Esteban
Klisich, profesor de Samantha, la alentó a presentarse en lo que se
llamó Primer Festival de la Canción Inédita de Montevideo. Año 1994. La
primera satisfacción la tuvo al quedar como finalista y enterarse
que en el jurado de preselección estaba Fernando Cabrera. El
festival se hizo en la carpa de la Intendencia, que se instaló cerca
de la glorieta del Parque Rodó. "Ahí fui, guitarra en mano,
muy nerviosa y feliz", cuenta Samantha. "Pasé a la segunda
vuelta y pude conocer a muchos músicos participantes: a los
Ibarburu, que tocaban con Cesar Martínez con la banda Jamón con
Rusa; a Gustavo Príncipe Pena, que estaba con Malena Morgan; a
Joaquín Lapetina; y a muchos músicos referentes como Darno y Jorge
Schellemberg. ¡Fue maravilloso! Gané el premio a "mejor
autor", compartido con Inés Pierri, yo por "La planta",
Inés por una canción de una niña que espera que la vengan a buscar
a un cumpleaños, que no me acuerdo el nombre".
La
adolescente de pelos revueltos se cantaba todo. No dejó a nadie
indiferente. Fue la revelación de ese primer festival. Hoy se
cumplen veintiún años de las emocionantes noches que le permitieron
comenzar una carrera muy personal, derrochando talento en la
interpretación y una alta capacidad poética para escribir canciones
que saben equilibrar emociones y apuntes cotidianos. Dos años
después, ya en 1996, vendría su disco debut, en plan cantautora
rock, con amigos musicales de primera línea: los Ibarburu,
Montemurro, Buscaglia. Y más discos: Mujeres rotas (1998),
Tengo recuperación (2000)
y Poemas (2002). Tuvo
ganas de armar una banda de chicas y lo hizo: La Dulce, con sus
amigas Ana de León, Andrea Viera y Mariana Vázquez, más Eduardo
Yaguno en el bajo. Largaron con un poderoso disco en vivo en el 2004,
al que le sigue Sed (2008).
Hay más discos, más cercanos en el tiempo, el más íntimo de todos, el Volver
al origen (2010), y dos duplas
heterodoxas, una con el músico electrónico Fede Deutsch en Groenlandia
(2005) y otra con Ale Tuana en
Santuario (2011). El
último álbum de la lista se llama Saltar el tiempo deseado,
editado por Perro Andaluz y lo acaba de presentar en el festival
barcelonés de Barnasants.
Samantha
armó este invierno de 2015 Veintiuno, el show, con
igual cantidad de canciones, con la idea de recorrer tiempos,
espacios y momentos musicales. En la banda están Checo Anselmi,
Nico Antúnez, Juanita Fernández y Juan Pablo Chapital. También los
amigos y amigas de siempre: el equipo de La Dulce, Buscaglia, Gonzalo Brown,
Rossana Taddei, Gustavo Etchenique, Dany López y muchos más. "Estoy
a mil quinientos, pero super feliz. Es divino poder tocar con todos
estos músicos increíbles. Además, vamos a hacer una exposición
con las tapas de mis primeros diez discos".
No faltarán esas otras compañeras de viaje, sus incansables
guitarras: "Me acuerdo que en aquel festival estrené una
divina que me hizo Gerardo Grieco, una criolla con la cual nacieron
muchas de mis canciones", recuerda Samantha. "Después, ya
en el año 1999, me regalaron una Yamaha Apx7c, una electroacústica
de cuerdas de acero con la que vengo tocando desde entonces".
Entre sus tesoros personales no falta la guitarra de su abuela, que
le regaló cuando empezó a estudiar guitarra. Cuenta la cantautora
que su abuela la había comprado en el Chuy, en el año 1967, por
cien pesos.
Pero las principales protagonistas de Veintiuno son, sin lugar a dudas, las canciones. Dice Samantha que no fue fácil elegir el repertorio: "Son
un montón de climas diferentes, pero creo que eso justamente va a
hacer un show dinámico e intenso... Son veintiuna canciones que
recorren estos veintiún años", agrega la cantante, que tiene muy pero muy claro que las canciones son vehículos de emociones. "Creo
sinceramente en la magia de las canciones, en esa capacidad que
tienen para hacernos compañía, permitirnos viajar, darnos energía
y alegría, y hacernos pensar".
((artículo publicado en revista CarasyCaretas, 06/2015))
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