No es posible contar lo
visto y escuchado, lo experimentado como espectador, con el solo
apoyo de la palabra. Se podrá, en todo caso, intentar un
acercamiento que permita comprender algunas claves de la performance
dirigida por la coreógrafa y
bailarina Tamara Cubas. Empiezo, antes que nada, por celebrar lo
certero de su concepción y propuesta estética: Multitud
es un espectáculo
autogestionario, sin subsidios ni ayuda de fondos públicos. Esta
aparente precariedad fortalece paradójicamente el plan colectivo,
potenciando la necesidad de hacerlo y la posterior contundencia del
proceso que se ve en la escena.
El
público, siempre a un costado, expectante, voyeur de la máquina
humana que se va armando frente a sus ojos, es quien culmina el acto
de creación. La escena existe en el pensamiento activo del
espectador. En los focos que elija, en los planos abiertos, en la
búsqueda de sucesivas narraciones. El caos y el azar reinan,
multiplican los recorridos y las posibles interpretaciones.
Demuestran asimismo que si se siguen dos o tres coordenadas
colectivas, emergen los signos vitales de la multitud, hasta
conformar una escultura móvil que cuenta de atracciones, circuitos,
movimientos y -finalmente- de masa.

(impresiones sobre el espectáculo "Multitud", estrenado en Plaza de Deportes Nro 5, Montevideo, Uruguay, sobre piso de tierra, un sábado a la noche de octubre de 2013. texto publicado originalmente en CarasyCaretas)
Fotos: Carlos Contrera.
Fotos: Carlos Contrera.
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