Allá
por el año dos mil once, al regreso de un intenso viaje por Europa, Fede Graña y Javier Cardellino tenían claro que de esa experiencia saldría un disco, un trip
musical con canciones que habían germinado en sitios tan diversos
como un pueblo sueco o una playa italiana. Ambos derrochan entusiasmo al recordar ese viaje de amigos que
les permitió moverse en otras texturas musicales. "El cambio de
aire y paisaje te trae a la cabeza nuevas texturas musicales. Porque
sí nomás. No es lo mismo ir al Prado de tarde en bici con un mate,
que tomarte dos metros y un tren para cruzarte con gente de la
nacionalidad que se te ocurra", cuenta Graña. "Al llegar
la noche te suena una música en la cabeza que no entendés de donde
salió... Digamos que una mezcla entre vals -con acordeón, claro
está- con cánticos tipo africanos", acompaña en el relato
Cardellino.
El
resultado es Diario de viaje,
un disco breve pero fresco, cruce de géneros, de lenguajes, con
invitados imprevistos, por momentos rabiosamente funkero, pero
también folk on the road,
con temas propios y una versión
emocionante de "Pedro trabaja en el cine" de Charly García.
La dupla de amigos acaba de colgar el disco en Bandcamp.
***
¿Cómo
fue aquella aventura musical en el verano europeo?
FG:
Fue bárbaro. Un viaje de dos amigos, sin planificación ni
expectativa, nunca puede terminar mal... Es más, nos llevamos un
montón de gratas sorpresas; entre ellas la composición a dúo de
unas cuántas canciones que darían lugar a un disco.
JC:
Otra de las sorpresas
fue encontrar en Sardegna un público receptivo y muy buena onda,
mayoritariamente turistas italianos. Cuando decimos público nos
referimos a la gente que estaba en los bares y restaurantes que
ambientábamos con músicas en inglés, español y portugués.
Arreglábamos un cachet o pasábamos la gorra y nos hacíamos ricos.
Una vez, un veterano de Sicilia nos dio cincuenta euros por una
canción a pedido. Parecía Don Corleone, ¡pero imaginate cómo lo
amamos!
¿Qué
tipo de canciones fueron saliendo y probando en shows, alternando con
versiones?
JC:
En un principio versionábamos temas de Blur, Beatles, Beck, Bob
Marley, entre otros millones de artistas. Se hizo un formato
ambulante que constaba de ukelele, pandeiro, guitarra y armónica. Y
a medida que fuimos componiendo temas los empezamos a incluir en el
repertorio. Pero obviamente a la gente le gusta escuchar lo que ya
conoce, por eso cuando tocábamos nuestros temas nos chiflaban y
hasta nos llegaron a cortar una canción por la mitad.
FG:
Como ambos somos bastante
abiertos musicalmente, el género podía ser casi cualquiera, desde
un vals o una balada a algo mas funkero o un country, dependiendo de
qué instrumento teníamos en mano y de los lugares y experiencias
que íbamos viviendo.
¿Qué
material grabaron durante el viaje y cuándo decidieron armar un
disco?
FG:
Andábamos con un grabador de mano y con una laptop grabando todo los
que se nos cruzara y nos pareciera interesante registrar. Desde una
pareja discutiendo, el ruido de un tren, un rumano tocando el
acordeón, un senegales que vendía lentes en una playa. Con todo el
rejunte de material armamos uno de los tracks del disco,
"Intercontinental", en el que se funden todos esos sonidos
que fueron registrados durante el viaje. Estamos orgullosos con eso;
es una especie de collage.
JC:
Para el resto de los temas sobrevivieron algunas tomas originales, de
las grabadas en el viaje. Por ejemplo, en el tema que abre el disco
-"A Kruna for the train"- el contrabajo demoledor que se
escucha es en realidad una guitarra acústica, afinada casi una
octava para abajo, que fue grabada en Suecia. No había un bajo a la
mano, así que la inventamos a lo canario...
¿Cómo
sienten el resultado del disco?
FG:
Muy felices. Este disco es para nosotros el mejor souvenir que
podríamos tener de un viaje que se disfrutó mucho. Cada canción es
una foto de un momento en lugares totalmente diferentes. Y yendo a lo
estrictamente musical, estamos contentos con la variedad y lo bien
logradas que quedaron las canciones. También agradecidos con toda la
gente que participó de la grabación desde el comienzo, tanto
durante el viaje como todos los que grabaron en Montevideo.
Durante
el viaje vivieron algunos momentos intensos. Uno de ellos fue ver el
partido final de la Copa América 2011 en Suecia. ¿Cómo vivieron
esa noche?
JC:
La final de la copa la vimos en Lünd, en Suecia, en el único
bar en el que pasaban el partido, a las tres de la mañana. El gol de
Forlán contra el palo derecho lo gritamos como unos desaforados...
Los suecos nos miraban con cara de pato. A la vuelta volvimos en
bici, cantando temas de Jaime a los gritos. Fue raro. Ahí nos dimos
cuenta que somos yoruguas hasta el tuétano, y obviamente nos cayó
la ficha de cuánto se extrañaba este pequeño y alucinante país.
((publicada originalmente en CarasyCaretas))
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