La denominación
exacta es "acontecimiento". Los responsables de CasaMario
no refieren a muestra, ni exhibición, ni intervención. Entre las 16
y las 23 horas del sábado 15, se abrirán las puertas de la casa,
para que invitados y público en general puedan aproximarse a lo que
propone un grupo de artistas que se pusieron a trabajar en conjunto,
en un trabajo de equipo que en su primera acción lleva el nombre de
Bloque errático.
CasaMario
es una iniciativa del artista Sebastián
Alonso, quien junto a Rita Fischer y Tamara Cubas comenzaron en el
año 2013 a conformar las diferentes líneas de trabajo de un
proyecto de trabajo colaborativo en el campo del arte. A partir de un
convenio con Casona Maua, se estableció un comodato que les permite
-desde entonces- utilizar los bienes inmuebles de la calle Piedras
627-629: la planta alta para realizar talleres y montar oficinas de
trabajo, y una planta baja de uso público. Se fueron sumando otros
artistas y las primeras actividades incluyeron eventos musicales y
performáticos, exposiciones y lo que se dio en llamar
“Activaciones”: reuniones de discusión con invitados que
presentan sus experiencias en torno a temáticas de prácticas
artísticas o sociales.
La
idea de los "Acontecimientos", de duración expositiva de
un día, corresponde a la exhibición de un trabajo colectivo de
varias semanas entre un grupo de artistas de diferentes disciplinas y
lenguajes, con la intención de vincular el concepto de colaboración
con la propia identidad de CasaMario. "Como habitantes actuales
de ambos inmuebles", cuenta Alonso, "nos propusimos
conformar un equipo de trabajo que desde un principio pusiera en
discusión las distintas nociones de casa,
problematizando la arquitectura, su tipología, sus modificaciones, y
las condiciones simbólicas desde distintas percepciones artísticas
y materiales".
¿Cómo
se maneja la dinámica entre habitantes y artistas invitados en la
serie Acontecimientos que propone el espacio CasaMario?
SA:
El equipo curatorial (habitantes de la casa), trabaja colectivamente
desde el inicio del proyecto, trazando ideas que se desarrollarán en
las diez instancias pensadas para los próximos dieciocho meses de
trabajo. En virtud de cada propuesta, se prevé invitar a artistas y
vecinos, para diferentes proyectos. La dinámica de trabajo implica,
forzosamente, que habitantes, invitados y colaboradores trabajemos en
conjunto para desarrollar las ideas generales de cada acontecimiento.
En las reuniones de grupo se dialogan aspectos curatoriales, de
archivo, conservación de los trabajos, comunicación, construcción
de textualidades-narrativas, inclusión de la critica en los modos de
hacer colectivos, pensar la gestión operativa del proyecto. Nos
importa diluir la autoría, generar sinergias de debate en torno a
nuestras certezas.
¿Cómo
se formula el trabajo de la primera muestra, que se presenta en la
tarde-noche del sábado 15?
SA:
El primer acontecimiento procura revelar una naturaleza de ser casa,
como un cuerpo informe que plantea interrogantes y problemas en torno
a lo olvidado, la memoria y el futuro. En esta ocasión hemos
construido enunciados, formas, relatos y afectaciones de la casa que
invitan a reflexionar sobre esos temas a modo de inicio. ¡Esperamos
sea un comienzo!
¿Qué
rol cumple el público, el espectador, en CasaMario?
SA:
Consideramos que los públicos no nos están esperando. Debemos
trabajar en su construcción, en el diálogo con el barrio, a través
de distintos medios y acciones. Por otra parte, a través de las
redes, procuramos construir públicos más específicos del arte.
También los distintos programas del Proyecto CasaMario nos facilitan
acceder a distintos públicos. Hay situaciones en las propuestas que
implicarán una participación activa de los mismos, en otras será
más contemplativo, pero en general nos proponemos trabajar en la
afectación de los visitantes. Consideramos que la propuesta de día
único del acontecimiento, el tiempo destinado de siete horas de
duración, las diversas propuestas, y los recorridos posibles por los
tres niveles de la casa, facilitarán la creación de experiencias e
intercambios de distinto orden, singulares y colectivos. A su vez, la
semana siguiente a cada Acontecimiento realizaremos reuniones de
trabajo con invitados, que nos permitirán pensar la casa como un
dispositivo de diálogo, contemplando a los públicos en ello.
SA:
El proyecto CasaMario
sitúa la discusión y el intercambio a través de múltiples
enfoques que hacen a la reflexión sobre los modos de hacer
colectivo. Nos importa pensarnos más allá de una o varias
disciplinas artísticas, considerando por supuesto otras disciplinas
del conocimiento, pero sobre todo intentando trabajar desde y sobre
lo real, entendiendo que somos parte, por un tiempo determinado, de
un “lugar específico” con fuertes condiciones materiales,
simbólicas, sociales y políticas. Los modos de hacer colectivo
requieren de conflictuar el trabajo en grupo, incluyendo personas
disímiles en las dinámicas de trabajo, intentando enfocar el
encuentro intersubjetivo, la creatividad, y otras formas de difusas
de creatividad, en un plano cooperativo, no estratégico como suele
suceder. Esto último es uno de los retos centrales en el aprendizaje
de los proyectos involucrados en CasaMario, la participación real de
distintos actores y materiales en las diversas iniciativas.
Desde
la azotea
"Buena
parte de los inmuebles linderos a CasaMario están abandonados, lo
que lleva a reflexionar sobre la condición de este sector del barrio
Ciudad Vieja. El avistamiento desde lo alto tuvo una notable
influencia en pensar el barrio, lo público, lo privado, y de debatir
conceptos como “gentrificación”, “espacio común”,
“nostalgia de las ruinas”. La narrativa de estas casas tiene una
fuerte condición histórica, material y simbólica. El estado de las
mismas es parte de todo ello. Sus historias son parte de nuestros
razonamientos: los viejos usos ligados al puerto, la actividad
comercial, el mismo comercio Casa Mario Leather Factory".
(Sebastián Alonso)
((artículo publicado en revista CarasyCaretas, 08/15))
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