cunha es el nombre completo de Fran, ilustrador, diseñador gráfico
e integrante del desaparecido grupo musical Vieja Historia. Si bien
discontinuó sus salidas callejeras, nunca dejó de llenar cuadernos
y libretas con ese particular trazo que lo hizo conocer en paredes y
muros de Palermo y Parque Rodó. Y hace algún tiempo se le ocurrió
la temeraria idea de animarlos, de darles movimiento, de salir de la
figura y jugar con el transcurso del tiempo. Hizo varias pruebas,
mientras aprendía y ensayaba la técnica adecuada.
Poner
en el laboratorio a sus ilustraciones llevó a Cunha a anotarse en el
taller de animación de Alejo Schettini. Para la sonorización contó
con la colaboración de Carlos Servetto y Nicolás Rodríguez, del
estudio Heavi. Eligió, en una etapa posterior del proceso, a
veinticuatro personajes de una serie de bocetos de un mismo periodo,
que tenían un entorno común. El desafío de animarlos lo llevó a
estudiarlos uno por uno, a investigar en la esencia de cada uno de
ellos, a preguntarse quiénes eran y qué estaban haciendo.
El
resultado del proceso creativo de Cunha es el audiovisual Fanzine
Animado, que se exhibe en estos
días en la Sala M del Subte. En un fondo blanco se van presentando
los personajes. Uno tras otro. Sus contornos y sus acciones, en el
tiempo, en un loop que no se detiene. No hay historia. Hay la
creación de una colección de frikis: una chica que camina sin
detenerse, un personaje que golpea su cabeza, alguien que lee y llora
su propio ojo. Diferentes acciones. Ruidos. Cuerpos que se abren y
contraen, que golpean, que se mueven, que no se relacionan, o sí,
armando secuencias, algo así como la multitud, la suma de
veinticuatro neurosis, una composición audiovisual. Fanzine
Animado gana ritmo, provoca al
espectador con su simpleza puesta al servicio del exceso de
simultaneidad, de la sobredosis de información. Es lo que se ve:
trazos negros sobre blanco, sutileza, el mismo relato que ya
elaboraba Fran desde sus primeros trabajos en muros.
Fanzine
Animado comparte sala con dos instalaciones: Proceso circular
de Dalila Goncalvez y 26312
pesos de Fabián Roudown. Esta
circunstancia deja lugar, más allá del azar, a una posible unidad
que deja entrever un tema que atraviesa los tres trabajos: el
problema del tiempo. Si en Fran es el desafío de mover sus
ilustraciones, el tiempo opera en la obra de Roudown (en la sala XS)
como el disparador, la secuencia que lo lleva a intervenir los
tickets “a cuenta” de un almacén que le salvó su economía
doméstica. La obra es circular, se completa con la venta de los
tickets para saldar la deuda. Y en el montaje de Goncalvez el tiempo
es central (y también circular), como tópico y herramienta de la
creación contemporánea. Hay que detenerse en las colecciones de
lápices y bolígrafos usados, punto alto de la muestra de la Sala
XL.
En
definitiva, cada artista plantea, en el espacio del Subte, un dilema
temporal. Y el recorrido termina, gratamente, con esa cinta sinfin de
Fran llamada Fanzine Animado,
una “vivencia” artística de las que escasean y hay que aplaudir,
por sutileza y por la capacidad de emocionar.
Método
Fran
“Cada
vez que me enfrentaba a un personaje, bocetaba un par de cosas que
podía estar haciendo. Siempre busqué un equilibrio entre lo primero
que se me venía a la mente y lo que mis habilidades de animación me
permitían. En muchos de los personajes, los momentos más
importantes se dan cuando están detenidos, en ese instante antes de
la acción”.
((Artículo publicado originalmente en revista CarasyCaretas. Las fotografías de las ilustraciones de Cunha fueron tomadas por Juan Pablo Landarín))
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