"Hoy
vienen los hijos, mañana serán los padres", decía la voz en
off del informe de Televisión Española sobre las imágenes de una
ruidosa caravana en la Rambla, con decenas de miles de uruguayos
recibiendo a los 154 niños uruguayos que venían del exilio. Tus
padres volverán -producida por
Gabinete Films, con dirección de Pablo Martínez Pessi- es una
película que sigue la historia de seis de aquellos protagonistas.
Fue
en 1983, un emotivo 26 de diciembre, uno de esos días recordados
como claves en la resistencia contra la dictadura. En el aeropuerto
de Carrasco aterrizaba un avión de Iberia, procedente de Madrid, con
154 niños y adolescentes uruguayos, muchos de ellos nacidos fuera
del país, todos hijos de exiliados políticos que vivían en España,
Suecia, Bélgica, Francia, Italia, México y Cuba.
La
aventura, organizada con apoyo de activistas de derechos humanos y
militantes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), tuvo como
principal cometido que pasaran las fiestas de fin de año con sus
familias en Uruguay, dando la señal de que luego de ellos -en un
futuro próximo- podrían volver sus padres y madres. Se convirtió,
como era parte del propósito de los organizadores del viaje, en un
hecho político, que tuvo como principal expresión una
multitudinaria caravana de autos que acompañó a los diez buses
donde los niños viajaron desde el aeropuerto hasta la sede del
sindicato AEBU.
Treinta
y dos años después del viaje, se estrena Tus padres volverán,
un documental que se propone abordar el tema desde la perspectiva de
varios de sus protagonistas, hoy adultos, cuyas vidas estuvieron
signadas por la dureza del exilio político de sus padres. El
director, Pablo Martínez Pezzi, autor entre otros trabajos del
documental Desde las aguas,
hace foco en el impacto que significó el viaje, en lo emocional, en
niños que por primera vez se encontraban con sus familias uruguayas:
abuelos, tíos, primos, amigos de sus padres, y el calor de todo un
pueblo que luchaba contra la dictadura. Es una película que trata el
tema de la doble identidad, de cómo han manejado en sus vidas la
experiencia del exilio y las idas y vueltas que marcaron sus
peripecias personales bastante más allá de las circunstancias
políticas de hace tres décadas.
¿De
qué manera vas conociendo todo lo que significó el viaje de los
niños exiliados y por qué lo elegiste como tema para una película
documental?
En
el año 2010, pude ver por primera vez las imágenes de los niños de
la caravana, en una nota que salió en televisión. Yo tenía tres
años en 1983, o sea que no conocí, no vi, lo que sucedió en esos
días. Y cuando vi esas imágenes, a los niños en las ventanillas,
saludando a la multitud, lo primero que me pensé fue en sus
historias de vida, en por qué habían estado en ese viaje y qué
sería de sus vidas actuales. Empecé a investigar, con la intención
primera de armar el rompecabezas, de saber como había sido la
organización del viaje de los niños, la motivación. Después pasé
a una segunda etapa, la de buscar a esos niños, que era la que más
me interesaba a mí. Esa era mi principal motivación: escuchar la
voz de estos niños, que habían sido parte de un hecho sumamente
importante para la historia de nuestro país, donde se había enviado
un mensaje político y humano muy importante. Mientras seguía
investigando, me empecé a preguntar qué conscientes eran estos
niños de aquel hecho, de a qué venían realmente, de qué formaban
parte. Lo cierto fue que cuando empecé a hacer las entrevistas, pude
comprobar que muchos de ellos no habían sido conscientes de nada,
salvo los más grandes, para los que el viaje significó un
reencuentro con el país, un reencuentro con la familia. Pero la
realidad es que la mayoría de los niños que viajaron a Montevideo,
habían nacido en el exilio o bien se habían ido siendo muy
pequeños. Para ellos, el viaje fue un primer encuentro con el
Uruguay: encontrarse por primera vez con el país idealizado por sus
padres, encontrarse por primera vez con abuelos, con tíos y con
primos que nunca habían visto.
¿Qué
respuestas fuiste obteniendo durante la investigación, en las
primeras entrevistas?
Muy
diversas. Muchos de ellos no sabían que era tener una familia,
porque se habían tenido que exiliar con su mamá muy pequeños.
Otros habían nacido en el exterior. Y otros se habían exiliado con
padre y madre, pero solo estaban con ellos dos nada más. Entonces,
la familia que estos niños tenían era la comunidad de exiliados
uruguayos en cada país; no tenían abuelos, ni tíos, ni primos. Eso
fue lo que más, lo que me atrapó realmente. Me di cuenta de que yo
tenía la posibilidad, como joven, como parte de esa misma generación
posdictadura, de contar la historia de los niños, no la sus padres,
no la historia de los que estuvieron involucrados directamente en la
lucha política, sino la historia de los que habían sido
involucrados en esa lucha siendo niños. No hay documentales que
cuenten esta historia y creímos que era importante hacerlo, porque
para estos niños, ese viaje fue un quiebre importante en sus vidas.
Porque pasaron de ser españoles, a españoles y uruguayos, a darse
cuenta que tenían una doble identidad, a entender qué era realmente
el exilio, por qué sus papás estaban lejos de Uruguay, por qué no
podían ver a sus familiares. Para muchos de estos niños fue un
golpe, un quiebre importante; para bien en algunos y para mal en
otros. Es tan así que muchos todavía le reprochan a sus padres,
hasta el día de hoy, muchas cosas que les pasaron. Entonces, por
todo eso es que elegí hacer este documental: para hablar de la
historia de los hijos de exiliados y la relación de ellos con sus
exilios y sus identidades hasta el día de hoy.
¿Cómo
elegiste a los protagonistas de Tus padres volverán?
Decidí
filmar a seis de estos niños, con la idea de componer un relato
coral en el que cada punto de vista representara al resto de los
niños del vuelo de 1983. La película plantea historias de vida
diferentes y personajes que viven en diferentes partes del mundo.
Para mí eso también era importante desde lo conceptual, porque
hablar del exilio, de la identidad y solo filmar en Uruguay, no era
lo mejor para hablar de esos temas. Era imprescindible viajar al
exterior, como lo hicimos a Italia, Bélgica y España, e incluso
trajimos a uno de ellos desde Dinamarca, para que se reencontrara con
su familia treinta años después, que fue cuando filmamos la
película. Fue muy importante la selección de los protagonistas:
había que elegir a estos seis personajes para que desde sus
distintos puntos de vista se vieran representados el abanico del
resto de los tripulantes del avión.
Tuviste
que optar, o bien tener "control", entre la dimensión
política del tema y la intimidad de testimonios muy diversos. ¿Cómo
fuiste llevando estos aspectos?
Esto
que decís fue muy importante a la hora de hacer la película. Lo que
siempre tuve claro es que el hecho político se cuenta solo. Lo supe
desde que empecé con la investigación. Parto de un hecho político,
la llegada de los niños del exilio, para hablar de la identidad, el
exilio y la familia. Estos son los tres temas pilares de la película,
siempre desde la perspectiva de los protagonistas, que son los hijos
del exilio. Entonces pensé, y le transmití esto al equipo, desde un
inicio, que el éxito de la película iba a estar en función de
distanciarse del hecho político. Los documentales sobre la dictadura
han sido muy importantes, pero también hay que reconocer que la
gente está bastante cansada de determinados abordajes. Esta
película, lo que busca, es centrarse en el hecho humano, en la vida
de estos niños. Eso es lo importante, y lo que hace valorar al
propio hecho político: porque al no hablar directamente, y eso fue
algo que trabajé muchísimo en la construcción de la historia, en
el guión y en definir cómo iba a ser la narrativa de la película.
El control que tu dices estuvo en tratar de no hablar del hecho
político en sí, para concentrarse en la vida cotidiana y familiar
de estos niños. Primero están los niños, después sus familias y
recién después lo que significó el hecho político del viaje y la
caravana. Una premisa que tuve siempre fue que todos tenemos un
exiliado, un amigo, un familiar, un pariente, que por alguna razón
se fue. No tiene por qué haber sido por un exilio político, sino
por un exilio económico, como los que se fueron en el 2002.
¿Qué
sorpresas te encontraste en el camino de hacer la película?
Más
que sorpresas, lo que nos pasó fue que en el año 2012 terminé de
hacer las entrevistas previas a los niños que había ido eligiendo y
los fondos públicos no llegaban, por lo que no pudimos financiar el
rodaje que habíamos previsto inicialmente. Y ese detalle, que trancó
el proyecto por un tiempo, fue favorable a la película en que
algunos de los personajes elegidos tuvieron familia, o volvieron a a
tener experiencias de exilio. Esos elementos que se agregaron le
dieron más fuerza al relato de cada uno de ellos. Fueron cosas que
favorecieron a la película muchísimo y que realmente fueron
sorpresas que encontramos en el camino.
También
pasó que el estreno de la película, en el festival de Cinemateca,
empezó a generar una movida en redes con testimonios de buena parte
de los que integraron el viaje...
Es
como decís. La proyección en el festival de Cinemateca, que fue la
primera devolución del público que tuvimos, tuvo como espectadores
a muchos de aquellos niños que habían viajado en el vuelo y que no
participaron de la película. Ellos dejaron claro que tenían muchas
ganas de contar sus experiencias. Entonces se nos ocurrió que
podíamos, a través de las redes sociales, ampliar los puntos de
vista y los testimonios y darle la palabra a aquellos que no pudieron
ser parte del filme. Armamos una campaña que se llama Completando
el vuelo, a través de la cual
invitamos a la gente, a cualquier persona, a que si conocía a algún
niño del vuelo de 1983, lo contactara, o nos pasara el dato. Y la
verdad es que hasta el día de hoy seguimos recibiendo testimonios.
Son historias increíbles. Nos han escrito un montón de aquellos
niños. Llegamos a completar alrededor de cien niños que aparecieron
y fueron identificados y escribieron sus testimonios un montón de
ellos, con historias que se pueden encontrar en la página Facebook
de la película. Las redes sociales permitieron que se volvieran a
contactar también entre ellos, lo que posibilitó que se generara un
reencuentro.
((entrevista publicada en revista CarasyCaretas, 08/2015))
No comments:
Post a Comment