Escultor
uruguayo radicado en Barcelona, Pablo Bruera presenta en el espacio
de arte del MTOP una sugerente exposición titulada Sombras, en
la que propone un atractivo juego de interactividad con el
espectador. La misma
muestra será luego expuesta en una galería de New York.
Una
serie de pequeñas esculturas expuestas en la sala Sáez del MTOP, en
principio abstractas, funcionan de punto de partida para que el
artista uruguayo Pablo Bruera deje planteadas ciertas pautas sobre la
percepción y diferentes miradas sobre un mismo objeto artístico. El montaje de Sombras parte del volumen escultórico para luego instalar otras representaciones, a
través de la fotografía, el grabado o la propia intencionalidad que
el artista cede al espectador para mover la obra y así disparar
diferentes puntos de vista. Como en un juego de sombras chinescas, se
convoca entonces a movimientos, variaciones, señales figurativas.
Los
movimientos forman parte de las vivencias de Bruera. Nació en
Uruguay, vivió su infancia en Venezuela y a los trece años volvió
a Montevideo para luego partir, en el año 2001, rumbo a Barcelona.
En la base de su identidad de artista siente la tradición
torresgarciana, el concepto de que la obra se construye haciendo. De
su paso por Caracas le quedó la marca del movimiento cinético, de
las obras de Cruz-Diez, Jesús Soto y Alejandro Otero que tienen una
presencia notoria y notable en la urbe venezolana. Recuerda la
vivencia casi mágica al "entrar" en una instalación de
Soto, una serie de cuerdas colgando del techo de la sala de un museo
que generaban movimientos rítmicos y sugerentes. "Mi obra es en
buena medida producto de esas dos fuentes, la torresgarciana y la de
los cinéticos", dice Bruera. También le es inspiradora la obra
de Wifredo Díaz Valdez, y de la última década en España, conocer
de primera mano las esculturas de Pablo Gargallo y de los vascos
Oteiza y Chillida.
Es
en Barcelona que el uruguayo Bruera desarrolla su obra como escultor.
En el año 2011, por ejemplo, expuso tres piezas monumentales e
interactivas en la popular Rambla de Catalunya. Una de esas obras fue
adquirida por la Fundación Vilacasas para ser incorporada a su museo
de esculturas. Además de mostrar sus obras en Barcelona y Madrid,
expone y participa en ferias de Suiza, Francia, Austria y Reino
Unido.
El
contacto con Montevideo no lo ha perdido. En el año 2006 armó una
exposición en el Museo Nacional de Artes Visuales, Arte&Madera,
y en el presente 2014 ha tenido triple presencia en nuestro
país: en abril expuso en Fundación Atchugarry, luego instaló una
escultura monumental e interactiva en el paseo de las esculturas del
World Trade Center y ahora está exponiendo Sombras. "Es
una alegría poder mostrar mis trabajos en Uruguay", dice Bruera
y cuenta que las esculturas que está mostrando en la sala Sáez las
presentará -en breve- en una galería neoyorquina.
El
asunto con las "sombras" empezó por un simple rayo de luz
que iluminó a una de sus esculturas: "La sombra que se proyectó
podía ser leída como un plano de la escultura", afirma el
artista. "Al girar la obra, la sombra se modificaba, aparecían
infinidad de variantes de la escultura... Es seguro que muchas otras
veces el sol iluminó esculturas en mi taller, pero fue la búsqueda
en la que me encontraba lo que me hizo prestarle atención y proponer
a la sombra como material de trabajo".
Es
ahí que aparecen la fotografía y el grabado como técnicas que le
permiten generar "sombras", otras versiones. "Al
considerar la sombra como material de trabajo, me propuse separarla
de la escultura... Así surgen las proyecciones de sombras en la
pared y empecé a utilizar la fotografía con ánimos de documentar
las variantes que se obtenían. La fotografía es, además, dibujo de
la luz, y al ser un lenguaje bidimensional, la escultura y su sombra
adquieren valor de mancha en el plano. Es un juego de
transformaciones", define Bruera. Y para darle otra variante,
incorporó el grabado, para darle otro espesor a las secuencias que
el espectador puede contemplar en el montaje de Sombras:
"Los grabados son exclusivamente manchas, dibujos,
independientes de cualquier escultura. Me gusta pensar que son
sombras de posibles esculturas o de esculturas todavía
inexistentes".
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