Podría ser el guión de una película muy entretenida y con pretensiones de seriedad. De hecho, tiene todos los condimentos para serlo. No lo es. Es una novela, bien escrita, con un ritmo veloz, con cierta afectación propia del género policial, incluso de la novela negra, en los climas, en la construcción de los personajes.
Un
ex obrero de la fábrica Mercedes-Benz, de origen italiano, asesina
al señor Meyer, un multimillonario. Sin piedad. Sin dar
explicaciones. Espera a que llegue la policía y se entrega. El
crimen da comienzo a un juicio engorroso: el victimario elige el
silencio, no contar absolutamente nada. Aparece luego un abogado
defensor joven, impetuoso y con notorias ambiciones. Se enfrenta a un viejo zorro de los juzgados. Le gana.
Contada así es una historia cuyo final satisfactorio descorre el velo de una verdad estremecedora en lo íntimo
y en lo colectivo, con todo lo que implica denunciar ciertas chicanas
de la justicia alemana para salvarle el pellejo a miles de sus
ciudadanos implicados en crímenes en la Segunda Guerra Mundial.
Deben
señalarse algunos datos para nada menores. El autor -Ferdinand von
Schirach- es todo un personaje en Alemania: abogado defensor
penalista, mediático y nieto de un criminal de guerra nazi. La
historia que se cuenta tiene como escenario un episodio clave en la historia judicial
alemana: la ley que permitió una salida elegante (y ciertamente
escandalosa) al revisionismo de los años sesenta.
El
caso Collini se inscribe en un
posible género de novela judicial, variante complementaria al boom editorial de la novela negra. Cuenta
una muy buena historia y su autor entrega un conocimiento de primera
mano sobre los temas que trata, sobre el sistema de justicia y sobre
las heridas abiertas de Alemania. Hasta ahí todo funciona. El único
problema es la ligereza de la mitad de la novela hacia el final, su
indisimulable frivolidad y falta de sorpresa. Falta la densidad del
novelista, que von Schirach no alcanza, pese a haber firmado dos
excelentes libros de relatos de no-ficción -Crímenes y
Culpa- que lo han
convertido en uno de los escritores más exitosos en lengua alemana
de la última década.
Si
le gustan las buenas historias y quedar enganchado en un thriller con
condimentos políticos, El caso Collini es
una excelente lectura. Pero si busca buena literatura, algo que lo
provoque, que lo lleve a reflexionar sin tantos estereotipos sobre el
complejo mundo criminal, los dos primeros libros de von Schirach
estarán a su medida. Y en eso, hay pocos que puedan competirle. No le sonarán, por cierto, a ese tipo de película candidatas al Oscar que se olvidan en
una semana.
((artículo publicado originalmente en revista CarasyCaretas, 12/2014))
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