Una precisión: La Hermana Menor es un colectivo musical, aunque el carisma -para el público- sea el que mande y las miradas se concentren en Tüssi, así como sucede con Pedro Dalton y los Buenos Muchachos. Otra: es mejor hablar de pop disidente que de under. Lo importante, en todo caso, más allá de definiciones resbaladizas, es someterse a la experiencia de los discos o de los pocos (y a veces geniales) shows en directo. Todas las películas son de terror es, así de simple, un disco adictivo y que afirma a LHM como uno de los más creativos laboratorios sonoros de Montevideo.
Se
llama under a lo que circula por debajo. Esto equivale las más de
las veces a secreto que en ocasiones toma el carácter de fermento; es
decir algo nuevo que busca su lugar, que intenta subir, que logra
meterse y mover las cosas en la superficie. Todos quieren eso en el
campo del arte y en el de la música en particular. Pero hay quienes
son capaces de disfrutar de permanecer en ese espacio abstracto y
resbaladizo llamado under, mantenerse como la gran cosa, como el
secreto mejor guardado. Es un camino duro y que ha hecho escuela en
el rock montevideano.
Ese
camino es el de varias de las bandas y artistas que fueron “hermanos
menores” de la movida de la posdictadura y que tras la desbandada
del Montevideo Rock II se
refugiaron en pubs como el Junta o Perdidos, pasaron los 90 al
costado de la utopía rock latino y no se sumaron a la generación
del rock popular pos crisis 2002. La familia sónica de los Buenos,
de los Eléctricos, de Exilio Psíquico, de La Hermana Menor, todos
proyectos que la pelearon y que han compartido una actitud under,
ligada al concepto contracultura, lograron atravesar varias
generaciones. Este detalle no es menor, ya que la movida escena
“indie” de la última década, desde los HPLE hasta Astroboy,
desde Carmen Sandiego hasta 3Pecados, desde Genuflexos hasta
Motosierra se ha nutrido con esta tradición que se sabe
orgullosamente loser al
tiempo que suma obras de notable calidad sonora.
La
Hermana Menor es una de las bandas emblemáticas del under. Derivó
del zarpullido hardcore de Guerrilla Urbana, supo de varios
naufragios y resurrecciones durante los 90, siempre al mando de
Tussi, hasta que cumplió 15 y debutó con el disco Ex.
En los últimos diez años, La Hermana se consolidó finalmente como
banda y se mandó tres discos en los que -pese a algunos cambios de
personal- mostró tres instantáneas del mejor noise local, al borde
del pop y de alquimias que pueden guiñar a Jaime Roos y a la Velvet
en una misma canción.
Todos
estos cables rojos fue la foto
de una banda en llamas, de un subibaja explosivo, que le valió el
Premio Graffiti a disco del año 2008 aunque esto no implicó
necesariamente salir del under, convocar grandes audiencias. Luego
vino Canarios, en el
que La Hermana se jugó a experimentar y a jugar con canciones a
menos electricidad. Y ahora acaban de publicar Todas las
películas son de terror, que
revela la consolidación de un grupo en el que toman decisiones dos
figuras de la nueva generación: Ezequiel Rivero y Pau O'Bianchi, el
primero como integrante y el segundo como productor invitado.
“El
grupo está consolidado desde hace bastante tiempo”, apura Tussi
cuando se le pregunta por los últimos años de La Hermana Menor.
“Creo que la famosa cuestión del grupo como una puerta giratoria,
hace ya muchos años que terminó. Más allá de que es imposible
hacer desaparecer esa impresión de que es mi grupo, lo cierto
es que también hace tiempo que funcionamos como un colectivo”.
Sacco
y Alfaro le sacan chispas a las guitarras, intercambian acústicas y
eléctricas. Krisman y Nozar se conocen de memoria los subibajas
rítmicos. Rivero ordena y dosifica las explosiones. Y Tüssi que no
para de escribir excelentes textos que son pequeños relatos,
instantáneas, todo jugado a veces en un solo verso, o una imagen.
“No estoy seguro de tener un único estilo”, dice. “Tengo
canciones más narrativas, otras más abstractas, pero supongo que el
punto común es la utilización permanente de imágenes concretas y
de frases de tono coloquial... creo que muchas veces lo que busco son
ritmos que son más propios de la literatura que de la canción. O
disparates que malentiendo de canciones mal escuchadas”. Se ríe y
enumera a varios de sus maestros: John Cale, Mark E. Smith, Fernando
Cabrera, John Darnielle. “Pero mirá que nunca sentí que tuviera
una influencia preponderante”, puntualiza.
Generaciones
“Siempre
tuvimos empatía con bandas de mi generación como los Buenos
Muchachos y los diversos proyectos de los Chicos Eléctricos, pero al
mismo tiempo manejamos un cierto interés por el pop
disidente en el que no sé si teníamos mucha correspondencia. Hoy en
día veo más proyectos de espíritu similar, y es una
correspondencia que va en ambas direcciones de tiempos y
generaciones”.
((artículo publicado originalmente en CarasyCaretas))
No comments:
Post a Comment