tango que se mueve

¿Qué es lo que está detrás del tango, debajo de su textura musical? ¿Qué es lo que vuelve irresistible a su danza, por su sensualidad, por su erotismo denso? Esas y otras preguntas son las que responden en la escena los bailarines de Periférico. La compañía, dirigida por Federica Folco, refresca sus dos creaciones (Proyecto Tango y Vacío), mientras prepara la última parte de una trilogía que atraviesa la búsqueda de identidad, la tradición tanguera y la subjetividad de los cuerpos.

¿Qué diferentes miradas sobre el tango se desarrollan en los espectáculos Proyecto Tango y Vacío, más allá del lenguaje o concepto común? La compañía Periférico tiene al tango como marco para desarrollar sus proyectos. En este sentido, una obra es la continuación de la otra, en cuanto a proceso. Mantenemos el mismo marco, el mismo equipo de trabajo, pero sí cambian las preguntas. En Proyecto tango, comenzamos a preguntarnos sobre la construcción del cuerpo en la danza del tango y cómo está atravesada por las ideas que tenemos de género, tradición, técnica, movimiento, afectos, erotismo, error, clichés, convenciones, jerarquías, poder. Luego de transitar este desglose que fue Proyecto tango, tuvimos la necesidad de crear una nueva obra donde trabajamos con nuestros cuerpos habilitados por el proceso anterior, y es ahí que aparece Vacío, que sigue siendo una propuesta sobre y desde el tango, aunque confieso que no se reconoce fácilmente el código y sus características estéticas.

¿Cómo definirías la identidad de las creaciones de Periférico y en la relación tradición-presente?
La identidad como colectivo y la forma de vivir el tango emergen del trabajo sostenido en el tiempo. Para nosotros, el tango es un evento festivo, un ritual para el abrazo, encuentros de afectos, sensibilidades y subjetividades. La tradición nos abraza suavemente, dejándonos salir y entrar en ella. Como grupo hemos decidido comprometernos afectivamente en un momento donde los “afectos son líquidos”, como propone Bauman. Este tejido de afectos que somos lo construimos con nuestros cuerpos, y es justamente en nuestros cuerpos que están los rastros de todo lo que hemos vivido juntos, y esto se evidencia en la escena. El tiempo nos convierte en un tejido denso; sentir esto me gusta, me gusta mucho.

¿Cuál es tu rol en la compañía?
Ese es todo un tema, porque con los años, la compañía pasó a ser parte de algo más grande, que dimos en llamar Colectivo Periférico. Este colectivo está conformado por un grupo de artistas que gestionan y producen diversos proyectos sociales y artísticos en torno al tango y la danza contemporánea. Los "periféricos" gestionan milongas, dictan talleres, realizan proyectos con perfiles sociales y tienen además una compañía que crea obras escénicas. Mi rol es el de directora de la compañía, pero en otros proyectos acompaño las propuestas de otros. Es en estas instancias donde aparece la multiplicidad de saberes e intereses que por definición tiene un colectivo; aquí estamos todos, solo varían los roles.

¿Cómo es la puesta a punto del montaje de Proyecto Tango?Proyecto tango es la primera obra que hicimos y es del 2010. Desde entonces, afortunadamente, no hemos parado de hacerla, por lo que reponerla en el Sodre no nos implica un trabajo especial. Sí es interesante y nuevo para nosotros hacerla con el marco de una retrospectiva, y más aun en pleno proceso de creación de una tercer y última obra. Con este último trabajo que estamos creando conformaremos una trilogía que dejará evidencia de nuestro proceso y el tiempo-espacio que venimos compartiendo como grupo.

¿Y en el caso de Vacío?
Vacío también la venimos haciendo desde su estreno 2013, pero en esta ocasión nos exigió más atención. En la obra trabajamos el hecho de que para la danza del tango la música es fundamental; podríamos decir que conforman una unidad. En Vacío, la música y la danza se dan en vivo en escena y los intérpretes se mezclan, debilitando las fronteras que convencionalmente establecemos entre ellas.

¿Cómo viene siendo la creación de la tercera obra?
Descubrir que la tarea de la compañía Periférico era generar una trilogía fue muy excitante. Implica crear una obra en función de un proceso, en diálogo con otras, concebirlas como una unidad conformada por partes; implica trabajar con la memoria y un proceso de años. Todo eso me aparece ahora cuando pienso en la trilogía, pero sé que aun hay mas para entender y reconocer, un desafío. En la primera obra que creamos reconocimos y desorganizamos nuestros cuerpos tangueros. Luego, en la segunda, encarnamos esta desorganización. Así que en la tercera, ya con otro cuerpo que el de la primera, volveremos al tango. La tercera obra será un retorno al tango, pero a un tango inevitablemente diferente que aquel que vivíamos en el 2008.

¿Cómo te sentís como creadora, con trabajos que se van redefiniendo -como los de Periférico- y con líneas abiertas de investigación -como la del proyecto Lamasa?Puedo jugar a identificar -en este presente- dos líneas de trabajo que a su vez comparten sensibilidades y subjetividades comunes, pero estas dos líneas son una sola en mi intimidad. Por un lado, está la oportunidad que me dan los "periféricos" de transitar lo colectivo y creativo en un marco reconocible. Me regalan la posibilidad de profundizar, de sostener y reconocer la memoria y lo subjetivo de nuestra historia. En Periférico están las miradas que conozco, que cambian y reencuentro, están esos abrazos de siempre que son fundamentales para sostenerme. Por otro lado, está la idea que es acción de “emancipar lo sensible”, una búsqueda abierta, un recorrido, mi vida, la vida, el placer de la incertidumbre, de lo desconocido del presente. Ahí esta Lamasa y también otras creaciones como NiJe, Acciones afectivas y ya veremos qué más.
Proyecto Lamasa
Federica Folco, en paralelo a sus trabajos con Periférico, desarrolla otras experiencias como coreógrafa y bailarina. Una de ellas es la creación de un proyecto de investigación que proponer emancipar lo sensible y desarticular los discursos que determinan movimientos y deseos. Las acciones son imprevistas y esporádicamente el grupo Lamasa se presenta en espacios públicos. "Quiero practicar una estética de lo sensible que reivindique mis pulsiones, entrenar una subjetividad insurrecta, entregarle al cuerpo y lo somático, a través del sistema nervioso, órganos, fluidos, ideas, células y receptores, el poder de ser la materia donde se despliega esta insurrección. Es un intento por generar fisuras, donde nuevas posibilidades emerjan, rituales de afectos, prácticas del presente. Aparece entonces Lamasa, que son prácticas colectivas, experiencia que por suerte es cada vez más difícil de nombrar, porque Lamasa se resiste a identificarse y reconocerse"

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