Hay
una prehistoria, siempre la hay, y se remonta a cuando Fabricio
Cacciatore forma en el año 2005, en Montevideo, un grupo synth-pop.
Eran tiempos en que llegaban al disco, y a una importante visibilidad,
los proyectos electrónicos de Federico Deutsch y de Nicolás Costa
(Loopez), con miradas diferentes pero de alta calidad, aunque no
precisamente enfocados al formato canción. El encuentro del artista
con el productor Daniel Anselmi, que dedicaba su tiempo de
arrreglista y diseñador de sonidos al proyecto solista de Dani Umpi
y a los primeros discos de Latejapride, llevó al debut en disco con
Universal
Preyhunter,
firmado como Vittorio Cacciatore. Todo muy under, cantado en inglés,
como lo hacían los electrorock Closet, o los Astroboy y Orange en un
plan britpop guitarrero, pero el intento de hacerse un lugar en la
escena musical se clausuraba, o más bien abría un largo paréntesis,
con el viaje de Fabricio a Barcelona.

Lo
hace con un explícito plan conceptual, de un electro-canción con
beats levemente pisteros y que en lo letrístico apuesta por una
poética cargada de espiritualidad, algo que ha transitado en algunos
de sus discos, por nombrar un ejemplo mainstream, el argentino Gustavo Cerati. Cacciatore lo hace bien.
Es decididamente ochentero y evita todo desvío hacia zonas oscuras.
A veces apela a cierto dramatismo en la intepretación y otras veces
se maneja al borde de un rock ambiental, siempre cuidando que el
toque sintético se cruce con elementos orgánicos. Las canciones
contagian, se pegan, solo es necesario dejarse llevar a su identidad
pop.
La
presentación del disco fue en diciembre pasado en Sala Camacuá.
"Fue el punto de partida para esta nueva etapa que empezamos y
con la que nos sentimos muy entusiasmados", dice Fabricio. "En
cuanto a la difusión y a presentaciones en vivo, digamos que no
encajamos mucho en la escena local, ya que no existen bandas synth-pop, y
quizá lleve más tiempo hacerse un lugar, pero nos interesa mucho
movernos para afuera, Argentina, Chile, Mexico, España, lugares
donde hay mucha movida del estilo y donde nos encantaría darnos a
conocer".
¿Cuáles
fueron tus primeros viajes musicales antes de Cacciatore?
Tuve
dos bandas antes de armar Cacciatore: xPúrpurax,
una
banda straight edge, y Faraday,
en la que hacíamos hardcore emo metal. Pero un tiempo que me pasé
escuchando The
Smiths,
me reconectó con el pop, con esa nostalgia existencial que se
expresaba de una forma tan bella, y luego fueron Suede,
Pulp, Ultravox, y luego fueron las canciones de Depeche Mode que
escuchaba de chico en la radio…
Así que de a poco me iba alejando de lo que estaba tocando en ese
momento. Y cuando Faraday
se
disolvió, era tiempo de algo distinto.
¿Eso
"distinto" implicaba experimentar en el synth-pop?
Sí,
de hecho las primeras canciones las empecé a componer por el 2003,
con un órgano Casio y guitarra. Por ese entonces nos empezamos a
juntar con Verónica Ramos, Cristina Toth y Adriana Navarro para
empezar a armar algo, y recién en 2005 caí a la casa de Daniel
(Anselmi) mostrándole muchos demos y así empezamos a trabajar en
las primeras canciones. Llamé al proyecto con mi primer nombre y
tercer apellido, ya que eran canciones que yo había compuesto y las
chicas colaboraban en arreglos y en las presentaciones en vivo.
En
un primer momento, cuando dabas los primeros shows en el 2006, pensé
que Vittorio Cacciatore era un personaje, un seudónimo...
No,
pero de todos modos refiere a la
"victoria del cazador", y no se trataba de cazar la presa
sino de cazarse a sí mismo y estar en ambos lugares, presa y
cazador, micrófono y público, comunicación mágica y visceral...
Era algo así. El debut fue en el living de mi casa, en una de las
tantas fiestas que organizábamos en ese espacio, en la calle La Paz.
Luego seguimos tocando en las salas del momento, en BJ, en Otra
Ronda, en Central.
Empezamos mostrando algo nuevo para la ciudad y para nosotros, con
vestuarios, performances y un concepto para cada toque.
¿Cómo
recordás esos primeros shows, como parte de una movida en la que
estaban, por ejemplo, bandas como Closet?
No
había -ni lo hay tampoco ahora- un intento de ser originales o de
marcar tendencia. Todo nacía espontáneamente. El motor del proyecto
era y sigue siendo realmente algo más interno; el lugar del que
llegan y donde nos llevan las canciones para mí es algo muy poderoso
y tiene otro lugar que el de los logros... Nombrabas a los Closet, y
es verdad, ellos
eran
lo más parecido musicalmente a lo que hacíamos nosotros. Pero de
repente intuí que era el momento de irme. Era el 2008 y recién
veníamos tocando dos años con el grupo, pero sentí que tenía que
seguir en otro lado. Y me fui a Barcelona. Tocamos, como cierre de
esa etapa en Key,
presentando y diciendo adiós con Universal
Preyhunter,
el primer disco.
¿Qué
pasó en los años que viviste en Barcelona?
En
Barcelona seguí el proyecto, haciendo shows en centros culturales,
en bares, en boliches, con algunos bailarines, con visuales que
editaba y animaba, y con otros músicos amigos invitados. Pero lo más
importante fue que allá me tocó encontrar el amor y tres años
después de una intensa experiencia nos vinimos de vacaciones y
decidimos probar de quedarnos a vivir acá. Nunca dejé de hacer
música, pero en ese tiempo me aboqué más a la ilustración, que es
mi otra faceta artística. Pero en el 2013 se juntó la formación
original y tocamos en un ciclo en Sala
Zitarrosa.
Y
te vinieron ganas de rearmar la historia musical...
Sí.
De hecho, en ese año estuve produciendo junto a mi amigo y productor
Nico Demczylo, de Sante
Les Amis,
una nueva canción, la primera de la nueva etapa. Y a todo esto se
dio que Vero también se vuelve a vivir a Montevideo después de estar
varios años en Buenos Aires, y decidimos retomar la música.
Después
se sumó al proyecto Juan Pablo Maiso, quien se encarga de las bases
y efectos en vivo.
¿Cómo
definirías al disco Unificar?
El
arte, letras y música forman una obra conceptual reflexiva y
expansiva. Aunque algunas canciones como "Mínimo" y "Sed"
las compuse en España y otras como "Era" o "Núcleo"
nacieron más al final del proceso, todas logran unirse en un hilo
conductor o concepto base.
¿Cómo
fueron saliendo las nuevas canciones? ¿Cuándo hiciste el cambio de
inglés a español en los textos?
Ya
en España había empezado a escribir letras en español y me sentí
muy cómodo con este cambio, con una comunicación más directa, con
una poesía sincera. Seguí escribiendo más canciones cuando nos
juntamos con Vero y decidimos volver a Daniel para la producción de
un disco que tuviera como base sintetizadores y voces, dejando las
guitarras de lado por un tiempo. Lo que pensamos que sería un
proceso de un año para salir a tocar a la brevedad, se fue a dos
años, y así Unificar
se hizo público a fines del 2016.
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