como un golpe emocional

Hay libros que son tan perfectos, tan adictivos, que es satisfactorio avanzar en ellos más lentamente de lo deseado. Como un golpe de rayo, el ensayo de Simon Reynolds sobre el glam y su legado en la música rock, es de los capaces de provocar esa sensación. A la genialidad de la prosa del autor se suma que la lectura de cada capítulo-tema-artista (el primero es Marc Bolan, el segundo es David Bowie) obliga a escuchar y reescuchar discos, canciones y navegar en Youtube en busca de viejas filmaciones, clips o incluso primeras apariciones en televisión de estos héroes de la cultura pop del siglo XX.
Dejé el libro cerrado, hace meses, en el capítulo Bowie, después de intoxicarme con fuertes dosis de T.Rex. No pasé de la página 88 de las 696 totales en la edición de Caja Negra. Casi puedo decir que entre otras tareas, escuchas y lecturas me había olvidado del libro de Reynolds, cuando llegó un inesperado 'golpe de rayo', esta vez desde un lugar y tiempo más que cercano: buenas novedades de un amigo músico -El Duke, o sea Fede- que suele jugar un consecuente bajo perfil sin formar parte del underground electrónico y siendo un 'raro' en el ambiente del rock.

El rayo de Shanghai
Federico Deutsch -con quien compartí muy buenos momentos en los experimentos escénicos Groenlandia, Berlín y Shanghai- reaparece en este 2018 como creador de la banda sonora de la exposición Diálogos con nuestra Bestia, y ahora con el anuncio de la presentación de un disco solista (lleva tres, el primero fue Astromelia, de 2003, y el segundo Mi amor yo voy al bar solo a verte, del 2007). El nuevo disco de la factoría Deutsch se llama Terrorista emocional. Un gran título. Imposible esquivarlo.
Fede Deutsch en "Shanghai".
Convocado como músico-actor, y me voy directo a Shanghai, no dudó en maquillarse el rayo de Bowie para el montaje que hizo María Dodera en el subsuelo del ex Bazar Mitre. Tenía que interpretar al personaje de Ziggy Stardust. Tenía que ser el dj en el presente teatral, como ya lo había hecho en Groenlandia y en Berlín. Tenía que meter sus sampleos, sus texturas, sus climas, sus transiciones. Lo hizo, como siempre, jugando con sus compus siempre a punto de colapsar o quedar colgadas, saturadas, perplejas, pero siempre salía todo bien, con la misma sonrisa que siguen provocando "Alegratarde" o "Jabones frutales", dos de las composiciones del sofisticado Astromelia que fue, probablemente, el primer disco de electrónica pura y dura publicado en Montevideo.
El tecno es para Fede un territorio emocional donde se mueve con flexibilidad y sin mayores apuros. Tiene, y condensa en sus obras, varias escuelas que desarrollan herramientas sonoras electrónicas: la alemana y más experimental, la que coquetea con la vanguardia, la del postpunk, la de una lisergia lindera con el folk, la del ambient noventero. Todo sin olvidarse de la pista de baile, ni tampoco de ese juego de invitar a los amigos, al estilo Chemical Bros, para que Pedro Dalton meta una letra, o el Garza se inspire, o se arrime Macadar con un saxo o Marcelo F. con una guitarra. Así fue que nació el colectivo llamado Maverick, que volvió hace unos meses para tocar en vivo en el aniversario número 10 de Mi amor yo voy al bar solo a verte, y que ahora parte de esa formación es la que hace tomar volumen físico a las composiciones de Terrorista emocional.
En los últimos veinte años, desde las primeras juntadas con el colectivo Innova y sus numerosas irrupciones teatrales hasta los tres discos que ha firmado como músico solista, Deutsch ha consolidado un lugar muy apreciado como músico electrónico independiente. Nunca buscó atajos ni se dejó llevar por modas o tendencias a nivel de producción. En eso parece estar en las antípodas de Bowie. Entonces, cuando pienso por qué le quedaba tan bien el rayo en Shanghai, las conexiones que encuentro más sostenibles son con Brian Eno, o con Daniel Melero, dos personalidades que tienen mucho que ver con el 'golpe de rayo', y no puedo olvidar ahora de cómo la canción "Heroes" marcó para siempre la cabeza musical de Melero, quien a su vez, y lo tengo muy claro, es uno de los gurús esenciales a la obra de Fede Deutsch.

Terrorista emocional
Hay toda una línea en el nuevo disco, de capas sonoras cuidadas hasta el último detalle, del músico que sabe cuidar de los silencios y sabe cuándo dejarse llevar por una melodía o por una línea hipnótica, y que sabe dialogar con las máquinas dejando la sensación de que en definitiva son parte de él, que lo expresan, que se retroalimentan en una creación cyborg con lenguaje musical. Esos sonidos que salen de Terrorista emocional son Federico Deutsch, son parte de su identidad, de su lenguaje, de su humanidad. Son un "tinguiñazo al alma", como se llama el tema más luminoso del disco, cantado por Dalton. Son como "el lugar en el cerebro donde resuenan los dulces", otra demostración de que un título puede decirlo casi todo. Son también "fisuras que se acercan", también "tensión post-millenium", que viene a ser una transición, un tema que oficia de desvío, o de salto al vacío; es ese tipo de tema que provoca un poco de miedo, que tensiona y produce algo por ahora inexplicable, y que tiene que estar en un buen disco que se precie de tal.
Le envío a Fede algunas preguntas con la intención de entender algunas cosas. Contesta rápido. Juego con sus palabras. Corto y pego. Dice: "Cada situacion musical decide ella sola si va a ser canción o ambiente. En ese sentido, no siento que yo decida mucho, sino que más bien me dejo llevar por la música y si es canción o ambiente se termina resolviendo fuera de mí". (Pienso que ese ejercicio de 'dejarse llevar' es bueno hacerlo también cuando se escucha un disco como el que se mandó Deutsch). "La palabra textura le va bien al disco". (Destaco especialmente las texturas de las baterías, de las percusiones, todas con tratamientos muy cuidado en sus resonancias). "Lo de respetar los silencios supongo que es algo que un músico va aprendiendo. En el disco hay espacios de silencio o pasajes bastantes vacíos; esa era un poco la idea y ahí jugó a favor el trabajo con Nandy Cabrera que es el productor y luego el mastering que hizo Stefan Betke". (Eso lo hace luminoso, fresco, blanco).

Conexión Reynolds
El silencio -esa pieza tan esencial del juego sonoro- lleva de forma directa al color blanco, aunque también el blanco pueda ser literalmente ruido, pero es el color blanco el que me lleva esta vez a la biblioteca a revisar la biblia española de la electrónica: Loops, un compilado de artículos editado por Reservoir Books, año 2002, cuando acababa de pasar todo en los años anteriores, y todo implica todo en un tiempo reducido, porque seguramente después de 2002 pueda hablarse del final de la noción de futuro, de progreso, y el mundo comenzó a entenderse en capas y la música electrónica como la certeza indiscutible de ser banda sonora de un presente rugoso y angustiante. Y la ausencia del futuro, ergo, trajo consigo la obsesión extrema por el retro. Pero esa es otra historia.
La conexión, acá, en estas líneas, estalla cuando descubro al mismísimo Simon Reynolds como autor de la palabras que buscaba para aproximar una definición de lo que está haciendo Fede Deutsch en Terrorista emocional. El autor de Como un golpe de rayo se encarga del prólogo de Loops, un texto brillante que al releerlo se vuelve otra vez luminoso y esclarecedor.
Escribe Reynolds: "La música electrónica es, sobre todo, música física. Pero esto no significa que sea música descerebrada. En realidad, la música electrónica disuelve la vieja dicotomía entre cabeza y cuerpo, entre música "seria" para escuchar en casa y música "estúpida" para la pista de baile. Como argumenta el influyente crítico británico Kodwo Eshum, la electrónica (sofisticada) consigue que la mente baile y el cuerpo piense".
Habría que agregar que Terrorista emocional se permite jugar en varias líneas, o varios territorios sonoros para volverse un excitante artefacto de música física. Porque a las texturas más reconocibles, estilo Deutsch de Astromelia, de estructuras rítmicas que se perciben a primera escucha luminosas, y lo son, se agregan dosis de post-rock, de una posible indietrónica más oscura que evidencia diferentes emociones y procesos. Sin olvidar las transiciones, con aperturas a zonas  misterio, acaso más teatrales, o a esas 'tensiones' ya mencionadas que se dejan llevar por melodías intensas y perturbadoras.
Dice Deutsch: "Por suerte el disco me genera un montón de emociones. Y van para varios lados: oscuras, intensas, felices, luminosas. Supongo que están relacionadas con los procesos que he vivido en estos últimos años". (Lo apuro a que cuente lo más terrenal de la creación. Siempre es bueno saberlo). "Empecé con la idea de volver a hacer temas instrumentales para tocar solista, componiendo con soporte electrónico: sampler, kaossilator, teclados y software. Los temas fueron madurando con el tiempo, seguían desarrollándose. Ahí empezó la siguiente etapa, que fue hacer la preproducción con Nandy y empezar a pensar quiénes podrían participar. Luego vino la grabación en estudio, con todos los invitados. Y luego vino la siguiente etapa, que consistió en seleccionar lo que se había grabado y todo eso derivó en el disco. Ahora estamos en la etapa de ensayar y de hacer las versiones en vivo de los temas para la presentación".

((columna publicada en la revista CarasyCaretas, 07/18))

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