el viejo somos todos

El binomio Alceo-Bergara publicó en la revista Freeway, entre los años 2010-2011, una historieta que con humor y cinismo retrata una de las facetas más odiosas y entrañables del ser uruguayo. Las historias de El Viejo, publicadas en formato libro en edición de DragonComics, fueron seleccionadas como Mejor Cómic Latinoamericano del Año 2013 en una convención de artistas gráficos en San Pablo (Brasil).

Bergara y Alceo: creadores de "El Viejo".
Hace unos treinta años, un grupo de jóvenes llamado Cuarteto de Nos decidió subir a los escenarios con ropas que tomaron prestadas de sus tías y abuelas. “Siempre me hago pichí/ porque soy una vieja”, cantaba Roberto Musso, y esa no tan metafórica expresión denotaba un ataque explícito a las generaciones precedentes pero también hacía de espejo de intolerancias más cercanas y entonces juveniles.
“El Viejo somos todos”, asegura el dibujante Matías Bergara, creador junto al guionista Alceo de un personaje cínico y odioso, que al ir conociéndolo se nos vuelve acaso entrañable. “El Viejo es cómo te hacen sentir cuando se te escapa alguna queja en este mundo feliz”, apunta Alceo.
Una tras otra, las viñetas de la serie gráfica El Viejo, publicada originalmente por la revista Freeway y ahora en formato libro por DragonComics, pegan fuerte, a veces descolocan, en pequeñas historias que proponen agudos apuntes cotidianos. “Mi intención -al menos con El Viejo- siempre fue usar un estilo que pudiera cargar igualmente con un sentido humorístico y otro cínico o melancólico”, dice Bergara. “El personaje se fue haciendo también en función de los personajes secundarios que se le van cruzando en el libro y que tiene que padecer... También los secundarios lo tienen que padecer a él, eso está más que claro”, apunta Alceo.
En “Historias de dos ciudades”, una de las tiras creadas por Alceo-Bergara, El Viejo se radica unos meses a Buenos Aires, periodo en el que recupera la juventud, alejado saludablemente del pueblo chico. Pero la felicidad es fugaz: “Cuando regresé y me bajé del barco, me colgaron un piano... y me hicieron marchar hacia Migraciones”, relata el personaje, para que en el último cuadro de esta desesperanzada entrega, Bergara remate la historia con El Viejo mateando en la Rambla, vuelto definitivamente uruguayo.
“La idea original era trabajar una historia autoconclusiva en dos páginas”, cuenta Alceo. “Que el guión funcionara independientemente de las características habituales del personaje. Por eso hay cambios de estilo de dibujo y de narrativa, según las necesidades de la historia”. Sin embargo, la reunión de todos los episodios de El Viejo, en la edición en libro, parece mostrar que es el personaje el que prevalece, un personaje que en la acumulación de historias acaba conquistando al lector. Pero primero, y ésta posiblemente sea una de las claves, se percibe que tanto guionista como dibujante se divirtieron muchísimo en el proceso de creación.
Alceo y Bergara trabajan vía Internet, cada uno desde su casa. “No negociamos ni discutimos mucho”, cuenta el dibujante. “Cada uno se esfuerza por poner en el personaje buenas ideas, o al menos ideas que funcionen”. Alceo confirma que es una forma de trabajo que funciona, aunque con otros ilustradores -como en el caso de Richard Ortiz, ilustrador del que se publican seis tiras como apéndice, que también fueron publicadas en Freeway- el sistema de trabajo los lleva a analizar viñeta por viñeta.
Alceo, Bergara y el boom
Alceo y Matías Bergara, cada uno por su cuenta, vienen trabajando fuerte desde hace varios años en el terreno de la historieta. Ambos son, protagonistas y testigos, del boom editorial del género en nuestro país. “Yo ya venía publicando en prensa, pero por la mía. No quería editar un libro porque los nacionales no tenían difusión y morían en los saldos de Tristán Narvaja. Por eso prefería prensa. Después la situación cambió con los Fondos Concursables del MEC, que fueron y siguen siendo el gran impulso”. Bergara sitúa el comienzo de los buenos tiempos de la historieta entre los 2007 y 2008. “En mi caso, no me puedo disociar de él ya que -modestia aparte- con Rodolfo Santullo en guión, se podría decir que lo 'inauguramos' con la novela gráfica Los últimos días del Graf Spee, que en su momento dejó más de una boca abierta en Uruguay y Argentina”.



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