misterio en la casa



Una de las primeras cosas que hizo la directora Mariana Percovich, antes de empezar Proyecto Felisberto, fue conseguir una casa. Confiaba en la literatura y en los mundos alucinados que le daría el equipo de dramaturgos que convocó (Gabriel Calderón, Luciana Lagisquet, Alejandro Gayvoronsky y Santiago Sanguinetti). Confiaba en los diez actores, varios de los habituales de los espectáculos de Complot y algunos recién egresados de la EMAD. También en los técnicos, un equipo de primera integrado por Paula Villalba, Martín Blanchett y Fernando Cabrera. Pero la casa era el centro conceptual, la obsesión máxima. Ella buscaba una casa felisbertiana, viva, ideal para desarrollar las escenas, como ya lo probara hace más de diez años con la puesta de El Vampiro en el edificio del Jockey Club.
En la selección de la casa fue clave el productor Adrián Minutti y nuestras socias de Periscopio”, cuenta la directora. “La casa tenía que tener una serie de características para el circuito y Adrián tenía que diseñar una producción enorme. Lo destaco porque nunca se habla de la producción, y en este viaje Adrián Minutti y Matilde López son claves”. La casa, en la esquina de Jackson y Durazno, oficia de escenario de las funciones (*), cada una de ellas para un grupo reducido de espectadores.

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La casa funciona como centro conceptual de Proyecto Felisberto. ¿Cómo se fue armando esa casa en lo escénico?
Con Paula Villaba y el equipo de dramaturgia pensamos en los ambientes de la casa, las doce escenas de los cuentos y las tres escenas colectivas. Pensamos en las combinaciones y circuitos posibles. Pedimos a los dramaturgos, por ejemplo, que cada uno escribiera una escena de dormitorio para que cada "estirpe" pasara una vez por el dormitorio, y así con los otros ambientes. Luego analizamos los espacios privados y sociales de una casa y cómo usarlos y engalanarlos. Fue complejo pero muy divertido para todo el equipo. De todas maneras, el espectador verá una parte, la parte que haya seleccionado. Verá tres escenas en habitaciones y tres escenas colectivas; todo lo demás que ocurre está en el territorio del misterio...
¿Por qué elegiste a Felisberto Hernández?
Porque es uno de los autores uruguayos que más me impactaron siempre y su literatura es una fuente inagotable de extrañeza y belleza. Por ser un creador de mundos llenos de teatralidad y de una imaginería de una contundencia importante. Porque siempre me estimuló su lectura y somos varios felisbertianos en el equipo. Su aire uruguayo me encanta y siempre que vuelvo a las temáticas de nuestra identidad cultural me siento feliz. Estudiarlo, entre todos, fue un placer.
¿De qué manera su literatura fue determinando el proceso mismo de creación?
Trabajar sobre su aire, sobre sus personajes y sus comportamientos fue la guía. La premisa a investigar era además desde la escena: cómo se comportan los seres felisbertianos, cómo despliegan su singularidad de gestos repetidos, de miradas soñadoras o de risas con llantos y cosquillas en las axilas. Los narradores en Felisberto fueron otra guía, esas voces que se desdoblan y le hablan al lector, que hablan entre las líneas del libro, que desdoblan; todo eso es de un gran potencial teatral. Además, hay algo profundamente uruguayo en los seres de Felisberto que ha marcado a una interminable lista de compatriotas creadores... Había que animarse y abrir el mundo según nuestra mirada. Ver frente a nosotros la interminable galería de seres particulares y melancólicos de sus cuentos, es una posibilidad fascinante para el teatro. Otro aspecto fue la sensación que generan sus cierres abruptos, sus misterios narrativos, su barroquismo, sus líneas narrativas simultáneas, esa fue la guía para el procedimiento de varios acontecimientos simultáneos en nuestro espectáculo.
¿Cuánta es la importancia de revalorizar el realismo alucinado de Felisberto, que en el teatro tiene grandes cultores como Carlos Manuel Varela y Roberto Suárez, por ejemplo?
Porque me gusta más el manierismo laberíntico de Felisberto y sus cultores que el realismo plano de otra parte de la literatura nacional. Porque creo que todos los que integran el equipo comparten esa fineza de capas y más capas qure propone Hernández, porque somos más oscuros de lo que creemos y él lo sabía.

(*) La primera temporada de "Proyecto Felisberto" se realizó entre el 1 y el 15 de diciembre de 2013. En su segunda temporada, puede verse de jueves a domingos del mes de marzo de 2014.

((Artículo publicado originalmente en revista CarasyCaretas))

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