yolanda llega al barrio


Un festival es un punto de encuentro, un territorio de celebración por el que se accede a experiencias artísticas que suelen tener afinidades estéticas o generacionales. Si bien el concepto ha sido bastardeado, sobre todo en la música rock, por el abuso de empresas que obtienen beneficios publicitarios convocando megaespectáculos sin mayores riesgos artísticos, en los últimos años, desde la escena independiente, han surgido experiencias cuyo cometido es la difusión de talentos emergentes, que se mueven por fuera de los circuitos tradicionales.
Esta tendencia no se circunscribe exclusivamente a la cultura rock. El folclore y la música de raíz, por ejemplo, más allá de festivales institucionalizados como el de Durazno, tienen en las ediciones de Música de la tierra, que se lleva a cabo todas las primaveras en Jacksonville, un novedoso punto de atención en cuanto a propuestas renovadoras y alejadas de concesiones populistas. Pero es indudable que es en la escena rockera donde se está produciendo un mayor movimiento en lo que se da en llamar “festivales de autor”: iniciativas con propuestas curatoriales fuertes, como las del Peach & Convention y el Aut Out en Montevideo o el Festipulenta en Buenos Aires. A esta lista se suma el Yolanda, que desde 2013 se viene imponiendo en Argentina como un nodo de cultura y rock independiente, y que llega por primera vez a Montevideo con un programa muy especial, encabezado por los canadienses Walter TV (banda en la que militan algunos músicos de Mac Demarco), los cordobeses de Francisca y Los Exploradores (con disco nuevo, producido por Adrián Dárgelos) y los montevideanos Mux (que se mandaron uno de los mejores discos de 2016, publicado por el sello Feel de Agua).
El equipo del festival Yolanda está integrado por Agustín López Suaya, Camila Rodríguez y Julián Schiel, quienes empezaron con esta aventura con la idea de organizar ciclos musicales con bandas alternativas, cuidando cierta línea estética y una relación horizontal entre las bandas, así como entre el público y los artistas. Desde el martes están en Montevideo, ultimando detalles de la movida del sábado 11 en Plaza Mateo y trabajando en colaboración con un equipo montevideano en los aspectos relativos a la producción. “Es una experiencia nueva para nosotros, pero no por eso menos satisfactoria”, dice Agustín. “No sólo es nuevo hacer el festival en otro país, también lo es la producción a distancia”.

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El concepto Yolanda

¿Cómo nace el festival? ¿Quién es Yolanda?
Agustín López Suaya: Yolanda es la abuela de Camila, que es parte del equipo de dirección del festival junto a mí y Julián. Nos pareció que identificaba perfectamente el concepto que manejamos y queremos mostrar: Yolanda era una señora de barrio, de Haedo, zona oeste del conurbano de Buenos Aires, con una personalidad súper fuerte, aguerrida y segura.

¿Ese concepto cómo se lleva a la hora de armar un festival de música?
ALS: Creo que estos festivales juegan un papel fundamental en el curso musical de una escena, porque están hechos a base de esfuerzo, dedicación y sin fines de vender una marca o un producto. Lo importante acá es que se genere esa magia que implica vivir la conexión entre una banda que se desvive por mostrar su obra y el público desprejuiciado que recibe esa energía de la mejor manera. Esa combinación es algo imposible de generar de otro modo, y va mucho más allá de una marca de cervezas, de celulares, de cigarrillos o de calefones. El Festipulenta, por ejemplo, es un ejemplo grandísimo de hacer las cosas con amor, dedicación y pasión, de la mano de un increíble concepto.

Walter TV estará en "Yolanda".
¿Cómo fueron armando la grilla del Yolanda en Plaza Mateo?
ALS: Walter TV es una banda increíble que hace tiempo teníamos ganas de traer. Finalmente se dio, y sumado a las ganas de hacer algo en conjunto con mi gran amigo Pache [guitarra y voz de Adan Yeti], nos pareció la oportunidad perfecta. A partir de esas dos bandas que ya teníamos confirmadas, pensamos qué podíamos sumar para hacer el festival más ecléctico e interesante. Francisca y Los Exploradores está en un ascenso impresionante en la escena argentina, y tiene un show demoledor que sin duda va a hacer flashear a más de uno en Plaza Mateo. Mux es una banda que vi hace pocos meses en la sala Camacuá. Me parecieron impresionantes el sonido que logran y sus canciones casi barrocas; se nota que tocan juntos desde hace mucho tiempo, y generan un clima impresionante. Los Buenos Modales se sumaron a último momento; nos pareció que la propuesta de ellos aporta un mundo diferente, más del lado del hip-hop, de los MC. Por último, Coghlan es una banda nueva y súper extraña. El show en vivo es literalmente como ver una película: minimalista y soñador. Eugenio, el líder del proyecto, no lo dudó ni un segundo cuando se enteró de que íbamos a hacer el festival en Montevideo.

¿Qué gana y qué pierde el público en este tipo de festivales, que se mueven con otras lógicas que los festivales musicales patrocinados por empresas?
ALS: El concepto de festival es milenario. De mucha gente junta celebrando por largo tiempo, dispuesta a conocer algo nuevo, abierta a una experiencia nueva. Pero este clima, hoy, se genera sólo en este tipo de eventos. Me refiero, entre otras cosas, a conocer bandas nuevas. Seguramente la gente que asista conozca una o dos de las bandas que van a tocar, y se puede llevar sorpresas gigantes con las que no conoce. Lo mismo sucede con los stands, los musicalizadores y las tiendas de discos. No tengo dudas de que se va a generar un intercambio más que interesante entre el público y la gente que esté mostrando lo que hace. ¿Lo que se pierde? Tal vez eso radique en el hecho de que el set de las bandas es más acotado que si vas a verlos cuando presentan un disco. Pero bueno, siempre está la opción de volver a verlos. ¿Por qué no?

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Los Mux y su lisergia pop.
Mux en expansión
2016 fue un año especial para Mux, que de alguna manera lo celebra siendo parte del programa de Yolanda en Montevideo. El quinteto integrado por Fabrizio Rossi, Miguel Recalde, Matías Chouhy, Juan Castro y Javier Cuadro viene de facturar uno de esos discos que no son de impacto rápido pero que con el tiempo se vuelven esenciales. Es un disco que a cada escucha suma luminosidad, con el colorido sónico de los teclados y las voces de Rossi, siempre apoyado por una banda que sabe manejar la intensidad sin subir volúmenes ni dar rienda suelta a las distorsiones. Para promocionarlo, entre otras acciones, el grupo publicó en Youtube tres videoclips que estuvieron entre los mejores del año: 'Canción nueva', 'Sueño de conejo' y 'Feel de año'. Cuenta Fabrizio Rossi que los directores de los videos (Lucía Garibaldi, Sofía Córdoba y Valerio Jardim) se inspiraron en las canciones y que desarrollaron sus propias ideas. “Fue todo retroalimentación artística, se podría decir”. Algo similar sucede con el disco: “Hubo un proceso emotivo muy fuerte detrás de las canciones. Y que luego de eso te encuentres con escuchas profundas, que te devuelven un poco de esa intensidad y te dicen cosas re buenas, que muchas veces ni las pensamos nosotros mismos, es como si se completara el círculo. Resulta muy inspirador”.

¿Qué siginifica para ustedes participar en el festival Yolanda?
Fabrizio Rossi: Haber sido invitados por Agustín y los amigos que organizan es muy grato para nosotros, sobre todo teniendo en cuenta que es un festival gestionado a pulmón y de forma independiente. Eso nos hace sentir muy cómodos. También es interesante que ninguna banda es de rock. Todas tienen su lado medio deforme, y eso nos gusta. Nosotros aportaremos lo nuestro, y al final, creo que todo el line up va a resultar en una especie de envolvente entera, ideal para mutar un buen rato.

¿Qué desarrollo tiene la escena musical independiente en Montevideo?
FR: Creo que la escena independiente de Montevideo está en un muy buen momento, sobre todo en cuanto a la gran variedad de gente entusiasmada haciendo música y grabando discos sin demasiados filtros. Con mucha autogestión y colaboración. Esto genera que también las nuevas generaciones de músicos entren en ese contexto y asimilen todo ese proceso que quizá, para nosotros, fue un poco intrincado de entender al venir de la era pre internet masiva. Entonces, todo se vuelve más dinámico y vivo. La comunidad de músicos que se maneja así se va expandiendo cada vez más y va generando un cambio en la idea de “ser músico”. Acá la prioridad, para nosotros, es hacer música, grabar, tocar, conocer gente. Y a la gran mayoría no nos frena el hecho de no ganar plata con eso. Y esto, lejos de frenar la rueda, creo que la potencia, porque nos hace un poco más liviano el camino de la especulación y de la proyección de éxito. Para nosotros, el éxito tiene más que ver con que la gente escuche nuestra música y tenga nuestros discos, y de alguna manera formen parte de sus vidas, más allá de si tienen plata para comprarlos o no. Por eso nuestros discos están gratis en internet. Y si quieres pagar para ayudar a la banda, también tienes la opción, ya sea pagando una entrada, comprando las ediciones físicas o donando en el bandcamp. De hecho, la gente ayuda cada vez más, aunque no se lo pidas. Como que lo están entendiendo. Eso está bueno. Lo hacen para que sigas haciendo música.


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