Las
historias “de honestísimo entretenimiento”, publicadas por
Miguel de Cervantes bajo el título Novelas
ejemplares,
han sido adaptadas en formato relato gráfico, celebrando el cuarto centenario de su
primera edición en el año 1613. La
idea fue de Ricardo Ramón Jarne, director del CCE de Buenos Aires,
quien le propuso el desafío a la editorial Loco Rabia, integrada por
el guionista Alejandro Farías y el dibujante Marcos Vergara. Les dio
una libertad total en el contenido, con la única objeción de que la
portada fuera neutra y no remitiera al mundo de la historieta.
Rápidamente
la idea pasó a ser un proyecto del colectivo Mojito, del que Loco
Rabia forma parte junto con Belerofonte, DragonComics y Estuario.
“Fue un proceso natural y casi obvio”, cuenta Farías. “Me
parece que con esa decisión el libro se volvió viable desde todo
punto de vista”. Así se fueron sumando los dibujantes argentinos
Muriel Frega, Hurón, Fabián Salazar, Leo Sandler, Víctor Zelaya,
Lisandro Estherren y Diego Rey, el español Infame y los brasileños
Otto Zaiser y Jozz. También es internacional la selección de
guionistas, incluyendo tres adaptaciones de Farías, entre ellas la
muy buena versión rockera de la folletinesca novela El
casamiento engañoso.
Participan
tres artistas uruguayos en Novelas
ejemplares. Rodolfo
Santullo planteó una atmósfera de narcocorrido ultraviolento para
el guión de La
ilustre fregona
y la dupla Roy/Maco traslada la historia de amor del Duque de Ferrara
y la joven Cornelia a una divertida trama de motoqueros fetichistas
de la que son testigos y narradores dos estudiantes en plan
vacaciones de verano.
***
¿Cómo
fue el desarrollo del proyecto?
AF:
Como no había mucho presupuesto ni tiempo, aposté por buscar
parejas de autores (dibujantes e ilustradores), que se conocieran y
que funcionaran bien sin necesidad de mediación, ni persecución de
entrega y plazos y sabiendo que iban a entregar algo hecho con ganas.
Las duplas las terminamos completando, junto con Marcos, pensando en
hacer una convocatoria abarcativa, sumando autores de distintas
provincias de Argentina y de países de la región.
¿Qué
criterios comunes se manejaron, en cuanto a las adaptaciones -se
percibe en todos los trabajos cruces de tiempos presente y pasado- y
en el uso del blanco y negro?
AF: La idea desde un principio fue la que puede encontrarse en el libro: hacer adaptaciones libres y modernas de las historias, para que los autores se tuvieran que enfrentar con los textos de Cervantes parados en su presente y tuvieran la necesidad de reconstruir sus problemáticas desde los conflictos de ahora. Si bien la temática era libre, la idea era que el nuevo texto se nutriera del conflicto original. La estética también fue libre; solo impusimos que las historietas tenían que ser en blanco y negro. Principalmente por costos, pero confieso que soy un fanático del blanco y negro.
AF: La idea desde un principio fue la que puede encontrarse en el libro: hacer adaptaciones libres y modernas de las historias, para que los autores se tuvieran que enfrentar con los textos de Cervantes parados en su presente y tuvieran la necesidad de reconstruir sus problemáticas desde los conflictos de ahora. Si bien la temática era libre, la idea era que el nuevo texto se nutriera del conflicto original. La estética también fue libre; solo impusimos que las historietas tenían que ser en blanco y negro. Principalmente por costos, pero confieso que soy un fanático del blanco y negro.
¿Qué
te pasó a vos, Alejandro, como creador y gestor?
AF:
Cuando
leí el resultado final me di cuenta de la grandeza de Cervantes y de
lo moderno que era en la construcción del relato. Hay cosas pavas,
sobre todo en la forma en que se arreglan los conflictos, pero es muy
moderno en el ritmo y en los inagotables giros. Al principio todos
pensamos “¿qué hago con esto?”, pero también creo que cuando
cada uno logró encontrarle el punto a la aguja se dio cuenta de que
era imposible arruinar el original. No importaba lo que hicieras con
el texto; como los gatos, siempre iba a caer de pie. Y eso se debe a
la perfecta estructura de las novelas. De hecho, la estructura te
llevaba de la mano hacia la adaptación. Te permitía cambiar el
tiempo, borrar las simplezas, profundizar el erotismo que estaba
puesto ahí, pero sin subrayar. Creo que este libro no es una
reescritura de Cervantes, es una relectura, una nueva forma de poner
en la superficie la obra de Cervantes y de hacerle preguntas. Uno
aprende del texto que trabaja a cada momento, se obliga a pensar
sobre la construcción, sobre el argumento, sobre los personajes,
sobre el ritmo, sobre el conflicto. De una adaptación, se sale muy
fortalecido. A
mí me haría muy feliz poder hacer un libro así por año.
((artículo publicado en revista CarasyCaretas))
((artículo publicado en revista CarasyCaretas))
No comments:
Post a Comment