Nico
Ibarburu, Carlos Quintana, Juan Pablo Chapital y Luis Alderotti son
cuatro destacados instrumentistas, de larga experiencia en la escena
musical uruguaya. Los cuatro -tres guitarristas y un tecladista- desarrollan proyectos sonoros personales y entienden a la música como
un campo de experimentación y disfrute.
¿Cómo
ven a la escena de la música instrumental en Uruguay?
JPC: Creo
que está en un buen momento. Realmente pasa de todo y se ha abierto
el espectro de fusiones. Se da también que ahora te podés enterar
que existen diversos proyectos a través de las redes sociales, y eso
está bueno, hace que la música esté más presente por ahí que
antes, o más visible.
CQ:
Me da la sensación de que hay una cierta evolución. Sobre todo en
lo que respecta a material discográfico. No sé si esto significa
que haya más consumidores de este tipo de música, pero sí creo que
hay propuestas con más variedad de influencias originadas en
distintos géneros.
¿Notan
un crecimiento del género, abriéndose estilísticamente a
experimentar en más géneros, dejando atrás la hegemonía del
jazz-fusión?
LA:
Hoy no existe más la
hegemonía de la música instrumental con el jazz fusión, que si
bien antes podía ser la más notoria, también existían músicas
instrumentales en otros géneros y de alta calidad. De todas formas,
noto un crecimiento, y pienso que si el MEC otorga premios a la
música instrumental en varios géneros es porque ha habido notorios
avances.
NI:
La música instrumental sigue creciendo en base al desprejuicio y a
la apertura entre los sectores y géneros. Para mí, hace unos años
se sentían esas diferencias, a través de un elitismo muy poco
saludable, y por suerte hoy se vive la diversidad con otra frescura.
Por ejemplo, la dinámica de algunas jams dejó de ser algo
solo para músicos de un estilo, y acerca más al público, a músicos
de otros sectores, e incluso a la canción cantada.
¿Qué
satisfacciones y desafíos le genera a un creador, a un
instrumentista, trabajar sobre líneas instrumentales, alejado de la
canción?
NI: La música es, para mí, la rama más abstracta y a la vez más directa a la emoción, del arte. Tocar música instrumental te permite explorar esa abstracción con más libertad que cuando están presentes las palabras. El desafio podría ser poder comunicar esa perspectiva a la gente, cosa que la canción cantada logra de modo mucho más directo.
NI: La música es, para mí, la rama más abstracta y a la vez más directa a la emoción, del arte. Tocar música instrumental te permite explorar esa abstracción con más libertad que cuando están presentes las palabras. El desafio podría ser poder comunicar esa perspectiva a la gente, cosa que la canción cantada logra de modo mucho más directo.
JPC:
Mirá,
yo considero que mis músicas son canciones, donde trato que la
guitarra diga lo que podría decir alguien que interpretara un texto.
Es un tremendo desafío. Y por ahí, una satisfacción cuando alguien
te da la devolución de una música, cuando la escucha, y tiene que
ver con lo que quisiste expresar y transmitir.
LA:
Es un gran desafío, porque implica comunicar al oyente un mensaje
"no verbal" y por lo tanto menos "obvio". Se
utilizan otros mecanismos distintos e incluso la música puede llegar
a ser vocal, pero sin texto. La voz, como instrumento que es, puede
interpretar una línea melódica y lograr también un efecto
distinto. Creo que es posible componer una canción con un mensaje
implícito, sin texto. La satisfacción está en la creación y en la
interpretación, en el caso mío con un alto contenido improvisado.
CQ:
En mi caso, la composición de canciones y de música
instrumental surge de manera natural y espontánea, por igual, en
ambos casos.
¿Qué
tipo de movidas son importantes y qué otras deberían hacerse para
estimular el desarrollo del género?
CQ:
Me parece que, por ejemplo, el Premio Nacional de Música, apoyos
como el Fonam, las becas Fefca, así como el Festival de Jazz de
Mercedes y Fondos Concursables, entre otras movidas, sirven como
motivación para los creadores.
NI:
Si no fuera por el Fonam, directamente no se grabarían discos
instrumentales en Uruguay. También está muy bien la movida de los
concursos del MEC, que son una gran motivación para la composición
y el registro de obras. O personas como Angel Atienza, que siempre
han militado por cuenta propia. Pero igual creo que, en comparación
a otros sectores de la música, se debería promover
institucionalmente mucho más a la instrumental, porque es un sector
muy frágil; tanto que hoy en día es mucho más "under"
que el rock, por ejemplo, cuando en otra época era al revés.
¿Y
lugares para tocar?
CQ:
Ese es un gran tema. Deberían
existir más lugares y salas para tocar que no tengan que ser
sustentados por los músicos, además de una mayor difusión en los
medios masivos de comunicación.
JPC:
Ahora existe la movida de
Martes On Fire,
en P&G, liderada por Francisco Fattoruso, donde todo el mundo
tiene la oportunidad de ir a tocar y compartir con grandes músicos
de este país. Y ahí, de verdad, se toca funk, candombe, fusión,
rock, blues, música de brasil, jazz... Está abierto el espacio para
el que quiera tocar y mostrar su propuesta. Soy partidario de que uno
tiene que hacerse el espacio y ser el generador de todo lo que le
suceda musicalmente. En mi caso personal, trato de tocar con mi
proyecto una vez al mes, por lo menos. Para mí es una necesidad
tocar mi música.
¿Qué artistas les parecen relevantes en nuestro país?
CQ: Relevantes me parecen Hugo Fattoruso, Leo Maslíah, Nicolás Mora, Gabriel Estrada, Néstor Vaz, Toto Méndez y otros que seguramente se me escapan.
¿Qué artistas les parecen relevantes en nuestro país?
CQ: Relevantes me parecen Hugo Fattoruso, Leo Maslíah, Nicolás Mora, Gabriel Estrada, Néstor Vaz, Toto Méndez y otros que seguramente se me escapan.
LA:
Dentro de la escena del jazz
hay muchos grandes compositores de música instrumental, como Gabriel
Estrada, Luis Firpo, Alfredo Monetti y Manuel Contrera, entre otros.
También dentro de la música acádemica existen muchos autores de
gran talento.
NI:
Personalmente me siento muy
identificado con la búsqueda en la música instrumental de Hugo
Fattoruso y Urbano Moraes, que paradójicamente son mis dos cantantes
favoritos.
JPC:
También
hay nuevas generaciones de gente muy talentosa sacando discos. Por
ahí no se presentan tanto en vivo, pero están creciendo mucho y
también estudiaron o vivieron afuera del Uruguay: Jeremías Di
Polito, Antonino Restuccia, Manuel Contrera, todos con discos
solistas muy interesantes.
NI:
De la nueva generación, Francisco Fattoruso abrió una nueva
veta y nuevas sonoridades. En el tango, La Mufa me parece un grupo
importantísimo. Y por suerte hay muchas cosas interesantes y muy
originales; por ejemplo, hace poco grabé un tema con un grupo nuevo
muy bueno que se llama La Jarana que la integración es vibráfono,
bajo y batería de murga.
Carlos Quintana
Guitarrista. Integró las bandas
estables de Jaime Roos, Hugo Fattoruso y Leo Maslíah. Publicó este
año el disco solista Neuroexplosiones,
por el sello Ayuí, que abreva en la murga, el rock y el tango.
Luis Alderotti
Tecladista. Forma parte del
cuarteto de jazz fusión y sonidos urbanos Pulse Aquí, secundado por
Nicolás Mora, Vittorio Bacchetta y Checo Anselmi. Están grabando
disco debut en Vivace.
Juan Pablo Chapital
Guitarrista. Activo
instrumentista de la escena blues, lanza este 2014 En
construcción, su segundo
disco solista con Experimental Trío. Lo acompañan Ignacio
Echeverría y Francisco Etchenique.
Nico Ibarburu
Guitarrista. Integrante de la
banda estable de Jaime Roos. Publicó recientemente dos discos
propios: su primero como solista -Anfibio- y
el esperado y tardío debut del Trío Ibarburu -Huella
digital.
((entrevista que forma parte del informe ZONA DE CREACIÓN, dedicado a la música instrumental en Uruguay, realizado por G.P. y A.L. en la revista CarasyCaretas del viernes 29 de agosto de 2014))
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