paradojas del pop



La edición de los nuevos discos de Pulp y Garbage puede generar, paradójicamente, expectativas encontradas. En el caso de Pulp uno desea encontrar al Jarvis Cocker de siempre, con su pop melodramático que debe a grandes como Roxi Music y David Bowie. Con Garbage, por el contrario, uno ansía un cambio radical, el golpe de efecto que muestre innovaciones en lo que tiene que ver con la fusión de electrónica, electricidad y melodía. Curiosa paradoja para disfrutar de dos de las bandas más lúcidas de la presente década.


This is hardcore se titula el nuevo disco de Pulp, que ya desde el concepto gráfico anuncia un giro extraño, más glamoroso, que recuerda a las excéntricas y sugestivas portadas de cualquier disco de Brian Ferry, con o sin Roxi Music. Al escuchar atentamente los primeros tracks también se revelan otras novedades; la voz de Cocker aparece más mesurada (seguramente por un productor no afecto a las desafinaciones y sobrecargas líricas) y hay un cambio de personal (en la guitarra, nada menos), por lo que de entrada parece que no estuviéramos escuchando el Pulp de siempre. Sin embargo, This is hardcore supera con altura y sutileza el pecado de haber compuesto Different Class, uno de los mejores discos del brit-pop de todos los tiempos, una verdadera obra maestra que llevó al cantante Jarvis Cocker a una crisis tras haber conseguido la ansiada fama luego de catorce años de trillar escenarios y publicar discos que jamás alcanzaron notoriedad. En cierto modo This is hardcore resulta un sinceramiento con el salto del grupo, ya que la temática pasó de pequeñas historias de gente de clase media para ubicarse en obsesiones que tienen que ver con la madurez personal, la pérdida de la juventud y la vida de soltero, y que en lo musical revela un viaje más barroco y lujoso que en cualquiera de los cinco discos anteriores. “La perfección se acabó, y Sheffield, el miedo, la culpa, Bergerac, la resaca, los hombres, las mujeres, el colesterol, los cirios, la ironía. Adiós”, frasea Cocker en ‘The day after the revolution’, demostrando que de alguna manera sigue siendo el de siempre.


Versión 2.0 se titula el nuevo disco de Garbage, que tanto hizo suponer que vendría cargado de sorpresas desde el estudio. Pero lo que trae son canciones hermanas del pop mutante inaugurado con ‘Stupid Girl’ y ‘Queer’, vestidas con la impureza y morbidez sónica propia del cuarteto. Ni más raro, ni más normal que su antecesor, este segundo disco de Garbage comete el único delito de ser casi gemelo que el explosivo debut. Aquí sí lamentablemente no hay espacio para la novedad, pero la voz de la escocesa Shirley Manson sigue sonando aterradora y sexy, y las canciones resultan elaboraciones procesadas con samplers y loops sin salirse nunca del corrosivo muro sonoro. La melodía de ‘Push It’, por ejemplo, no tiene nada que envidiarle a ‘Stupid Girl’ y el tono general del disco es melancólico y perverso. Por lo que, de todos modos, no defraudará a quienes han encontrado en este cuarteto una sutil cruza entre el dark y el dance.
Adentrándose en estos dos discos, y salvando las expectativas iniciales, es posible conectarse con dos bandas que, aún en sus diferencias, continúan interpretando dos interesantes y sensuales maneras de hacer pop a fines de siglo más allá de paradojas subjetivas.

No comments:

LAS MÁS LEÍDAS