Florencia Núñez, Alfonsina, Ximena Bedó y Phoro son cuatro artistas que publican sus primeros discos en este dos mil catorce. Todas ellas derrochan talento y estár entre las revelaciones de la fermental escena uruguaya. Todas ellas comparten, más allá de diferencias estilísticas, una intensidad creativa y un rigor fuera de lo común en proyectos independientes y autoproducidos.
Florencia Núñez (Mesopotamia, 2014, La Nena Discos). La cantautora rochense vive un año intenso. Acaba de publicar su ansiado
primer disco, un abanico de canciones que fueron saliendo de su
guitarra y empezó a mostrar en pequeños boliches de la capital y de la costa. Primero grabó un ep, todo muy casero, que empezó a
circular por las redes, y una cosa lleva a la otra, consiguió apoyo
de Fonam para financiar una producción profesional. Cada canción de Mesopotamia evoca
distintos paisajes musicales, en un subeybaja que va del folk fresco
de "Qué planes tienes para el sábado" a momentos más
densos de jazz y bossa, como los de en "Julio y San Juan".
Es una de las sorpresas de esta temporada musical. Hay que
escucharla. En los primeros días de setiembre hizo su primera Zitarrosa, un show intenso y emocionante, ya con banda propia y con la certeza de abrir un camino luminoso y fresco.
"Mesopotamia vino a mí, como concepto, en el momento en que recordé aquellas lecciones de historia de primer año de liceo, en Rocha, cuando me quedó grabado el significado de "tierra entre dos ríos", y creo que se asemeja bastante a lo que sentí cuando me vine a vivir Montevideo. Al principio extrañaba, pero después me acostumbré y me encantó la ciudad, lo que hizo sentir que no sentía una total pertenencia ni acá ni allá".
Alfonsina
(El
bien traerá el bien y el mal traerá canciones,
2014, edita Bizarro). Tiene una voz poderosa, que encanta a la
primera escuchada, ideal para el jazz, para subir y bajar, para
bordear una poética muy personal y apasionada. Alfonsina se define
como una poeta que canta y lleva ese tatuaje desde su infancia en
Paysandú. Todo empezó a cerrar cuando tuvo su primera guitarra y
aprendió a tocar en ella las canciones de Nirvana. Dio muchas
vueltas en la vida hasta que todo coincidió en ordenar sus mejores
canciones, darles un sonido natural, decididamente retro y con ayuda
de algunos amigos -Chapital, Cardellino, Contrera y Echeverría- se
grabó un discazo en el estudio de Max Capote.
"Es un primer
trabajo, con una estética deliberadamente retro, con mucha atención
en el contenido de las letras, ya que las palabras me son una
herramienta importante para comunicar lo que hay detrás de todo
ésto. Se buscó un sonido tan natural como se pudiera lograr. Como
si fuera un show en vivo".
Ximena
Bedo (La cajita, 2014,
Perro Andaluz). El sino de Ximena Bedó reside en experimentar, en
lanzarse al vacío, en buscar y encontrar una identidad sonora
explícitamente acústica. La frescura original de las canciones
deriva a viajes en los que suenan y dialogan contrabajos, guitarras,
violas, clarinetes. Viene de una familia musical pero eso no le quitó
el desparpajo y la libertad necesarias para facturar un disco tan
personal y al mismo tiempo continuar un linaje montevideano que tiene
como centro a ese gurú llamado Eduardo Mateo. La cajita
tiene canciones que la acompañan
desde niña, como esa genialidad llamada "Yo del cosmos no sé
nada". En el disco la acompañan amigos como Andrés
Pigatto y Emiliano Pereira, su hermano Andrés Bedó y una lista de
invitados que incluye a Carmen Pi, Mandrake Wolf y Sebastián Jantos.
"Quería que fuese un disco completamente acústico, que
explotara las texturas que se pueden generar, las ambientaciones.
Quería un disco pictórico pero quería generarlo con sonidos
orgánicos, buscar la riqueza tímbrica de lo acústico que es muy
vasta".
Phoro
(Phoro, 2014, www.phoro.com.uy).
En el proyecto Phoro, creación de Pati Horovitz, comparecen varias
edades o capas arqueológicas que van desde tocar la guitarra y
berrear canciones de otros en su cuarto adolescente, probarse un
largo tiempo como cantante de blues, hasta experimentos con Par
(Nacho Adda) que la llevaron finalmente a comprarse una Mac, instalar
el Logic Pro y largarse a componer. Dos años después su vida
musical cambió por completo: toca periódicamente en eventos en plan
dj set, en fiestas electrónicas, abrió los shows de CocoRosie y
Mogwai en La Trastienda y publicó un primer disco de descarga libre
que sumó 700 descargas en su primera semana online. Phoro,
el disco, muestra una madurez sorprendente para un debut de canciones
electrónicas, a través de texturas que entretejen loops con dejos
oscuros y voces que imprimen sutiles giros melódicos.
"Cuando
comencé a hacer mis primeras canciones, sentí que un tapón de cera
había sido despegado de mi pecho. No había ataduras, egos, o nudos
de ideas desparramados que interfirieran en mi relación con la
canción".
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