tango queer


Hay por lo menos dos poetas uruguayos bien actuales, diría de urgente actualidad, que se mueven en el territorio del under, apelando a la performance y a la siempre saludable provocación. Ambos prefieren la incomodidad, el territorio del margen, el límite de la corrección y comparten el oficio de la palabra poética con el canal más directo de la canción. Son poetas periféricos, con todas las señas para convertirse en malditos, dialogando con una tradición en la que no faltan referencias a Roberto de las Carreras, José Parrilla, Marosa di Giorgio y Julio Inverso.
Uno de ellos es Hoski, letrista y cantante de la banda de rock La Nelson Olveira, ocasional performer y autor -con el heterónimo Martín Uruguay Martínez- del libérrimo Poemas de la pija. El otro es José Arenas, actor obsesionado con el under rioplatense de los 80, que reivindica una estética y ética queer y al mismo tiempo destaca como versificador de tangos impuros y otras inspiradas líricas que no pasan desapercibidas. Arenas presentó días pasados una nueva performance, a la que dio en llamar La soledad del puto, nombre que le fuera sugerido por el legendario artista argentino Fernando Noy. Los textos que presentó en Kalima estarán pronto en formato libro, continuando el camino abierto por Fueye hembra y Sofía, el tango y otros desaciertos.
"En este tercer libro siento que expreso de manera cruda mis visiones y dramas con lo queer... No soy gay, soy queer, que no es lo mismo", explica el escritor. "Al principio el libro se iba a llamar Selfie, o Taxi Boy, pero en la visita que hizo Fernando Noy a Montevideo, lo leyó y me dijo: "pero niña, este libro tiene que llamarse como el libro que quería escribir Batato y no pudo; tiene que llamarse La soledad del puto". Y así quedó el título, porque me fascinó y me encantó que me dijera eso". La performance que hizo Arenas en Kalima, entre lecturas, anécdotas y música, tuvo que ver explícitamente con su planteo poético, "en mostrar lo absurdo del gay, lo crudo del puto, la soledad dura de lo raro".

El lugar de la poesía
José Arenas prefiere citar a Olga Orozco cuando se le pregunta por el lugar que ocupa la escritura poética en su vida. Ella asegura que "la poesía es un don perverso y malsano", y para el joven autor uruguayo esa sensación se potencia al admitir que ocupa un lugar obsesivo en su tiempo vital, entre escrituras, borradores, correcciones y la catarsis de la performance. Se siente, además, un poeta tanguero, y en esa veta fue elegido por Horacio Ferrer hace algunos años en una antología de poetas tangueros contemporáneos, y algunos de sus textos fueron grabados e integran el repertorio del grupo Malajunta.
"Al tango llego en mi adolescencia, aunque en mi casa nadie es tanguero. Por intermedio de la televisión conocí la movida del tango nuevo en Buenos Aires, a Alejandro Szwarcman, a Raimundo Rosales, sabiendo que se podía escribir un tango nuevo. Primero escribí canciones -las sigo haciendo- y luego me dediqué a la poesía tanguera, al borde del borde. Siempre digo que si los poetas somos la sombra de la literatura, los poetas del tango somos la sombra de la sombra. Y hablo de los poetas en serio, no de los cantantes que escriben una milonguita para su nuevo disco. En mi caso, intento mezclar lo queer con el tango, que es hiper homofóbico, y lo hago desde lo descarnado desde el lenguaje crudo, como lo hice con Fueye hembra, mi primer libro. Porque bailar con gente del mismo sexo, puede caer hasta simpático, pero decir en un poema, como hizo Juan Vattuone, que un yuta se mató porque lo dejó una travesti, eso es otra cosa. Los tangueros siempre estamos en el borde, y los que hacemos poesía, estamos haciendo equilibrio para no caernos. Estamos como escondidos en la noche, casi negados".

Poéticas periféricas
El poeta integra el dúo Marchisio-Arenas y el grupo Fabricantes, con los que ha realizado montajes y performances sobre textos de Alejandro Urdapilleta, Marosa di Giorgio y Fernando Noy. Con el dúo viene presentando, en boliches under, la performance Te quiero obsceno, mientras con Fabricantes ensaya una obra teatral de su autoría. Arenas no para: en una faceta un poco más académica, dicta talleres de escritura y lectura crítica sobre literatura uruguaya contemporánea y prepara un trabajo de investigación sobre cinco novelistas "ejemplares" de actualidad en las letras uruguayas, entre ellos Felipe Polleri y Lalo Barrubia. Tiene tiempo, además, para organizar el ciclo Poesía in your fucking face, los primeros miércoles de cada mes en Tractatus.
"De la poesía uruguaya me gustan demasiadas cosas, pero especialmente me gustan los periféricos, de distintas épocas, desde Romildo Risso hasta Julio Inverso, pasando por Íbero Gutierrez y José Parrilla... Amo a Juana de Ibarbourou, aunque sus chupamedias ayuden a que la gente la odie... Hay muchos ciclos de poesía que presentan gente joven, algunos de ellos sorprendentemente buenos. Lo que creo que está sucediendo con mucha poesía actual, y eso realmente me preocupa, es que los poetas están olvidándose de lo esencial y fijándose en la apariencia. En los recitales de poesía hay mucha, muchísima gente, que cree que hacer una poesía performática es gritar de manera agresiva y hacerse el trasgresor diciendo puto, pija y gobierno puto... Hay una escasez de simbolismo, metáfora y divague poético que da miedo".  

((artículo publicado en revista CarasyCaretas, 07/2016))

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