Cuando
el sábado 8 de agosto de 2017, en La Trastienda, vuelva a sonar el "Psychosound" o exploten los
versos de "Alcohol alcohol" de la garganta exasperada de
Nico Barcia, se podrá revivir, en tiempo presente, un manojo de
canciones que hicieron historia en los años 90 montevideanos y que
fueron el guion de la historia de los Chicos Eléctricos. La banda,
que publicó dos casetes (Chicos
Eléctricos,
1992; Glitch,
1993)
y tres discos compactos (Vaca,
1995; Psychosound,
1996; Juguete
rabioso,
1998), fue precursora del espíritu under y de un rock que dejó
atrás la hegemonía británica de las bandas de la "generación
Graffiti", para manejarse en una línea más garagera y
americana, con fuertes influencias de MC5, Stooges, Velvet
Underground, Ramones, con el entonces presente grunge de Nirvana y
Mudhoney.
Nico
Barcia, a veinte años del final de los Eléctricos, decidió revisar
el repertorio del legendario grupo. Por el momento está planificada
una sola noche, en La Trastienda, con una banda especial que armó
para la ocasión, en la que destaca el oficio guitarrero de Luis
Machado (Motosierra). Una ocasión, acaso única, para comprobar la
importancia de los Eléctricos como eslabón de una historia under
que se inició en la cueva rockera Juntcadáveres y que se mantiene
viva en sucesivas generaciones de rockeros de espíritu
independiente.
¿Qué
te llevó a volver a un escenario con el repertorio de Chicos
Eléctricos?
Nico
Barcia:
Bueno, diez años de Eléctricos han hecho mella. Por lo menos en mí.
Y a casi veinte años de la disolución de la banda puedo decirte que
nunca se ha silenciado del todo en mi cabeza. Nunca dejé de querer
esa música ni la olvidé. Por el contrario, con el tiempo he sabido
valorarla en otra medida.
¿Cómo
fue el reencuentro con las canciones, en el hecho de volver a
tocarlas en un ensayo?
N.B.:
Las canciones, a diferencia de la pintura, la escultura o la
literatura, por ejemplo, son algo que siempre puede volver a ser
interpretado. La música pide que las vuelvas a tocar. Un flaco hoy
puede tocar una música hecha hace 500 años, tal cual y con sus
propios matices. Interpretarla. Cuando un pintor hace un cuadro, va y
lo termina, y lo cuelga de una pared, donde quedará por siempre.
Podrá cambiar la mirada sobre él pero no la obra en sí misma. La
música y el teatro no. Esa es una característica muy maravillosa de
las canciones, que en este caso toma dimensión. Las canciones pueden
ser interpretadas siempre. Solo se necesita ganas de hacerlo, y con
quién hacerlo.
¿Cómo
resolviste el "con quién", teniendo en cuenta que en la
banda que armaste no hay integrantes de los Eléctricos ni tampoco de
Hotel Paradise?
N.B.:
Para armar esta banda no es que se haya hecho un casting ni nada
parecido. Fue algo prácticamente accidental, ya que comparto uno de
los lugares de ensayo con otros músicos, entre los que están Nacho
Echeverría y Juan Chao, bajo y batería de esta banda, quienes
siempre han sido fans de los Eléctricos. Ellos no solo me
sorprendieron por su "conocimiento de causa", sino también
por tocar muy bien muchas canciones de la banda. La química personal
es muy copada, lo que terminó por hacer algo muy natural y
distendido el tocar juntos. Paralelamente, mi amigo Marcelo
Fernández, guitarrista de Buenos Muchachos, hacía tiempo me venía
insistiendo con hacer algo de los Eléctricos, y me apareció de
pesado con una fecha marcada en la Trastienda. Eso te confieso que me
dio un poco de cuiqui, pero me terminó convenciendo.
Y
convocaste a Luis Machado, un guitarrista a la medida...
N.B.:
En esta música a veces cuenta más la intención que la técnica.
Acá en Uruguay hay tremendos músicos, especialmente muy buenos
guitarristas de rock, pero difícilmente pueden interpretar los
espíritus de estas músicas, pues hay cosas que no se aprenden. A
eso se sumó que era muy difícil la elección para una banda que ha
tenido como violeros a nenes como Mazzei y Adler. Fue por eso que
pensamos en Luis Machado como mejor opción. Y es verdad que él,
viejísimo colega de la banda y formado junto con nosotros, era el
que más podía ponerse ese papel al hombro, tomando en cuenta
también su conocimiento sobre la historia de los Eléctricos y en
especial su admiración y respeto por la forma de tocar de los
guitarras originales. Además de ser un guitarrista tremendo, que
lograra acá su notoriedad máxima con Motosierra, está en continuo
rodaje en España, lo que lo tiene en un estado atlético que mete
miedo.
¿Qué
emociones te removió el hecho de revisar el repertorio? ¿Qué fuego
especial tienen esas canciones?
N.B.:
Son "asignaturas pendientes". Deseos recurrentes, ponele.
Como te decía antes, esas canciones significan mucho para mí, como
creo para muchos de nosotros, y me resulta muy divertido hacerlas.
Además hay un montón de gente curiosa sobre los Eléctricos, muchos
de los cuales han escuchado acerca de nosotros pero nunca han tenido
la oportunidad de vernos en vivo por cuestiones de edad. Eso me
importa mucho también. Se habla de si el rock está muerto o no, y
creo que en la medida que se siga juzgando y prejuzgando a nivel
masacre, como se hace acá, su muerte sí será segura, y su
deterioro proporcional al del de muchos de mi generación que ya
están tecleando. ¿Qué fuego tienen esas canciones? El fuego de los
potrillos locos, que seguramente vamos a poder honrar esta vez arriba
de escenario. El fuego de lo que significa la banda sonora de la
juventud de unos cuantos. De la mía, más que seguro. Ahí encuentro
respuestas a preguntas que hoy me hago. Aunque a decir verdad,
tampoco es que estemos ‘’volviendo’’ a un género abandonado
y esto suponga una especie de experimento genético, pues más o
menos es la misma música que siempre hemos hecho y la única que
creemos controlar: rock and roll. ¿Cuánta
es la importancia de los Eléctricos en la movida rockera de
Montevideo?
N.B.: No soy yo quién debería contestar eso. Lo cierto es que hay toda una generación de bandas y músicos surgidos en los 90, algunos comúnmente asociados con el ya mítico Juntacadáveres, que contra cualquier pronóstico que alguien hubiera hecho en aquel entonces han logrado una identidad fuerte y una importancia en la movida cultural de la ciudad. No solo Chicos Eléctricos. La mayoría de los que pasaron por ahí han mantenido unos buenos grados de pureza y obstinamiento en su visión, de la que raramente se han apartado. Y no solo me refiero al "versito" Chicos Eléctricos, Buenos Muchachos, la Hermana, Supersónicos, Neanderthal, sino a tantos otros que también pasaron por ahí, como Cross, o La Trampa, por ejemplo. Todos tuvieron su relevancia, y eso solo pensando en música, porque también pasaron por ahí actores, artistas plásticos, escritores y periodistas que han alcanzado notoriedad. Un día habría que hacer un estudio sobre ese lugar, y por qué parió tantas cosas más o menos notables. El Junta es como una metáfora del Uruguay: un lugar chiquito y gris que parió agónicamente algunas cosas buenas. En ese contexto, Chicos Eléctricos parecía tener cierto grado alfa, seguramente dado por lo ruidosos y dramáticos que eran sus shows, así como por lo periódico de sus presentaciones. Por ahí esto ha influido en la importancia que la banda tenga en el mundo under. Esos inicios marcaron mucho, pero solo fue el comienzo, ya que el Junta no duró casi nada. Fue el comienzo de diez años muy intensos, en que a fuerza de nuestros propios shows y discos, y con muy poco apoyo externo logramos hacernos un camino que quienes nos acompañaron al recorrer, difícilmente hayan olvidado. Y si lo hicieron, el sábado en La Trastienda se pueden refrescar un toque la memoria.Una esperada vuelta eléctrica...
N.B.: No soy yo quién debería contestar eso. Lo cierto es que hay toda una generación de bandas y músicos surgidos en los 90, algunos comúnmente asociados con el ya mítico Juntacadáveres, que contra cualquier pronóstico que alguien hubiera hecho en aquel entonces han logrado una identidad fuerte y una importancia en la movida cultural de la ciudad. No solo Chicos Eléctricos. La mayoría de los que pasaron por ahí han mantenido unos buenos grados de pureza y obstinamiento en su visión, de la que raramente se han apartado. Y no solo me refiero al "versito" Chicos Eléctricos, Buenos Muchachos, la Hermana, Supersónicos, Neanderthal, sino a tantos otros que también pasaron por ahí, como Cross, o La Trampa, por ejemplo. Todos tuvieron su relevancia, y eso solo pensando en música, porque también pasaron por ahí actores, artistas plásticos, escritores y periodistas que han alcanzado notoriedad. Un día habría que hacer un estudio sobre ese lugar, y por qué parió tantas cosas más o menos notables. El Junta es como una metáfora del Uruguay: un lugar chiquito y gris que parió agónicamente algunas cosas buenas. En ese contexto, Chicos Eléctricos parecía tener cierto grado alfa, seguramente dado por lo ruidosos y dramáticos que eran sus shows, así como por lo periódico de sus presentaciones. Por ahí esto ha influido en la importancia que la banda tenga en el mundo under. Esos inicios marcaron mucho, pero solo fue el comienzo, ya que el Junta no duró casi nada. Fue el comienzo de diez años muy intensos, en que a fuerza de nuestros propios shows y discos, y con muy poco apoyo externo logramos hacernos un camino que quienes nos acompañaron al recorrer, difícilmente hayan olvidado. Y si lo hicieron, el sábado en La Trastienda se pueden refrescar un toque la memoria.Una esperada vuelta eléctrica...
N.B.:
Sí, pero que no debe confundirse con "la vuelta de Chicos
Eléctricos", pues en esencia no lo es. Chicos Eléctricos es
involvible por mil razones... Con repecto a quienes tocarán como
invitados, es importante destacar la presencia de algunos de los
Eléctricos originales, que van a estar con nosotros tocando. La
compañía de estos criminales supone una mega alegría extra, ya que
aún no estando en rodaje, algunos de ellos se recoparon y van a
tocar unas cuantas canciones. Nos ha llenado de emoción poder
compartir momentos de ensayo y de mezclas musicales juntos, y
seguramente esto será el broche de oro para que la noche sea más
eléctrica de lo que pueda creerse. Volver a verlos y disfrutar
juntos tocando es tremendo, y todos mantienen su esencia prendida. Es
el caso del Momia, Germán Mazzei, guitarra de la primera y última
formación de la banda, de Leo Manganelli, último batero, y de Fede
Fernández, el primero. Por distintas razones, cada una singular, el
resto de los músicos que formaron parte de la banda no va a estar
siendo parte de esto.
((artículo publicado originalmente en revista CarasyCaretas))
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