Hay noches que Montevideo se reserva sorpresas
de las buenas. Simplemente hay que estar en el lugar y momento correctos. No es
fácil, pero a todos nos ha pasado de darnos de frente contra algo diferente,
algo que rompe ojos y oídos, que provoca a romper con lo establecido, con lo
habitual. Porque siempre hay lugar para esa misma magia de haber presenciado
–en otros lugares o momentos- cosas tan fermentales y estrafalarias como ciertos
shows de Cuarteto de Nos, Dani Umpi, Los Estómagos, Chicos Eléctricos,
Motosierra, La Hermana Menor ,
Max Capote y tantos otros.
La reflexión también puede extrapolarse fuera de
la escena rock, a golpes estéticos y conceptuales en la murga como la BCG o Queso Magro, exabruptos
como los de Tango Villero, deformidades como 3 Pecados o Gallos Humanos, la
excentricidad pura y dura de Leo Maslíah, la fineza excéntrica de Fernando
Cabrera, las insurrecciones sonoras de Lazaroff, la tempestad crooner del Darno
o los divagues geniales de Mateo. Los recuerdos se suman. La línea común entre
todos estos artistas –uruguayos y absolutamente disímiles entre sí- es probable
que sea cierta tensión hacia lo lúdico, a la ruptura, a un concepto anárquico que
lleva a concebir lo musical como una herramienta de una comunicación
subversiva, removedora.
A esa lista de artistas puede agregarse, sin
temor a equívocos, un grupo que hizo uno de los mejores discos del 2010. Se
llama Carmen Sandiego, y desde que publicó el ep Joven
edad pasaron de ser un dúo para presentarse -en esa grabación y en
recitales- como un cuarteto de formato rockero. Dejaron de jugar, por el
momento, con teclados de juguete, xilofones y guitarras acústicas
abosolutamente desafinadas. Pero esta nueva piel de los Sandiego suma otros
atractivos, que llevan a un viaje pop freak que sorprende en el equilibrio
entre canciones al mismo tiempo deformes y de una simpleza pop contundente.
Hace cuatro años, en una noche de invierno de
2007, Leticia Scrycky y Flavio Lira dieron un concierto casi insuperable en el
ex cine Libertad. Carmen Sandiego era entonces autista y aquella fue una de sus
primeras "muestras". El recital del sábado pasado, en La Diaria , que empezó a las
dos de la mañana (¡la mejor hora para las buenas cosas!), demuestra que siguen
siendo los mismos y que lleven el formato que lleven canciones como "Asco
al sexo", "Destape" o la versión de "Piba chorra" explotan
como esas pompas de jabón que uno de sus fans lanzaba al escenario.
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