Qué difícil es ser de izquierda
en estos días y otras historias de amor. Autor: Gabriel Sosa.
Género: Relatos. Editorial: Planeta. Montevideo, 2004. Dato: Segundo
libro de relatos de Sosa, que tienen como nexo la siempre difícil e
inexplicable relación entre hombres y mujeres.
El
bienvenido segundo libro de ficción del escritor y periodista
Gabriel Sosa, continúa la obra abierta con Orientales
excéntricos (editorial Cauce, 2001) y lleva uno de esos títulos
candidatos a ganar el premio al más ingenioso del año. “Qué
difícil es ser de izquierda en estos días”, plantea Sosa,
ubicando a su personaje, gracias al nexo “y otras historias de
amor”, en un inquietante punto de partida, porque lo “difícil”
se traslada inevitablemente al terreno amoroso y uno presupone –sin
equivocarse- que se trata de desventuras amorosas.
En
Orientales excéntricos, además de mostrar una pluma
talentosa a la que lo único que se le podía achacar era cierto
amaneramiento proveniente de la
práctica periodística, Sosa fue capaz de potenciar, en la suma de
sus ficciones, un concepto que pocas veces es bien utilizado por los
cuentistas: cada uno de los relatos suponía una construcción
biográfica, ficticia, de personajes dotados de una excentricidad a
veces simple y otras escabrosa. Y todos esos relatos se
entrelazaban en una idea-concepto global de la obra. Para este
segundo libro, el autor elige como centro temático las ya nombradas
“historias de amor”, surcadas por ese “difícil” a que
hacíamos referencia, y siempre desde una mirada masculina. Hay algo,
y no es poco, de esa mirada romanticona de Charles Bukowski, en sus
mejores momentos, cuando debajo de toda la hojarasca de provocador y
pendenciero el lector solía encontrarse con la misma anécdota:
chico que busca chica, que se obsesiona con la chica, que pasa algo
con la chica, que es abandonado por la chica, etcétera, etcétera.
El primer
relato del libro de Sosa, titulado ‘La bondad de las mujeres’, y
editado bajo la forma de prólogo, define en pocas páginas el tono
que elige el autor para tocar el manido tema ‘de qué hablamos
cuando hablamos de amor’. Un pequeño fresco, naturalista y con
cierto aire antropológico, en el que Sosa avisa que lo que vendrá
no será tan simple, y que más allá de una sintaxis liviana y
directa (como en Bukowski, por ejemplo) asomará, en cada relato, una
historia tan mínima como intensa (como en Carver, por ejemplo).
Estos dos nombres no son caprichosos, referencias de un autor
que cultiva un estilo influenciado notoriamente por la narrativa
estadounidense de la segunda mitad del siglo veinte.
Todas las
historias transcurren en escenarios montevideanos. En ocasiones en la
rambla, en pisos de jóvenes que viven solos o con amigos. Y está
ese asunto con la ‘izquierda’, que es bastante más que una
alusión simpática, y que de todos modos permite perderse en otros
planos de reflexiones –por lo menos en esta misma nota- para evitar
contarle lo divertido que son algunas de las historias, especialmente
esa en que el muchacho se quema con aceite en...
No se
preocupen que no voy a contar el final de la película ni del cuento,
pero bien que se lo merece Sosa, quien como crítico de cine (más de
uno recordará la columna Butacas contiguas en Posdata)
abusaba de esa perversión de revelar cosas que nunca deben ser
reveladas. En todo caso, bien podría decirse que de acuerdo a la
experiencia de los desafortunados personajes del libro, no parece
nada fácil –para solteros y divorciados más o menos inseguros y
políticamente incorrectos- conquistar chicas. ¿Cómo conseguir
chicas?, preguntaría Charly García. Si son de izquierda, o tienen
padres de izquierda, es un poco más complicado, seguro que apuntaría
Sosa.
((artículo publicado en revista CarasyCaretas, año 2004))
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