esa dulce oscuridad

Hay cosas inexplicables. O tal vez las explicaciones estén ahí, tan cerca, que duelan aún más circunstancias cotidianas de invisibilidad a la que se ven sometidos objetos culturales que en otros sitios o contextos temporales serían elogiados o -aunque parezca lo básico- simplemente respetados. ¿Qué es lo que lleva a mirar hacia otro lado, a buena parte de la crítica y el gran público, frente a obras de grupos como Genuflexos?

Una de las corrientes más ricas y fermentales del rock uruguayo es la “oscura”, escuela que tiene su principal antecedente en Los Estómagos, es decir en el inmediato pospunk, y que en las últimas tres décadas nunca cortó un linaje que se abre en obras tan diversas y potentes -luego cruzada con el indie neoyorquino y otras impurezas- como las de Buenos Muchachos, La Hermana Menor, Malpaso, Pompas, Rouge, Buceo Invisible y 3 Pecados. La lista es larga y por cierto puede extenderse a otros “bolsones invisibles” (el de los cantautores indie, el de la electrónica, el de los que prueban fusiones experimentales), pero en este caso el centro de atención lo coloco en un disco -Rocky Marciano- que debió estar entre los candidatos a mejor disco del año en la categoría rock, en la de rock alternativo, o por lo menos en la de mejor portada (rubro que una vez ganó otra gran banda de rock invisible: The Supersónicos).

Genuflexos es una banda “oscura”; ya lo probaron en sus primeras grabaciones y shows y quedó más que demostrado en la película que Pablo Stoll les dedicó, con uno de los mejores finales musicales que se encuentren en la historia del cine. Debe decirse que Hiroshima tampoco tuvo muchos espectadores, debido a que no se ajusta a los modelos del entretenimiento, además de ser en blanco y negro, muda y “no pase nada”, como se suele decir de estas películas donde realmente pasan cosas removedoras.

No pido que salgan corriendo a comprar Rocky Marciano. O sí. Les va a mover el cerebro. Van de la furia a la desolación. Hacen el mejor rock introvertido de la vuelta. Lo más preocupante es que siguen saliendo discos excelentes, como los de 3 Pecados, el solista de Martín Rivero, el de Rebella, el discazo de Mersey, por poner algunos ejemplos, y pocos se dan por enterados.