Dos discos esenciales del último año español: Anónimo de Lorena Álvarez y Fuerteventura de Russian Red. Dos discos, si se quiere, tan entrañables como antitéticos.
Hay
dos discos que encabezan mi lista de los más escuchados de los
últimos meses. Tienen mucho en común: sus creadoras son Lorena y
Lourdes, dos chicas menores de treinta, ambas españolas, que piensan
sus canciones en guitarras acústicas y podrían enrolarse dentro de
la resbaladiza escena indie. De hecho, la madrileña Lourdes (más
conocida como Russian Red) es una de las estrellas del indie español
y la asturiana Lorena dio un batacazo al publicar sus canciones en
formato casete y terminar siendo la última revelación de los
festivales de verano.
Esos
dos discos, sin embargo, son tan antitéticos como el calor y el
frío. Revelan dos mundos sonoros y creativos radicalmente opuestos
pese a compartir portada en las mismas revistas y que –como yo-
seguramente haya muchos melómanos que no pueden parar de
escucharlas, a ambas por igual. ¿Lorena o Lourdes? Las prefiero a
las dos, por la transparencia y honestidad de sus cancioneros, por el
buen gusto y por sus respectivas cualidades interpretativas.
¿Dónde
se plantea el dilema, la diferencia, la extraña y bienvenida
particularidad? Lourdes canta en inglés, sus héroes y referencias
musicales están en el folk y su voz nasal recuerda a la galesa Cerys
de Catatonia. Las de Lourdes son canciones frágiles, al borde del
lo-fi, en un exacto tono indie globalizado que impide saber con
certeza –si cerramos el google y los demás sentidos- el lugar del
que procede. En todo caso, que Lourdes sea de la castiza Madrid no
parece más que un pintoresco accidente. El disco Fuerteventura
se
grabó en un estudio de Glasgow.
Lorena
canta en español, sus canciones salen del repertorio de sus abuelos
y de lo que escuchó en su infancia rural. Tiene una voz poderosa,
lejos de los susurros metropolitanos, como si no necesitara
micrófonos. Las de Lorena son canciones breves, jotas malparidas y
desafinadas que nos llevan directo a una cantina asturiana o gallega.
Ella no puede ser de otro lado que ese, aunque ahora viva en
Barcelona y diga que no entienda el indie… por la sencilla razón
de que le resulta absurdo parecerse a un clon de Belle and Sebastian
o verdades por el estilo. El disco Anónimo
se
grabó en estudios caseros y varias pistas se hicieron en el establo
del pueblo de su familia.
Los
discos de Lourdes (perdón, ella prefiere que la llamen Russian Red)
y Lorena, dos simpáticas y talentosas españolas contemporáneas,
están pegando fuerte en el reino de Alaska y todo indica que dejarán
huella. Dos huellas sonoras casi opuestas y que dejan abierta una
lección: lo que vale, más allá de la presunción de identidad, de
la intuición contemporánea, de lo deliberado de un concepto, es la
canción, ese soplo capaz de contagiar sentimientos. Como en este
caso, las muy buenas canciones de dos chicas llamadas Lorena Álvarez
y Lourdes Hernández.
2 comments:
Estoy deseando que venga Russian Red a Montevideo...supongo que lo mío es una utopía. Ojalá que no.
Vino muy seguido a Beunos Aires asi que cruzas y listo
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